viernes, 17 de julio de 2020

ZONA CERO La elección que viene Roberto Santos



Interesante va a ser el proceso electoral del 2021.
Vemos como algunos líderes han desplazado sus posiciones, y después de negarse a la creación de alianzas, a la puerta del inicio de las actividades electorales, hay quienes promueven acercamientos con quienes hace unos días rechazaban.

Se entiende que algunos líderes que aún se venden como de izquierda promuevan como primer paso mantener la cohesión interna y acercamiento con quienes coinciden en posturas ideológicas.

Pero sucede que el partido oficial, Morena, no pretende ningún acercamiento con el PRD, ni con tribu alguna, porque su alianza está establecida con el PT y Partido Verde.

Aun así, algunas voces perredistas insisten en aglutinarse en esa alianza donde no los aceptan ni de chiste.

Ya lo han dicho algunos teóricos, que todo lo que el hombre ha realizado desde el inicio de la humanidad tiene como orientación estratégica la supervivencia.
Por eso resulta incomprensible que sigan escuchándose voces que pretendan sumarse a Morena en este proceso electoral, pretendiendo una alianza estratégica de izquierdas, cuando no hay condiciones para tal propósito.

Quienes han hecho saber su opinión acerca de buscar una alianza contraria al que ya tiene Morena con sus partidos satélites, entienden que es prioritario analizar sus fortalezas y las del adversario para poder diseñar algunas estrategias, entre ellas buscar acercamientos entre partidos con los cuales puedan crear una agenda común.

Una agenda que beneficie el desarrollo de políticas públicas, leyes nuevas y quizá la recuperación de instituciones perdidas.

Cierto es que Morena ya tiene su camino a seguir y definirá sus candidatos dentro de sus filas de seguidores y funcionarios federales, sabedores que tienen recursos y la fuerza de la presidencia de México.

Además, perciben fuerte apoyo electoral, por lo que sea cierto o no, así es como diseñarán su maquinaria electoral para probar su capacidad en las urnas.

Sin embargo, habrá que analizar la movilidad que tienen los actores políticos y las alianzas que empiezan a tejer entre sí, y las posibles rupturas que puedan generar dentro de sus partidos de no ser elegidos candidatos o candidatas.

Dentro de Morena, los fuertes son 4 personajes: Félix, Adela, Pablo, y Walton, como personaje externo, cuyo crecimiento y aceptación va creciendo dentro del partido oficial, a tal grado que ya se dice que es el candidato seguro.

La pregunta obligada es que si no es Félix el candidato, ¿se mantendrá dentro de las filas de su partido o generará una ruptura interna para buscar la nominación por otro partido o alianza?

Y dónde quedaría Bety, quien también busca ser elegida candidata a partir de una negociación entre dirigencias nacionales del PT y Morena.

Veremos si el PRD es capaz de aglutinarse y definir un candidato a partir de acuerdos internos entre las fuerzas que en su interior cohabitan, o hacen realidad esa alianza que algunas voces pregonan para unir en un solo destino al PRD-PRI y PAN, y de este conglomerado nominar a quien los va a representar en las urnas para la elección de gobernador.

Por lo mientras, el PRI maneja tres aspirantes, con la fuerza y capacidad para ir por la gubernatura.

Ellos son Mario Moreno Arcos, Héctor Apreza Patrón y Manuel Añorve Baños.

Sin duda, será importante que este partido reivindique lo que ha perdido, y mande a competir a quien no esté señalado de haber cometido actos de corrupción y mantenga buena imagen ante los electores.

Y solo Mario Moreno y Héctor Apreza reúnen esa cualidad, de políticos que no han sido señalados de actos de corrupción durante los cargos públicos que han tenido.

En fin, cada partido tiene que saber con quién se puede y debe aliar para mantenerse en la vida política estatal y nacional.

Habrá que recordar lo que decía Maquiavelo: difícilmente  resulta vencido el que sabe evaluar sus fuerzas y las del enemigo.



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