En las últimas semanas
mucho se ha hablado del ultimátum que la Secretaría de Hacienda y Crédito
Público (SHCP) dio a la Universidad Autónoma de Guerrero (UAGro) para que ésta,
timbre las prestaciones que tienen los trabajadores universitarios, las cuales
han obtenido con el tiempo y a través de intensas jornadas de lucha.
Hay quienes han dado el
grito al cielo, ya que consideran que se les violentan sus derechos laborales;
y otros –la mayoría– que están de acuerdo en que se aplique tal medida, ya que
así lo establece la ley y porque vivimos en una sociedad en la que su régimen
fiscal se basa precisamente en la aplicación, ejecución y recaudación de
impuestos.
En 2013, el Congreso de la
Unión aprobó importantes reformas al Código Fiscal de la Federación (CFF) y en
materia del Impuesto Sobre la Renta (ISR), estableciendo que a partir del
ejercicio fiscal 2014 todos los patrones, incluyendo los Estados y Municipios
están obligados a timbrar la nómina, es decir, de expedir el Comprobante Fiscal
Digital por Internet (CFDI) como comprobante electrónico que entrega el patrón
al trabajador que percibe ingresos por sueldos y salarios como Recibo de
Nómina.
Los legisladores de aquel
entonces decidieron implantar distintas reglas y normativas fiscales para que
todos los trabajadores del país paguen sus impuestos, ya que durante años hubo
quienes los evadieron.
La
SHCP ha advertido que si la UAGro se
niega a timbrar la nómina le retendrá el subsidio, el pago de las siguientes
quincenas y otros movimientos (financieros, administrativos y académicos).
Obviamente, a la máxima casa de estudios de la entidad
no le conviene que le retengan el subsidio, mucho menos que se afecte a los
más de cinco mil trabajadores universitarios.
El rector Javier Saldaña Almazán ha sostenido
varias reuniones con Ofelio Martínez Illanes
y Brenda Alicia Alcaraz González,
dirigentes del Sindicato de Trabajadores Académicos de la UAG (STAUAG) y del Sindicato
de Trabajadores Técnicos, Administrativos y de Intendencia de la UAG
(STTAISUAG), respectivamente, para analizar el tema y buscar alternativas de
solución.
Saldaña Almazán también se
ha reunido con el gobernador Héctor
Astudillo Flores.
En el encuentro que se
llevó a cabo el pasado 14 de julio en la residencia oficial Casa Guerrero, el
mandatario estatal manifestó que está en la “mejor disposición de apoyar” a la
UAGro y pidió tiempo para analizar esta situación.
A través de desplegados,
directoras y directores de Escuelas de Nivel Medio Superior, Facultades de
Nivel Superior, funcionarios, trabajadores académicos, técnicos,
administrativos y de intendencia de las diferentes regiones de la entidad se
han pronunciado a favor de que la UAGro cumpla su obligación fiscal de aplicar
el timbrado de nómina, tal como lo aprobó –en lo general y en lo particular, y
por unanimidad de votos– el H. Consejo Universitario en su Sesión
Extraordinaria del 2 de junio de 2017.
Asimismo, han expresado su
apoyo y respaldo al rector Javier Saldaña Almazán, para que logre los acuerdos
necesarios con los gobiernos estatal y federal y permitan reducir los efectos
económicos del timbrado de nómina en los trabajadores universitarios.
Qué
bueno que miles de universitarios estén a favor de cumplir con sus obligaciones
tributarias y que el acuerdo aprobado en 2017 por el H. Consejo Universitario
se cumpla al pie de la letra.
Cabe destacar que la UAGro
es la única universidad pública del país a la que no se le ha aplicado el timbrado
a sus prestaciones.
También es cierto que el
ISR ya se aplicaba al salario base de los trabajadores universitarios, no así
en algunas prestaciones. Desde luego que el descuento ha sido proporcional a lo
que gana un trabajador.
En conferencia virtual
realizada este martes, Javier Saldaña informó que la UAGro aportará 32 millones
de pesos para compensar el impacto al salario de los trabajadores, producto del
timbrado de la nómina y el pago del ISR a las prestaciones.
El rector reconoció a los
trabajadores de Escuelas y Facultades que se han manifestado a favor de cumplir con la
normatividad legal, ya que con ello demuestran “patriotismo y respaldo para
mantener la autonomía de la Universidad intacta y no meter a la institución en
una crisis”.
Los
que se oponen a que la UAGro timbre la nómina son aquellos que no quieren pagar
impuestos por la prima de antigüedad y el aguinaldo. Sí, aquellos que amagan
realizar movilizaciones en las calles de
Chilpancingo y que sueñan con volver a dirigir los destinos de la máxima casa
de estudios de la entidad.
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