Ganar una elección en las
urnas, no es una tarea sencilla. Mucho menos lo será en la elección de 2021, en
el que los guerrerenses elegirán diputados federales y locales, 81 presidentes
municipales y al sucesor del gobernador Héctor
Astudillo Flores.
Será una elección muy
competitiva. Y ganará el candidato que
más alianzas amarre con los diversos
sectores sociales, pues es claro que a ningún partido le alcanzarán los votos
de sus militantes.
¿Y qué necesita un partido
o coalición para conseguir los votos suficientes para ganar?
Son
varios factores los que determinan un triunfo electoral.
Vayamos por partes.
De entrada, se requiere un buen candidato. O sea, alguien que tenga experiencia en la
solución de problemas, honrado, diligente y que genere confianza al electorado.
En 2018, la mayoría de los
electores decidieron votar por Andrés
Manuel López Obrador, al considerar que éste representaba el cambio en la
forma de hacer política.
El
hartazgo ciudadano también benefició a los candidatos que postuló Morena al
Congreso de la Unión, Congresos estatales y en algunas gubernaturas y
Alcaldías, sin pensar que otorgarían el poder a personajes sin experiencia
legislativa ni administrativa. Y, peor aún, sin analizar que elegirían a un
montón de ignorantes, engreídos y valemadristas.
López Obrador se esforzó
en llegar a la Presidencia de la República. Durante 18 años anduvo recorriendo
el país para convencer a los ciudadanos de que él era la esperanza de México.
Fue perseverante y ganó
con amplio margen. Por él votaron, no solo militantes de Morena, sino también
los militantes del PT y el PES, que desde un principio abrazaron su proyecto de
nación. También lo hicieron los militantes de base del PRD, organizaciones
sociales, asociaciones civiles y miembros de la “mafia del poder” (PRI, PAN,
PVEM, etc.).
En esta ocasión no me
referiré al desempeño del presidente López Obrador, pues es de todos sabido mi
opinión respecto al gobierno que encabeza a partir del 1 de diciembre de 2018.
Lo que quiero dejar en
claro es el papel que juegan los partidos y los candidatos en una elección.
Si
un partido elige a un pésimo candidato, los resultados son más que obvios,
sobre todo, si es un candidato con poco arraigo social, conflictivo y sin
propuestas claras.
Hay ocasiones en que los
partidos postulan a personajes con una excelente trayectoria académica y con
una conducta intachable, pero el gran problema radica cuando el partido o la
coalición carecen de una estructura sólida.
Luego entonces, si un partido quiere ganar una elección
deberá postular a un candidato con amplia aceptación social, que unifique a los
militantes de varios institutos políticos, que no le tema al debate y no tenga
una cola larga que le pisen.
Si
un partido político es incapaz de lograr la unidad a la hora de elegir a su
candidato, muy difícilmente podrá alzarse con el triunfo en la jornada
electoral.
Para el Dr. Fernando
Mires, profesor Emérito de la Universidad de Oldenburg (Alemania) y autor de
numerosos artículos y libros sobre filosofía política, el objetivo de toda
política “es sumar y eso significa restar fuerzas al enemigo”. Y quien no sabe
sumar debe ir a la escuela, no a la política.
También refiere que “la
unidad en la política surge frente a la necesidad de dirimir diferencias con un
enemigo al cual no podemos derrotar con nuestras propias fuerzas (números,
medios, dinero)”.
Y agrega: “Frente a ese
enemigo buscamos unirnos con otras fuerzas diferentes a nosotros y para eso
deponemos, aunque sea por un breve plazo, las diferencias, para lo cual se
requiere que esas diferencias existan. La unidad, no hay otra posibilidad, es
hija de la desunión”. (Polis: Política y
Cultura, 12-VIII-2014).
En
Guerrero varios personajes políticos andan muy adelantados.
Pero fue Morena el que
adelantó la sucesión. Pero lo hizo mal, ya que sigue atorado en sus conflictos internos. Tan es así que los grupos
políticos y/o tribus de Pablo Amílcar
Sandoval Ballesteros, César Núñez
Ramos, Marcial Rodríguez Saldaña
y Sergio Montes Carrillo hacen hasta
lo imposible por apoderarse de la dirigencia estatal.
Y en el Congreso local
siguen sin dirimir sus diferencias.
Sandoval Ballesteros y
Núñez Ramos pelean “a muerte” por la Coordinación de la bancada morenista y la
Presidencia de la Junta de Coordinación Política (Jucopo), a tal grado que
Morena perdió en menos de un año de haber iniciado la LXII Legislatura, a dos
integrantes (Samantha Arroyo Salgado
y Servando de Jesús Salgado Guzmán).
A
Sandoval Ballesteros le caracteriza su ambición desmedida del poder por el
poder, ya que desde la Delegación del gobierno federal en Guerrero pretende adueñarse
de la dirigencia estatal de Morena y seguir manejando con opacidad los jugosos recursos
del Congreso del estado.
En lugar de generar unidad
y armonía política al interior de Morena, el nieto del Dr. Pablo Sandoval Cruz
hace todo lo contrario. Hasta con su
sombra se pelea. No entiende que así no se construye una candidatura para la
gubernatura.
Mientras él sigue con su
soberbia, desde el Centro del país han dado el visto bueno para que un externo
sea el que abandere a Morena en 2021 para la gubernatura.
ENTRE
OTRAS COSAS… El secretario de Desarrollo Social
estatal, Mario Moreno Arcos, aseguró
este miércoles que el PRI está en la
mejor disposición de construir una amplia alianza con los partidos políticos
que sean necesarios y con la sociedad civil para retener la gubernatura en 2021.
El también aspirante a la
gubernatura coincidió con el gobernador Héctor Astudillo, quien, durante la
sesión del Consejo Político Estatal del PRI efectuado el pasado domingo,
sugirió que el tricolor debe formar alianzas sin ver colores partidistas y,
así, ganar en el próximo proceso electoral.
Comentarios:
E-mail:
efrain_flores_iglesias@hotmail.com
Twitter:
@efiglesias
En 2018 los ciudadanos
decidieron castigar en las urnas al PRI, al PAN y al PRD, premiand
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