NO SE ENTIENDE.
El Movimiento Popular Guerrerense (MPG) “destituye” autoridades municipales en
los Ayuntamientos que mantiene tomados en el estado desde que iniciaron las protestas
por la desaparición forzada de normalistas, pero como instauración de un poder
ciudadano no son más que actos simbólicos. ¿Cómo actos de presión al gobierno
federal? Da hasta risa, porque es el más feliz con que los manifestantes se
entretengan con las oficinas municipales.
¿Promover
la desaparición de poderes? ¿Qué ganarían? Sí con la solicitud de licencia de
Ángel Aguirre fueron los diputados locales quienes escogieron gobernador
interino desapareciendo los poderes será el presidente Enrique Peña Nieto el
que proponga una terna al Senado. Si el mismo MPG dice que nada cambió con la
salida de Aguirre y la designación de Rogelio Ortega ¿Qué buscan entonces, un
verdadero poder ciudadano o regresar al PRI al poder en Guerrero? Es pregunta.
SE LAVAN LAS MANOS.
En el PRI César Camacho salió con que sus precandidatos deberán pasar por
antidoping y detector de mentiras; en el PRD salen ahora con un protocolo para
blindar la designación de sus abanderados de la adinerada intromisión de los
grupos delincuenciales, como ambas fuerzas políticas debieron haberlo hecho
desde hace muchísimos años. Tuvo que haber asesinatos y desapariciones forzadas
por parte de los gobiernos perredista de Iguala y priísta de Cocula para
que ahora sí, les preocupe.
El
punto es que ni sus protocolos ni el decálogo presentado anteriormente por el
presidente Enrique Peña Nieto tocan el punto neurálgico de la narco
intervención electoral: la monetarización del sufragio. Es un hecho que la
empobrecida mitad de la población nacional representa una fuerte oferta de
votos a candidatos sin escrúpulos, de ahí que la necesidad de fuertes sumas de
dinero está presente en cada elección sin que nadie esté pensando aún en
reformar los sistemas electoral y de partidos para un blindaje en serio.
EN LO INMEDIATO.
El general Alejandro Saavedra Hernández cambió su residencia a Acapulco. Apenas
desempacaba sus maletas en Chilpancingo a donde llegó el 2 de junio pasado para
hacerse cargo de la 35 Zona Militar y ahora lo envían a comandar la Novena
Región Militar en sustitución del general Martín Cordero Luqueño. En la
Secretaría de la Defensa Nacional no se hacen huesos viejos en ninguna plaza.
Su antecesor tampoco logró cumplir un año en el cargo.
Aunado
a esta rotación de mandos militares, ya llegaron a Acapulco más de mil 300
elementos de la nueva Gendarmería a petición del alcalde Luis Walton Aburto.
Esto para reforzar en lo inmediato la seguridad en la temporada vacacional para
lo cual también habrá importantes acciones del gobierno federal que se espera
sean anunciadas en breve por la secretaria de Turismo Claudia Ruiz Massieu
Salinas. Para acciones de prevención a futuro, Walton firmó ya un convenio con
la Oficina de la ONU para la Droga y el Delito.
SE LLAMABA.
En Acapulco Nueva Izquierda, IDN, UIG, Nueva Mayoría y Democracia Social
colocaron a Isaías Arellano en votación cerrada contra Bulmaro Cabrera, quien
fue apoyado por Grupo Guerrero e Izquierda Progresista de Guerrero. Mientras
que en Zihuatanejo UIG y Nueva Mayoría se unieron con Grupo Guerrero y el IPG
contra Movimiento Jaguar que se queja de haber sido excluido.
Llama
la atención que en Acapulco el grito de las corrientes haya sido “¡unidad!” y
que en Zihuatanejo la hayan usado para excluir de la integración del comité
municipal a Movimiento Jaguar del senador Armando Ríos Piter con quien al
parecer la unidad partidista no aplica. ¿O los perredistas ya no le ven futuro?
Vértebras
Florencio
Salazar Adame se va del PAN, no sin antes restregar en la cara a sus miembros
que ese partido ha sido incapaz de crecer en Guerrero por ser rehén de algunos
grupos, pequeños, sí, pero capaces de “haber llegado al crimen” por el reparto
de prebendas. Para nadie es un secreto que algunos panistas de Guerrero pueden
perdonar cualquier ofensa menos que no les den alguna candidatura plurinominal
por supuesto, bajo amenaza en el mejor de los casos de echarse a la hamaca en
tiempos electorales.
El
ex embajador dice que se va a trabajar con las organizaciones de la sociedad
civil y que no pretende ser candidato ciudadano porque los requisitos para
lograrlo son muy complicados. A un peso completo de la política es muy difícil
creerle que ya no hará vida partidista. Si no quiere proyecto propio ¿para
quién irá a operar? Lo único seguro es que nomás pasó lo de Iguala y ahora
todos quieren ser rostros ciudadanos ¿Será el caso?
jalepezochoa@gmail.com
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