martes, 10 de septiembre de 2019

CONTEXTO POLÍTICO Por Efraín Flores Iglesias La unión de la chiquillada


Así como el PRI y Morena se organizan para enfrentarse en la elección de 2021, los jefes de las tribus del PRD en Guerrero no se quedan con los brazos cruzados. Se mueven para no ser borrados del mapa electoral.
Desafortunadamente, los llamados de unidad no han funcionado.
Por un lado, las tribus más pequeñas se han unido en torno a dos personajes: Evodio Velázquez Aguirre, ex alcalde de Acapulco y líder de Nueva Mayoría, y Bernardo Ortega Jiménez, ex presidente de la Comisión de Gobierno del Congreso local en la LX Legislatura local y ex alcalde de Quechultenango (bastión del grupo delictivo Los Ardillos).
La chiquillada se unió para enfrentar a Izquierda Progresista de Guerrero (IPG), que comanda el influyente ex gobernador Ángel Heladio Aguirre Rivero, y a Alternativa Democrática Guerrerense (ADG), que dirigen Celestino Cesáreo Guzmán, coordinador de la bancada del PRD en el Congreso local, y Carlos Reyes Torres, ex dirigente estatal del PRD y ex presidente de la Comisión de Gobierno en la LVIII Legislatura local.
El pasado domingo, los grupos Nueva Mayoría (NM), Movimiento Alternativo Social (MAS), Foro Nuevo Sol, Renovación Guerrero, Bloque de Izquierda Social (BIS), Izquierda Democrática Nacional (IDN) y Vanguardia Progresista anunciaron en un acto público constituirse en el Frente Amplio Democrático Guerrerense (FADG).
La nueva agrupación se pronunció contra las alianzas con los partidos de derecha, olvidando que la mayoría de ellos han sido paleros de la derecha en el pasado reciente. Algunos de ellos militaron en Nueva Izquierda, tribu que a nivel nacional comandan Jesús Ortega Martínez y Jesús Zambrano Grijalva, mejor conocidos como “Los Chuchos”, y que fueron aliados de los presidentes Felipe Calderón Hinojosa y Enrique Peña Nieto.
Ahora resulta que los integrantes del FADG son unos santurrones y que representan a la verdadera izquierda en el PRD, cuando sus máximas cabezas contribuyeron a que el Sol Azteca perdiera importantes municipios en el pasado proceso electoral y que han sido señalados por diversas irregularidades y peligrosas relaciones.
Hay quienes vaticinan que el PRD se volverá a dividir en 2021 por la lucha intestina de las tribus.
El FADG le apuesta a una alianza con Morena. O sea, con sus sepultureros. Mientras que el líder máximo de IPG, Ángel Aguirre Rivero, propone una amplia alianza con el PRI, MC y el PAN. Y no rogarle nada a Morena.
Los chavarristas de ADG han sido más moderados y están a favor de una alianza con MC y el PT. Su gallo para la gubernatura es Carlos Reyes Torres, quien desde hace tres meses recorre el estado para saludar a sus simpatizantes y amarrar alianzas con importantes liderazgos.
Queda claro que lachiquillada teme a la extinción política y no le importa que sus ahora jefes de grupo estén en el ojo del huracán por situaciones anómalas.
Bien lo dijo don César Garizurieta, alias “El Tlacuache”, en los años 50s, durante el gobierno de su amigo Miguel Alemán Valdés: “Vivir fuera del presupuesto, es vivir en el error”.
MORENA Y SUS PROSPECTOS
Desde que Andrés Manuel López Obrador se instaló en Palacio Nacional, los senadores Nestora Salgado García y Félix Salgado Macedonio no han desaprovechado ningún momento para manifestar su deseo de llegar a Casa Guerrero en 2021 “si el pueblo así lo decide”.
“El Toro sin tuercas”, como algunos conocen a Salgado Macedonio, es más hábil que su homóloga Nestora, ya que ha sido dos veces diputado federal, dos veces senador de la República, alcalde de Acapulco y dos veces candidato al gobierno estatal por el PRD (1993 y 1999). Y ha sabido relacionarse con personajes poderosos de la mal llamada Cuarta Transformación.
Ricardo Monreal Ávila, presidente de la Junta de Coordinación Política (Jucopo), por ejemplo, ya le dio su “bendición” para el 2021.
Desde luego que el delegado del gobierno federal en Guerrero, Pablo Amílcar Sandoval Ballesteros, sigue soñando en gobernar a los guerrerenses, ya quetiene la esperanza de que su hermana Irma Eréndira, de los mismos apellidos, abogue por él ante el presidente López Obrador, a pesar de que este año dejó a miles de campesinos sin fertilizante.
Además, su falta de oficio político ha generado un fuerte divisionismo en Morena y al interior de la bancada de dicho instituto político en el Congreso local.
Si Félix o Pablo Amílcar siguen pateándose debajo de la mesa, el presidente López Obrador optará por otros personajes. Por ejemplo: la magistrada con licencia del Tribunal Superior de Justicia (TSJ) y actual alcaldesa de Acapulco, Adela Román Ocampo, y el empresario y ex dirigente nacional de Movimiento Ciudadano, Luis Walton Aburto.
Y en el PRI, curiosamente prevalece la calma. Pero de eso comentaremos en la próxima entrega.

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