lunes, 27 de mayo de 2019

EPÍSTOLAS SURIANAS (Carta a Don Héctor) De Julio Ayala Carlos

EN EFECTO, LA DISTRIBUCIÓN DEL FERTILIZANTE en Guerrero debe realizarse a la voz de ya, dado el inicio de lluvias en el estado. Retardar su entrega, ya porque no se había pagado a tiempo a las empresas que lo producen, o por negligencia, incapacidad o valemadrismo del gobierno federal, sólo ocasionará malestar entre los campesinos y un gran golpe a la producción de maíz, y en consecuencia, una gran hambruna en las comunidades rurales.

Y es que si el fertilizante no lo entrega a tiempo el gobierno federal, difícilmente los campesinos van a poder adquirirlo por su cuenta en los negocios que se dedican a venderlo, principalmente porque es excesivamente caro, lo que los llevaría a sembrar sus parcelas sin el abono, con la consecuencia final de que sus tierras no producirían nada.

La razón, además de sencilla es más que triste y preocupante. Desde hace ya muchos años, las tierras cultivables del estado, incluidas las más ricas en nutrientes, no producen gran cosa si no se les aplica fertilizante a las plantas, de ahí la importancia que tiene el insumo, y del que dependen la gran mayoría de los campesinos para hacer producir su tierra aunque sea para autoconsumo, como sucede en la Sierra y en la región de la Montaña.

Por eso preocupa el que el gobierno federal en general, y el superdelegado en lo particular, Pablo Amílcal Sandoval, parece no importarles la importancia de entregar a tiempo el fertilizante como se ha hecho en años anteriores, y en el que participaba directamente el Gobierno del estado y los ayuntamientos a través de los presidentes municipales. Y es que, hay que decirlo, ni siquiera se encuentra en las bodegas o centros de acopio establecidos.

Ya lo decíamos. Para estas fechas del año pasado, el fertilizante ya estaba entregado a los campesinos del estado, y lo que es más, en su propia comunidad, y aún mejor, de manera gratuita. Con todo y el biofertilizante. Lo anterior, como muestra de la importancia que tiene el programa, y lo fundamental que es en el cultivo de las tierras. Pero aún más: porque las autoridades estatales y municipales saben que al caer las lluvias los caminos se descomponen y en consecuencia es difícil llevarlo hasta los pueblos.

Eso parece que no lo entienden, o no les importa a las autoridades federales que si bien en el discurso están primero los pobres, incluidos los campesinos, en los hechos es otra cosa y se demuestra con la tardanza en la entrega del fertilizante, muchas veces el único apoyo que reciben del gobierno, y que les resulta de suma importancia para sembrar y cosechar maíz y frijol, no para vender, sino para poder subsistir.

Esa es, en sí, la preocupación. ¿Y es que, qué van hacer los campesinos, por ejemplo, de la Montaña, sin el fertilizante? ¿Qué van a comer, si no cosechan maíz, precisamente por la falta de fertilizante? ¿Qué van hacer, también, los campesinos de la Sierra, si no les entregan el fertilizante a tiempo? ¿Cómo es que les piden que ya no siembren marihuana y amapola, si no les entregan el fertilizante a tiempo para sembrar maíz?

Por supuesto, el caso de los habitantes de la Montaña, como los de la Sierra, sólo son dos ejemplos, pero aplica también para los campesinos de la Costa Grande y la Costa Chica, para los de la región de Acapulco, para los de la zona Norte, y por supuesto que para los de la Tierra Caliente, en donde si bien se cosecha en grandes cantidades el maíz, también es cierto que como ocurre con la mayoría de los hombres del campo, la gran mayoría es una producción de autoconsumo, es decir, para el sustento diario.

Pero, si no hay fertilizante, o éste llega a destiempo, es decir, cuando ya no le sirve a la milpa, y en consecuencia, ésta no produce nada, ¿qué van a comer los campesinos y sus familias? ¿De qué van a servir los “precios de garantía” que propone el Presidente de la República, si no hay maíz?

Hay que decirlo. Ciertamente el gobierno del estado, o más concretamente, el gobernador Héctor Astudillo Flores, bien podría desentenderse del programa de fertilizante y esperar a que el gobierno federal resolviera el problema, aunque quién sabe cuándo lo pudiera hacer. Sin embargo, es el más interesado porque se resuelva el problema. Los motivos son más que suficientes.

Dijo el diputado Olaguer Hernández, quien representa a los pueblos de la Sierra, en la sesión del martes pasado. “A los campesinos de la Sierra les piden que ya no siembren amapola, además de que su precio ha caído, pero de qué van a vivir si no les cumplen con la entrega de fertilizante para sembrar maíz? Habrá hambruna en la Sierra, si no se corrige el problema”.

Comentarios: julio651220@hotmail.com


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