• Urge conocer la verdad de los hechos de Iguala
• Adela: nunca deben ocurrir hechos denigrantes
• Calvo Reyna, y su apoyo durante la pandemia
DE LOS ASPIRANTES A LA
ALCALDÍA DE CHILPANCINGO, o a una diputación local, sólo dos o tres de éstos
estuvieron presentes y visibles durante el inicio y lo más complicado de la
pandemia del coronavirus que, hay que decirlo, aún continúa cobrando vidas. Uno
de ellos es Humberto Calvo Reyna, quién sin tener ningún cargo público ayudó y
sigue ayudando a la población más vulnerable en algo fundamental para la vida
misma: la distribución gratuita de agua en garrafón, en donde más se requería.
Sin duda el Aquaclyva, “Agua que da vida”, de su propiedad, ayudó en gran
medida a los chilpancinguenses.
En efecto, de la larga lista
de aspirantes a un cargo de elección popular, y hablo de todos los partidos
políticos, son contados los que salieron a auxiliar a la población. Algunos lo
hicieron repartiendo despensas en apoyo a la población que se quedó sin ingresos
debido a la pérdida de empleos, y otros más repartieron cubrebocas y gel
antibacterial para evitar el coronavirus, en tanto que Calvo Reyna se dio a la
tarea de repartir agua en garrafones durante cinco meses, es decir, cuando la
pandemia estaba en su punto más grave.
Dice el dicho que no da el
que tiene, sino el que quiere, y muchos, hay que decirlo, tienen y han tenido
recursos como para poder ayudar al prójimo, pero simplemente no quisieron
apoyar cuando la población más lo requería, como sí lo hizo durante estos meses
Humberto Calvo Reyna, hijo de una de las familias con mayor reconocimiento en
Chilpancingo, los Calvo-Reyna, quien precisamente por ese altruismo y trabajo
desinteresado, ha sido Presidente del Club Rotario Congreso de Chilpancingo en
dos ocasiones, organismo con un amplio trabajo social.
Calvo Reyna milita en el
PRI, partido en el que siempre ha estado “en la talacha”, es decir, haciendo
trabajo político-electoral desde abajo, razón por la cual es ampliamente
conocido entre la militancia de ese partido, y sin embargo, al igual que muchos
otros priístas, no se le ha tomado en cuenta para cargos de elección popular.
Si lo dejaran competir, él sí ganaría, dicen en las comunidades, colonias y los
barrios de Chilpancingo.
Aquí lo hemos dicho. Si el
PRI quiere ganar la elección de gobernador, de diputados locales, diputados
federales y ayuntamientos municipales, es imperativo que envíe como candidatos
a los mejores militantes de ese partido, los que tienen trabajo político, no de
hoy, sino de siempre, carismáticos y honestos, es decir, gente de bien, y
Humberto Calvo, es uno de ellos.
OTRO ASUNTO. LO OCURRIDO EN
IGUALA, la noche del 26 y madrugada del 27 de septiembre del 2014, no debe
quedar impune, y se tiene que exigir el esclarecimiento de los hechos, porque
se trata de un crimen que viola los derechos humanos. Más aún, para que no haya
más casos denigrantes, como el de El Charco, Aguas Blancas, y la Coprera, se
debe transformar el funcionamiento de la sociedad y las instituciones, a fin de
que prive el orden y no la anarquía, la solidaridad y no el egoísmo, la
democracia y no el gobierno de unos cuantos.
Es indudable que tiene razón
la alcaldesa de Acapulco, Adela Román Ocampo, quien señaló lo anterior durante
el acto conmemorativo, en Acapulco, sobre los trágicos hechos ocurridos en
Iguala, en donde fueron asesinados seis personas, incluidos tres normalistas de
Ayotzinapa y donde también desaparecieron 43, cuyo paradero, a seis años de los
hechos, se desconoce, pese a las investigaciones realizadas por el entonces
gobierno de Enrique Peña Nieto, y las que lleva a cabo el que encabeza Andrés
Manuel López Obrador.
Se requiere conocer la
“verdad histórica de los hechos”, dijo la edil, y en este sentido, confió en
que la justicia llegará por la desaparición forzada de los 43 normalistas.
Asimismo, manifestó su respaldo al nuevo proceso de investigación para resolver
el caso, el cual por cierto es un compromiso del Presidente de la República con
los familiares de los normalistas.
Román Ocampo, como
magistrada, aunque ahora con licencia, sabe lo que dice, y en este sentido, se
congratuló por el anuncio de que dentro de poco se concretarán detenciones de
nivel más alto, tanto de militares como de civiles. “Este anuncio da esperanza
y aliento, pues es sin duda una muestra de la transformación de nuestra
justicia que está en marcha. La impunidad y el olvido nos condenarían como
sociedad. Llegará la justicia”, confió.
Ojalá y así sea. Como lo
hemos dicho, hechos como el de Iguala, en agravio de estudiantes, nunca más
deben ocurrir. Ciertamente hay responsabilidad en las autoridades, tanto
municipales, estatales y federales, por acción o por omisión con la
delincuencia organizada, como también hay responsabilidad en los dirigentes de
los normalistas; también hay responsabilidad, hay que puntualizarlo, en la
misma sociedad que permitió excesos o simplemente se hizo de la vista gorda de
la actuación del gobierno, de los estudiantes y de quienes actúan al margen de
la ley.
Y hablando de legalidad,
justicia, seguridad y tranquilidad, con la anfitrionía de Román Ocampo,
Acapulco fue sede del Foro Nacional de Ciudades Seguras de la Asociación de
Autoridades de México, desde donde se hizo un llamado a la Cámara de Diputados
para no desaparecer el Programa de Fortalecimiento para la Seguridad del
Presupuesto de Egresos de la Federación 2021.
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