lunes, 1 de diciembre de 2014

MÉDULA Ahora todos quieren ser rostros ciudadanos Por Jesús Lépez Ochoa

NO SE ENTIENDE. El Movimiento Popular Guerrerense (MPG) “destituye” autoridades municipales en los Ayuntamientos que mantiene tomados en el estado desde que iniciaron las protestas por la desaparición forzada de normalistas, pero como instauración de un poder ciudadano no son más que actos simbólicos. ¿Cómo actos de presión al gobierno federal? Da hasta risa, porque es el más feliz con que los manifestantes se entretengan con las oficinas municipales.
¿Promover la desaparición de poderes? ¿Qué ganarían? Sí con la solicitud de licencia de Ángel Aguirre fueron los diputados locales quienes escogieron gobernador interino desapareciendo los poderes será el presidente Enrique Peña Nieto el que proponga una terna al Senado. Si el mismo MPG dice que nada cambió con la salida de Aguirre y la designación de Rogelio Ortega ¿Qué buscan entonces, un verdadero poder ciudadano o regresar al PRI al poder en Guerrero? Es pregunta.
SE LAVAN LAS MANOS. En el PRI César Camacho salió con que sus precandidatos deberán pasar por antidoping y detector de mentiras; en el PRD salen ahora con un protocolo para blindar la designación de sus abanderados de la adinerada intromisión de los grupos delincuenciales, como ambas fuerzas políticas debieron haberlo hecho desde hace muchísimos años. Tuvo que haber asesinatos y desapariciones forzadas por parte de los gobiernos perredista de Iguala y priísta de Cocula para que  ahora sí, les preocupe.
El punto es que ni sus protocolos ni el decálogo presentado anteriormente por el presidente Enrique Peña Nieto tocan el punto neurálgico de la narco intervención electoral: la monetarización del sufragio. Es un hecho que la empobrecida mitad de la población nacional representa una fuerte oferta de votos a candidatos sin escrúpulos, de ahí que la necesidad de fuertes sumas de dinero está presente en cada elección sin que nadie esté pensando aún en reformar los sistemas electoral y de partidos para un blindaje en serio.
EN LO INMEDIATO. El general Alejandro Saavedra Hernández cambió su residencia a Acapulco. Apenas desempacaba sus maletas en Chilpancingo a donde llegó el 2 de junio pasado para hacerse cargo de la 35 Zona Militar y ahora lo envían a comandar la Novena Región Militar en sustitución del general Martín Cordero Luqueño. En la Secretaría de la Defensa Nacional no se hacen huesos viejos en ninguna plaza. Su antecesor tampoco logró cumplir un año en el cargo.
Aunado a esta rotación de mandos militares, ya llegaron a Acapulco más de mil 300 elementos de la nueva Gendarmería a petición del alcalde Luis Walton Aburto. Esto para reforzar en lo inmediato la seguridad en la temporada vacacional para lo cual también habrá importantes acciones del gobierno federal que se espera sean anunciadas en breve por la secretaria de Turismo Claudia Ruiz Massieu Salinas. Para acciones de prevención a futuro, Walton firmó ya un convenio con la Oficina de la ONU para la Droga y el Delito.
SE LLAMABA. En Acapulco Nueva Izquierda, IDN, UIG, Nueva Mayoría y Democracia Social colocaron a Isaías Arellano en votación cerrada contra Bulmaro Cabrera, quien fue apoyado por Grupo Guerrero e Izquierda Progresista de Guerrero. Mientras que en Zihuatanejo UIG y Nueva Mayoría se unieron con Grupo Guerrero y el IPG contra Movimiento Jaguar que se queja de haber sido excluido.
Llama la atención que en Acapulco el grito de las corrientes haya sido “¡unidad!” y que en Zihuatanejo la hayan usado para excluir de la integración del comité municipal a Movimiento Jaguar del senador Armando Ríos Piter con quien al parecer la unidad partidista no aplica. ¿O los perredistas ya no le ven futuro?
Vértebras
Florencio Salazar Adame se va del PAN, no sin antes restregar en la cara a sus miembros que ese partido ha sido incapaz de crecer en Guerrero por ser rehén de algunos grupos, pequeños, sí, pero capaces de “haber llegado al crimen” por el reparto de prebendas. Para nadie es un secreto que algunos panistas de Guerrero pueden perdonar cualquier ofensa menos que no les den alguna candidatura plurinominal por supuesto, bajo amenaza en el mejor de los casos de echarse a la hamaca en tiempos electorales.
El ex embajador dice que se va a trabajar con las organizaciones de la sociedad civil y que no pretende ser candidato ciudadano porque los requisitos para lograrlo son muy complicados. A un peso completo de la política es muy difícil creerle que ya no hará vida partidista. Si no quiere proyecto propio ¿para quién irá a operar? Lo único seguro es que nomás pasó lo de Iguala y ahora todos quieren ser rostros ciudadanos ¿Será el caso?

jalepezochoa@gmail.com

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