CUADRO DE FRANCISCO GOYA |
La gente que vive sin saber que es justicia, nunca saciara su hambre aunque ingiera sus
alimentos tres veces al día. Un pueblo no puede ser justo cuando lo hace
por su propia mano.
Nunca se estará satisfecho, si a la gente no se le enseña lo que
es la justicia.
La gente no puede tener justicia cuando en vez de quitarles las
vendas de los ojos, les callan la boca con promesas de causas justas. La gente no puede tener justicia si por la
búsqueda y ambición del poder los grupos de élites y líderes, agrupaciones sociales y grupos de
presión aprovechan los momentos de ingobernabilidad para aparecer en los
escenarios y hacer justa y merecedora su ayuda y
solidaridad. La gente no puede tener justicia si la brecha de entre ricos y
pobres, de víctimas y victimarios, de gobernantes y gobernados, de actos humanos e inhumanos nos atrapa en la
mediocridad.
La gente no puede ser justa si
hacen justicia hacen por su propia mano.
La gente no puede ser justa, sino se le enseña a serlo. La gente no puede
superar sus errores, si antes no sabe que sigue viviendo entorno a ellos; al
que lo han acostumbrado. La gente no
puede olvidar lo que ha aprendido: Ser violento, como una causa justificada de
su insaciable sed de justicia, de su rebeldía. La violencia es un componente estructural de
nuestras desigualdades. Hay que aprender a identificarla y no repetirla.
Calmar el círculo de la
violencia requiere gente dando amor, paciencia, tolerancia, respeto, llamar a
la concordia y no dejar que suenen más fuertes los tambores de guerra y
derramamiento de sangre. Es necesario vivir una nueva contracultura.
Es urgente que en el Estado de
Guerrero se olviden las conspiraciones avanzadas y se haga hacer valer el
Estado de Derecho con justicia para todos.
El líder de la defensa de los
derechos humanos deber ser una persona sabia y justa. Requiere de nobleza, corazón
y temple.
La inestabilidad que se vive en Guerrero, es en la que todos participamos
y la construimos todos los días, por eso tenemos los mismos resultados, los
mismos datos duros. Que el pensamiento político y las enseñanzas
de los intelectuales del poder, la sabiduría y del mismo ejercicio de la
política sean puestos en la práctica y no se vuelva como siempre una verdadera
utopía.
Del Estado de Guerrero se nos
ha dicho su historia, la forma en cómo nace la entidad, revestida de poder y en medio de una lucha por ejercer la
autoridad de unos sobre otros y a la que con mucho orgullo nombraron…El Estado
de Guerrero, donde se conceptualizaron más los atributos de un valiente personaje
revestido de valentía y coraje, que al mismo apellido que le diera como ser
humano el caudillo Vicente Guerrero Saldaña.
La geografía del poder en cada
región del estado, nos sigue mostrando que somos el mismo patrón heredado del
génesis con repeticiones de violencia a
través de las masacres humanas como una ofrenda
a la violencia. Estas conductas adquiridas, experimentadas y hechas
a la medida de la misma sociedad guerrerense,
de tanta práctica se volvieron una
costumbre, una tradición y una cultura. Se
nos ha dicho hasta el cansancio que somos ¡valientes, bravos y rebeldes! y cada día nos esforzamos
por hacer valer a lo que según creemos es nuestra identidad; coraje, violencia
y rebeldía sin que hasta el momento podamos justificarla. Estamos sin consumar y consolidar y construir un territorio de armonía donde reine la virtud de los
ciudadanos en conjunto con sus leyes. Si, señores, la cuna de los Sentimientos de la Nación,
está convertida en una cuna donde se origina la violencia!!!!.
Alba Teresa Estada Castañón, investigadora de la UNAM en su libro,
“Sociedad, economía, política y cultura”,
el génesis del Estado de Guerrero su historia, y su geografía del poder
se manifiesta en su natal y actual
pobreza, su atraso económico, inestabilidad política, el soborno, la violencia, el sabotaje y la traición.
La investigadora como buena
guerrerense, hace una aportación a partir de su estudio para
conocer al guerrero y al guerrerense, precisamente para entender los fenómenos
sociales en este estado. Somos
económicamente empobrecidos, socialmente disgregados, culturalmente enfrentados
y con violencia política, señala la realidad justificada de su diagnóstico.
Entonces, poco nos interesa
saber ¿Quiénes somos?, y partir de ese autoconocimiento descubrir y entender por qué actuamos de
forma violenta e impositiva sobre otros. ¿Acaso el ejercicio del poder es lo
que no se ha podido controlar?, o es el miedo a conocer nuestra propia identidad? Nadie quiere tener la culpa, nadie quiere
parecer ignorante y tampoco nadie hace algo por cambiar las formas de
actuación.
Hemos hecho un mito con los
valores de valentía, coraje y rebeldía, hasta ha quedado escrito en notas y
letras musicales, en párrafos de poesía y
diálogos de la vida diaria que somos ¡bravos y valientes!, y ¿para qué?, si no podemos cargar con nuestra realidad,
esta que no hemos podido cambiar.
Hemos construido un modelo de
violencia desde el escenario bélico desde la Guerrilla Insurgente en la
independencia, hasta la guerrilla campesina de los años setentas y de ahí todos
los eventos sangrientos ocurridos en varios periodos de gobierno. Y tal parece
que así estamos contentos repitiendo patrones en el círculo de la violencia. Es
más fácil ponerse berrinchudos cada vez
que queremos tomar ventajas sobre otros, manipulando y chantajeando las vías
neutrales olvidando la concentración y el llamado a la prudencia, y por eso
mira; observa…. ¡¡¡¡Cómo estamos en
Guerrero!!!! Los datos duros y la violencia nos lo confirman todos los días.
Será entonces, ya necesario
replantear el ejercicio de la práctica de la política en este estado?, de crear escenarios más justos para todos, con
procesos electorales más ordenados, con un seguimiento pasivo del cambio de
poderes que no atraiga el dolor y la muerte, con una sociedad más participativa
y no más empecinada en una cultura apática y dejada para después echarle la
culpa siempre al gobierno, al sistema. De seguir asumiendo una vez más que
tenemos la razón de justificar la violencia, bajo el argumento de que es la
única respuesta a un pueblo que padece ignorancia y pobreza. Todo queremos subsidiado y compensado. Y preferimos discriminarnos y excluirnos para
tener siempre la razón.
Hay que comprender nuestra
naturaleza, pero para darle valía humana y espíritu a nuestras leyes de
convivencia, no para seguir asumiendo y
justificando nuestra frustrada violencia, porque la originamos, pero no nos
lleva a nada más que al mismo circulo vicioso.
Dejemos de usar la justicia
cuando nos conviene y dejar de ser justos cuando ya no la utilicemos.
El Estado de Guerrero debe de
brillar como verdadera Cuna de Los Sentimientos de la Nación poniendo en práctica la Justicia del Estado.
El libro los diálogos de
Platón, con referente a La República o de lo justo, cita: “En cada estado, la justicia no es sino
el provecho de aquél que tiene en sus manos la autoridad, y es por ende, el más
fuerte”
Para mí, la República es justa,
porque da a cada cual lo que se le debe, incluso a ella, que ejerce el poder y
fuerza, contra el más débil.
¡¡¡Guerrero!!!, deja de exigir
lo que no estás dispuesto a dar.
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