domingo, 7 de diciembre de 2014

RESEÑA DEL LIBRO: “VIAJE A IXTLAN”, CARLOS CASTANEDA, FCE. Po0r Dr. Floriberto González González

Continuando con el encuentro entre Castaneda y don Juan.
Cuando mi amigo me presentó a don Juan Matus en la terminal de autobuses, e inicié mi perorata sobre las plantas alucinógenas, él alzó la cabeza y me miró de lleno a los ojos. Fue una mirada formidable. Aquella mirada estupenda me llenó de curiosidad y decidí buscarlo. ¿Cuánto me pagarías? –dijo don Juan-, lo que a usted le parezca apropiado –le contestó-. Págame mi tiempo…con tu tiempo – dijo él. ¿Cuándo estará usted en su casa? –pregunté. Cuando vengas –repuso. No olvides de volver –dijo con suavidad, y agitó la mano en despedida.
No tengo historia personal –dijo tras una larga pausa-. Un día descubrí que la historia personal ya no me era necesaria y la dejé, igual que la bebida. Primero hay que tener el deseo de dejarla –dijo. Y luego tiene uno que cortársela armoniosamente poco a poco. ¿No sabes quién soy, verdad? -. Jamás sabrás quien soy ni qué soy, porque no tengo historia personal. Así nadie te amarra con sus pensamientos, y eso nos libera de esa carga. A mí en lo personal me gusta la libertad ilimitada de ser un desconocido. Así no se toma uno demasiado en serio, así no se da uno tanta importancia. Mientras te sientas de lo más importante del mundo, no puedes apreciar de verdad el mundo que te rodea. Eres como un caballo con anteojeras: nada más te ves tú mismo, ajeno a todo lo demás. El mundo que nos rodea es un misterio, y los seres humanos no son mejores que ninguna otra cosa. ¿Cómo puede uno darse tanta importancia, sabiendo que la muerte nos está acechando? La muerte es la única consejera sabia que tenemos, cada vez que sientas, como siempre lo haces, que todo te está saliendo mal y que estás a punto de ser aniquilado, vuélvete hacia tu muerte y pregúntale si es cierto. Tu muerte te dirá que te equivocas, que nada importa en realidad más que su toque. Tu muerte te dirá: “Todavía no te he tocado”. Vivimos en la mezquindad pensando en que la muerte nunca nos va a tocar. Teniendo la muerte a la vista, los miedos, las ambiciones y las irritaciones son tonterías. Nuestra muerte espera, y este mismo acto que estamos realizando ahora puede muy bien ser nuestra última batalla sobre la tierra. Por eso es que no tenemos mucho tiempo, y esa es la desgracia del ser humano.
¿Por qué debería ser el mundo sólo como tú crees que es? ¿Quién te dio la autorización para decir eso? Ser inaccesible es tocar lo menos posible el mundo que te rodea.
La gente casi nunca se da cuenta que de que podemos cortar cualquier cosa de nuestras vidas en cualquier momento, así nomás –chasqueo los dedos.
Todos dejamos y al mismo tiempo vamos en busca de Ixtlán. Si quieres sobrevivir –dijo don Juan-, debes ser claro como el cristal y estar mortalmente seguro de ti mismo.




Diciembre del 2014. El preludio.

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