jueves, 21 de febrero de 2019

¿A QUE ESTAMOS JUGANDO? POR JOSE MANUEL GOMEZ


Cuando el presidente López Obrador declaró que su proyecto de la Guardia Nacional seria como los Cascos Azules de la ONU, seguro buscaba generar entre la opinión publica una confianza que el proyecto del mandatario no ha generado, “Para que se tenga una idea clara, la Guardia Nacional va a ser como el Ejército de Paz de la ONU, que va a tener como fundamento principal garantizar la seguridad pública con el respeto a los derechos humanos y con el uso regulado de la fuerza” afirmaba AMLO en su visita a Nuevo León.

En política,muchas veces, para obtener credibilidad hay que tomarla prestada de otro lado, pero debes cuidado de no tomar la credibilidad equivocada, esto porque al parecer el presidente ignora la situación actual del llamado cuerpo de paz de Naciones Unidas, luego de que en 2016 este fuera acusado de numerosos  escándalos de abusos sexuales perpetrados por algunos de sus miembros durante sus misiones de paz, en total se recibieron 99 denuncias en diez misiones diferentes, que corresponden a efectivos de 21 países.

De sobra esta decir que estos hechos, pusieron en entredicho estas operaciones al grado de que Washington pidió a la ONU repatriar a los contingentes implicados, si se demostraba un patrón de conducta generalizado o si los aparatos judiciales nacionales no investigaban y sancionaban a los agresores.

Las misiones más afectadas en aquel momento fueron la de la República Centroafricana y la República Democrática del Congo e incluso en Haiti donde estos soldados  protagonizaron casos de abuso y explotación sexual de al menos 225 mujeres locales, un tercio de ellas menores de 18 años, a las que ‘compensaron’ con comida y fármacos según destaca en el informe de la Oficina de Servicios de Supervisión Interna de la ONU. La mayor parte de estas denuncias señalan a cascos azules encargados de mantener la paz, pero también hay un creciente e inquietante número de funcionarios implicados.

El organismo internacional no oculto la situación, y condeno el hecho “Creo firmemente que es abominable trabajar bajo la bandera de la ONU y al mismo tiempo abusar de los más vulnerables”, lamentaba el jefe del Departamento de Apoyo a las Actividades sobre el Terreno, AtulKhare.

Todo esto debería ser un llamado al presidente para no repetir los errores, la militarización  es militarización, no importa cuánto quieras matizarla y si un llamado cuerpo de paz, constituido por oficiales capacitados son capaces de violar los derechos humanos de forma tan abominable, ¿qué podemos esperar para nuestro propio país? Donde el uso de las fuerzas armadas para combatir la delincuencia triplico la tasa de homicidios desde 2006.

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