La
zona Centro del estado cuenta con impresionantes vestigios arqueológicos que
guardan mil y un secretos, además de innumerables escenarios naturales donde se
pueden practicar desde tranquilas caminatas hasta deportes extremos.
La
Delegación de Fomento Turístico Zona Centro y Montaña, destacó que los
visitantes tienen la oportunidad de vivir una experiencia inolvidable,
maravillarse y nutrirse observando las zonas arqueológicas La Organera y
Tehuacalco.
La
Organera abarca 18 mil metros cuadrados, y sus edificios corresponden a un
estilo arquitectónico peculiar.
Algunos
cuartos y basamentos están decorados con hileras de piezas circulares de piedra
conocidas como clavos, otros con un tipo de tableros en escapularios y, unos
más techados con lajas saledizas, sistema conocido como bóveda falsa.
Se
encuentra en la región montañesa del centro de Guerrero. Desde la Ciudad de
México se toma la autopista que va a Iguala; después la carretera federal 95,
México - Acapulco. En el kilometro 90, se encuentra una desviación hacia Filo
de Caballos, la zona arqueológica se localiza en el poblado de Xochipala.
La
zona arqueológica Tehuacalco posee 8 conjuntos arquitectónicos mayores, además
de 10 estructuras arquitectónicas menores. El área de estructuras mayores abarca
12 hectáreas.
En
cuanto a la configuración del centro cívico ceremonial de Tehuacalco, las
estructuras del sitio están rodeando una gran plaza rectangular y fueron
orientadas y alineadas con respecto a los cerros prominentes del horizonte,
haciendo evidentes las líneas visuales que marcan días importantes del año
solar, como el equinoccio o los solsticios.
Tehuacalco
no solamente poseía edificios cívicos, ceremoniales, administrativos y
residenciales, también un espacio saturado de elementos rituales que iban desde
el paisaje con los cerros sagrados, las cuevas, los petrograbados y los
manantiales.
Todos
esos elementos generaron un conjunto ritual que reflejaban la esencia de
Tehuacalco como lugar de culto y veneración a los dioses de la agricultura y del
agua.
La
zona arqueológica se ubica entre las poblaciones de Ocotito y Tierra Colorada.
En la localidad de La Haciendita, se toma la desviación que dirige al oriente
bajando abruptamente hasta un lecho de un río donde hay un puente, para
continuar por un camino de asfaltado 2.6
kilómetros.
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