“El mejor medio de
socorrer la mendicidad y la miseria es prevenirlas y atenderlas en su origen, y
nunca se puede prevenir si no se proporcionan los medios para que se busque su
subsistencia”.
-Manuel Belgrano político
y militar argentino-
En este conteo del 2019
habitan 16 millones 179 mil personas de 60 y más años, de los cuales 53.9 por
ciento son mujeres y 46.1 por ciento son hombres, de acuerdo a estimaciones del
Consejo Nacional de Población.
La pensión bimestral
universal para adultos mayores tasada en $ 2,550.00 pesos, da un resultado
diario de $ 42.50 diarios, lo cual ante el voraz aumento de la canasta básica,
no encuadra para comprar solo tortillas y queso. O bien, Bolillos, leche y
requesón. Esto para una sola persona. Una soberana guasa.
Pero además, desde la
Dependencia de Bienestar, los empleados de esa oficina, llamados “servidores de
la nación”, al hacer entrega de este “apoyo”, mencionan que “se los envía
Andrés Manuel López Obrador”; lo cual es una actitud inmoral, corrupta y
desleal, porque ese dinero que se reparte entre estas personas mayores de 60
años, es de los que pagan al fisco; es decir, desde un humilde abarrotero hasta
el más encumbrado empresario de México.
De acuerdo a datos de la
Encuesta Intercensal 2015, realizada por el Instituto Nacional de Estadística y
Geografía (INEGI), en la Ciudad de México habitan 1, 276, 452 personas de 60
años o más, lo cual, coloca a la Capital del país como la entidad con la
estructura de población más envejecida. Las y los adultos mayores representan
el 14.3% del total de la población.
Andrés Manuel López
Obrador comenzó a entregar 600 pesos a 250 mil ancianos de 70 años en 2001 y 17
años después se les deposita en la tarjeta mil 200 pesos a más de medio millón
de adultos mayores.
Esa misma dinámica
clientelar, hoy como mandatario, la pone en operación en el país para seguir
manteniendo su imagen en el gusto de los votantes adscrito a esa tarjeta, vale
o pago en efectivo; unos en Banco Azteca, otros en oficinas de Telecom, los más
en efectivo. Porque posteriormente se echará en marcha en una institución
llamada Banco del Bienestar, el cual tendrá sucursales en las zonas más
apartadas de México.
Los dineros usados para el
pago de pensión a los adultos mayores, proviene de las captaciones y excedentes
del petróleo, del ajuste o recorte a programas de salud, el campo, a la
implementación y creatividad cultural, a los ayuntamientos, a la ciencia, a las
universidades, a los niños
Detiene el desarrollo del
país, para captar votos a través de la entrega de dinero, que es necesario en
rubros de la producción, la academia y cultura. A la dádiva, a la limosna
Empático con los pobres,
lamentable y alarmante ha sido que este gobierno haya tomado las decisiones en
función de la raza, a quienes ha llamado mestizos e indígenas a quienes en
contradicción en un discurso indicó: “Los verdaderos dueños de México son ahora
los más pobres, los más marginados, los más humillados, porque todavía
desgraciadamente sigue habiendo racismo”. Cuando López mismo lo pregona y aplica.
Un torpe con iniciativa,
solo puede expresar esto.
Esos “pobres” que serán
usados en breve, como pensión-voto ó “Chayo-Pueblo”; no han podido calcular los
daños emocionales que les habrá de causar este plan clientelar que solo es un
ficticio proyecto auditivo, de $ 42.50 diarios de forma bimestral.
Esperemos, también, que
esta repartición universal de la pensión, no llegue a grados racistas; pero
además que las Delegaciones federales de Bienestar en los estados federativos,
desaparezcan por occiosas en su personal, ineficientes en su administración y
nula operatividad al ponerse en marcha el banco amloísta “Bienestar”.
*@GradoCero_Gro
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