miércoles, 11 de marzo de 2020

EPÍSTOLAS SURIANAS (Carta a Don Héctor) De Julio Ayala Carlos


EL PRESIDENTE ANDRÉS MANUEL López Obrador estará, según fuentes oficiales, este fin de semana en Guerrero. El viernes en Acapulco, donde clausurará la Convención Nacional Bancaria; el sábado en Xochistlahuaca y Cuajinicuilapa, y el domingo 15 en Marquelia y Ayutla, municipios donde no se sabe qué va a hacer el mandatario federal. Y es que el delegado federal en el estado, si no trabaja, tampoco informa.

Hasta ahora, hay que decirlo, de las giras de trabajo que ha realizado el Presidente de la República por Guerrero, de poco o nada han servido, pues como todo mundo sabe, el año pasado, que fue el primero de su gobierno, no hubo ninguna obra pública para el estado, e incluso, desapareció la zona económica especial que se construía en los límites con Michoacán, y que de acuerdo al proyecto, detonaría el desarrollo de esa región.

Hay que decir también en el 2019 el gobierno federal quitó en el estado los comedores comunitarios y las estancias infantiles, y salvo el programa del fertilizante, que fue absorbido por el gobierno federal, el cual por cierto resultó un fracaso y fue objeto de corruptelas, no hay resultados tangibles para Guerrero. Y es que, en efecto, el gobierno del Presidente López Obrador no tiene un programa específico para el desarrollo del estado.

Es cierto que en Guerrero, como en todo el país, el programa de becas escolares es un hecho concreto, lo mismo que las becas a los jóvenes que no estudian, a los adultos mayores y a los discapacitados, pero es también muy cierto que como en Tabasco, y concretamente en Macuspana, la tierra del  Presidente López Obrador, dichos programas no llegan a todos, aunque afirmen lo contrario los representantes del gobierno federal en el estado.

Hay pues un gran pendiente del gobierno federal, el que encabeza Andrés Manuel López Obrador, con el pueblo de Guerrero. Y es que si bien en sus discursos de campaña siempre dijo que primero los pobres, y muchos miles de éstos están en este estado suriano, no hay una correspondencia hasta ahora, a pesar de que en la elección del 2018, los guerrerenses votaron mayoritariamente por él. Eso de que amor con amor se paga, tampoco se ha reflejado en los hechos.

Vamos, ni siquiera ha arrancado el programa de Sembrando vida, y eso que fue anunciado por el propio mandatario federal.

Así que hay a quienes no emociona que venga el Presidente de la República a Guerrero, pues argumentan que qué caso tiene de que llegue al estado si no trae nada más que el discurso de “Vamos” hacer esto o lo otro y de echarle la culpa a los gobiernos del pasado, al neoliberalismo, a los fifís y a la conservadores de la situación en la que se encuentra el país, y que en los hechos él no ha podido cambiar. “Parece que no se da cuenta que hoy ya es el Presidente”, señalan.

Sin duda, tienen razón, pues tan solo el año pasado al gobierno estatal le recortaron un promedio de mil 200 millones de pesos, los cuales en un estado como Guerrero, que carece de recursos y las necesidades y pendientes son muchos, son de vital importancia, y por eso, muchos, muchísimos de los que votaron por él y hasta se pelearon con la esposa, los hijos y los padres, hoy están desencantados.

Pero también, hay que decirlo, hay muchos, muchísimos que aún confían en él, incluso de manera irracional, con la esperanza de que va a cumplirles su promesa de que vivirán en un paraíso; de que los narcos se van a volver buenos, de que la gasolina va a bajar a 8 pesos, o de que ahora sí todos, ricos y pobres, corruptos y honestos van a ser iguales ante la ley.

Claro, también está ese amplio sector de la población que ni desconfía del gobierno federal, pero tampoco le cree, sino que trabajan día a día para ganar el sustento diario, precisamente porque  ni les va ni les viene lo que hagan unos y otros. Y son, ciertamente, los millones de mexicanos que en la elección del 2018 no votaron por ninguno de los candidatos, sencillamente porque ninguno, incluyendo el que hoy es Presidente, llegó a convencerlos.

En fin que este fin de semana el Presidente estará en Guerrero. El primer día, el viernes, se reunirá con los banqueros, es decir, con los ricos, con los representantes del neoliberalismo, esos a los que odia pero que requiere de ellos  hasta para vender los cachitos de la Lotería para vender el cuento del Avión Presidencial. Con ellos va a comer, pero en Xochistlahuaca, Cuajinicuilapa,  Marquelia y Ayutla, aún no se sabe qué va a hacer.

Ojalá y arranque el programa del fertilizante, y no vaya a ocurrir como el año pasado que hasta en el mes de septiembre se estaba entregando, luego de que los campesinos bloquearon carreteras, tomaron bodegas de almacenamiento del insumo, e incluso llegaron a tomarlo de los camiones donde era transportado.

Y es que, quien sabe de labores del campo, sabe que los campesinos requieren el fertilizante a tiempo, a más tardar el mayo, pues después, ya no tiene caso. Ah, y ojalá el Presidente informe de que ya metieron a la cárcel a los corruptos de su gobierno que desaparecieron casi 600 millones de pesos del abono, y compraron a un sobreprecio, semilla mejorada inservible.

Comentarios: julio651220@hotmail.com


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