El martes de la semana
próxima –04 de febrero— en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) se
registrará el paso previo a un proceso de licitación internacional que se
significa como la prueba para Zoé Robledo, de hacer realidad la oferta de
combate a la corrupción en esta institución emblema del país.
Y es que, a las diez de la
mañana de esa fecha se celebrará el acto de presentación y apertura de
proposiciones de la licitación pública electrónica internacional bajo la
cobertura de tratados de libre comercio número LA-050GYR988-E7-2019, para la
contratación del Servicio Médico Integral de Estudios de Laboratorio Clínico
para los ejercicios 2020-2022.
Cumplido un mes, el 03 de
marzo a las cinco de la tarde, será la comunicación y entrega del fallo de esta
licitación, es decir, se sabrá quiénes de los 37 licitantes finalistas obtienen
contratos para prestar ese servicio de laboratorios que tienen como parte
central de servicio la del banco de sangre, contratos que implican miles de
millones de pesos.
Pero, ¿cuál es el punto de
corrupción en este tipo de licitaciones? La existencia de un poderoso grupo de
laboratorios que desde hace más de una década, como citamos en este espacio en
diciembre del año pasado, se reparte al país en la prestación de ese servicio
de laboratorio al Instituto Mexicano del Seguro Social, y cierran el paso a
laboratorios pequeños y medianos que tienen posibilidad de concursar y ofrecer
el servicio.
A ese grupo, citamos, se
le conoce como “El Cártel de la sangre” por la principal fuente de sus ingresos
en calidad de monopolio, con respaldo de funcionarios del IMSS, en su momento,
y que supuestamente estarían fuera de cualquier influencia en las licitaciones
convocadas por el Instituto.
Mire usted, el asunto
habría continuado en el mismo status quo de no haber sido que, al relevo de
Germán Martínez Cázares en la dirección general del IMSS, el chiapaneco Zoé
Robledo Aburto abrió las licitaciones a empresas que nunca habían podido
competir.
Eso fue a principio de
noviembre y se conoció que se esperaba otorgar contratos para operar
laboratorios por unos 15 mil millones de pesos y, en el caso del banco de
sangre, el monto se ponderó en 3 mil 400 millones.
Como lo anoté en su
momento, es un jugoso negocio que desde 2011 se denunció lo controla un
poderoso grupo de laboratorios a los que, por el tipo de licitaciones que
manejan, se bautizó como “El Cártel de la Sangre”.
Así que el anuncio de
Robledo Aburto, de abrir las licitaciones a todos los laboratorios que tengan
capacidad para concursar, prendió los focos rojos en dicho cártel y éste se
aprestó a participar con el objetivo de mantener el control y, por supuesto, la
obtención de los contratos.
Por eso, los laboratorios
pequeños y medianos pidieron a Zoé Robledo piso parejo para evitar que los
poderosos laboratorios ganaran la licitación en ciernes, de forma tal que la
nueva autoridad del IMSS aplicó mecanismos de control para atender preguntas,
responderlas a plenitud y despejar de intromisiones este procedimiento que
concluirá el próximo tres de marzo, en un acto convocado para las cinco de la
tarde.
Así, el equipo de Zoé
Robledo tiene como prueba fundamental de combate a la corrupción, a la
licitación del Servicio Médico Integral de Estudios de Laboratorio Clínico para
los ejercicios 2020-2022.
La ruta crítica no ha sido
sencilla. El pasado 23 de este mes concluyó el proceso en la Junta de
Aclaraciones, apenas duró una hora, pero de 46 licitantes registrados, quedaron
37 con un total de dos mil 187 preguntas de carácter administrativo y
económico, solventadas por el doctor Armando Pérez Cabrera, encargado de la
Coordinación Técnica de Servicios Indirectos en calidad de área requirente,
consolidadora y técnica, dependiente de la Dirección de Administración del
IMSS.
Sí, son términos técnicos,
redundantes y poco accesibles para los legos, pero entrañan procesos de
millonario valor presupuestal y, sobre todo, de prestación de servicios
clínicos y de laboratorio que el Instituto debe subrogar mediante licitaciones
libres de cualquier sospecha de corrupción y tráfico de influencias como se
detectó con el monopolio de El Cártel de la sangre que, de acuerdo con
representantes de pequeños y medianos laboratorios mexicanos, presiona a
laboratorios fabricantes y a empresas nacionales para que no apoyen a la nueva
proveeduría que se ha registrado y pretende participar en esta licitación
pública electrónica internacional.
Representantes de
laboratorios que demandan piso parejo en las licitaciones, confían en que ahora
sí va en firme la lucha anticorrupción y tráfico de influencias. Es, comentan,
la prueba para que el director Zoé Robledo demuestre con hechos que abrió la
licitación para despejar suspicacias y acabar con corruptelas.
Pero “El Cártel de la
Sangre” no da su brazo a torcer, y entre los 37 licitantes finalistas están
algunas de sus empresas; incluso, en el proceso final, Centrum Promotora Internacional, Abbot
Laboratories México, Comercializadora de Reactivos para Laboratorios y
Materiales para Hospitales, Instrumentos y Equipos Falcón y Productos Roche,
tienen registrados a observadores, aunque bajo la condición de abstenerse de
intervenir en cualquier forma, como consta en el acta de la reunión celebrada
el jueves 23 de la semana pasada.
Hay que recordar que la
Comisión Federal de Competencia Económica tiene documentadas a las empresas de
ese grupo, identificadas y denunciadas ante la Fiscalía General de la
República, entonces PGR, desde 2016.
Y es que, incluso ex
funcionarios del IMSS aparecen involucrados en empresas o laboratorios que son
proveedores del Instituto, como el caso de Agustín Amaya Chávez, ex coordinador
de Bienes y Contrataciones de Servicios en el IMSS, a quien se refiere como
director de la empresa Instrumentos y Equipos Falcón, que en 2008 adjudicó
contratos directos por 80 millones de pesos para surtir 6 millones de piezas de
calcio efervescente; por ese caso fue denunciado ante la entonces Procuraduría
General de la República.
Algunas de las empresas de
“El Cartel de la Sangre” interesadas en obtener las 61 partidas que el IMSS
contratará en todo México, están Centrum Promotora Internacional y su filial
Valtrum, de Valentín Campos; Instrumentos y Equipos Falcón, de Nóe Ramírez así
como Dicipa, Hemoser, Inpromed y su filial Internet y los sancionados
Selecciones Médicas y Selecciones Médicas del Centro, éstas últimas filiales
del Grupo Fármacos que, incluso, ha sido denunciado por venta nociva de
medicamento, como se refirió en este espacio en diciembre de 2019.
Largo y accidentado el
camino de esta licitación internacional, en la que Zoé Robledo metió la mano
para acabar con la corrupción en el IMSS. ¿Prosperará la apuesta? El tres de
marzo próximo, por ahí de las seis de la tarde, se sabrá de qué tamaño es la
decisión del chiapaneco frente a un grupo poderoso que ha dictado la pauta en
las licitaciones del Seguro Social. Conste.
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