Interesante va a ser el
proceso electoral del 2021.
Vemos como algunos líderes
han desplazado sus posiciones, y después de negarse a la creación de alianzas,
a la puerta del inicio de las actividades electorales, hay quienes promueven
acercamientos con quienes hace unos días rechazaban.
Se entiende que algunos
líderes que aún se venden como de izquierda promuevan como primer paso mantener
la cohesión interna y acercamiento con quienes coinciden en posturas
ideológicas.
Pero sucede que el partido
oficial, Morena, no pretende ningún acercamiento con el PRD, ni con tribu
alguna, porque su alianza está establecida con el PT y Partido Verde.
Aun así, algunas voces
perredistas insisten en aglutinarse en esa alianza donde no los aceptan ni de
chiste.
Ya lo han dicho algunos
teóricos, que todo lo que el hombre ha realizado desde el inicio de la
humanidad tiene como orientación estratégica la supervivencia.
Por eso resulta
incomprensible que sigan escuchándose voces que pretendan sumarse a Morena en
este proceso electoral, pretendiendo una alianza estratégica de izquierdas,
cuando no hay condiciones para tal propósito.
Quienes han hecho saber su
opinión acerca de buscar una alianza contraria al que ya tiene Morena con sus
partidos satélites, entienden que es prioritario analizar sus fortalezas y las
del adversario para poder diseñar algunas estrategias, entre ellas buscar
acercamientos entre partidos con los cuales puedan crear una agenda común.
Una agenda que beneficie
el desarrollo de políticas públicas, leyes nuevas y quizá la recuperación de
instituciones perdidas.
Cierto es que Morena ya
tiene su camino a seguir y definirá sus candidatos dentro de sus filas de
seguidores y funcionarios federales, sabedores que tienen recursos y la fuerza
de la presidencia de México.
Además, perciben fuerte
apoyo electoral, por lo que sea cierto o no, así es como diseñarán su
maquinaria electoral para probar su capacidad en las urnas.
Sin embargo, habrá que
analizar la movilidad que tienen los actores políticos y las alianzas que
empiezan a tejer entre sí, y las posibles rupturas que puedan generar dentro de
sus partidos de no ser elegidos candidatos o candidatas.
Dentro de Morena, los
fuertes son 4 personajes: Félix, Adela, Pablo, y Walton, como personaje
externo, cuyo crecimiento y aceptación va creciendo dentro del partido oficial,
a tal grado que ya se dice que es el candidato seguro.
La pregunta obligada es
que si no es Félix el candidato, ¿se mantendrá dentro de las filas de su
partido o generará una ruptura interna para buscar la nominación por otro
partido o alianza?
Y dónde quedaría Bety,
quien también busca ser elegida candidata a partir de una negociación entre
dirigencias nacionales del PT y Morena.
Veremos si el PRD es capaz
de aglutinarse y definir un candidato a partir de acuerdos internos entre las
fuerzas que en su interior cohabitan, o hacen realidad esa alianza que algunas
voces pregonan para unir en un solo destino al PRD-PRI y PAN, y de este
conglomerado nominar a quien los va a representar en las urnas para la elección
de gobernador.
Por lo mientras, el PRI
maneja tres aspirantes, con la fuerza y capacidad para ir por la gubernatura.
Ellos son Mario Moreno
Arcos, Héctor Apreza Patrón y Manuel Añorve Baños.
Sin duda, será importante
que este partido reivindique lo que ha perdido, y mande a competir a quien no
esté señalado de haber cometido actos de corrupción y mantenga buena imagen
ante los electores.
Y solo Mario Moreno y
Héctor Apreza reúnen esa cualidad, de políticos que no han sido señalados de
actos de corrupción durante los cargos públicos que han tenido.
En fin, cada partido tiene
que saber con quién se puede y debe aliar para mantenerse en la vida política
estatal y nacional.
Habrá que recordar lo que
decía Maquiavelo: difícilmente resulta
vencido el que sabe evaluar sus fuerzas y las del enemigo.
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