lunes, 26 de agosto de 2013

SEMBLANZA DEL ESCRITOR Y CRONISTA DE LA CIUDAD DE CHILPANCINGO, HERMILO CASTORENA, POR EL POETA DR. EN LITR. MANUEL S. LEYVA MARTÍNEZ

Don Hermilo Castorena Noriega
En los años 40 procedente de la jarocha ciudad de Veracruz arribó a Iguala, Gro., Capital de la Independencia Nacional, este joven y modesto telegrafista, cuya imagen cordial y franca mano abierta ganó el afecto de los lugareños, especialmente en el medio radiofónico y periodístico.- Su visión y anhelo de superar niveles profesionales y familiares obligaron su traslado a Chilpancingo.

Su primer contacto y amistad permanente fue con el jefe de la Oficina de Telégrafos, escritor y poeta Don Carlos Gómez, quién lo presentó con lo más granado de la cultura, del medio político y social de Ciudad Bravos. Su palabra sonora, su fraternidad y su talento literario contribuyeron para que incursionara en el medio incipiente de radiolocución y  periodismo, ambos medios a los que dio nombradía de auténtico profesionista y fue crisol de superación, principalmente como fundador del Diario “VÉRTICE”, que al paso del tiempo ha permanecido y sostenido la calidad y veracidad de la noticia con innovaciones en sus planas, portadoras de poesía, arte, diseño y preferencia cultural en su amplia gama, destacando por muchos años ingeniosos epigramas de la vox populi y los firmados por Aristarco, ilustre seudónimo de Hermilo Castorena Noriega.

Por la brevedad del espacio me concreto a destacar que las letras guerrerenses se cubrieron de lauros con la promoción literaria del maestro Castorena, siendo uno de sus tributos mayores la edición de los siete lujosos y académicos tomos de la Enciclopedia Guerrerense, que coordinó bajo exigente disciplina con reconocidos talentos, integrantes del Circulo de Escritores Guerrerenses, que previamente había formado.

Durante mis vacaciones anuales a Chilpancingo, religiosamente visitaba su hogar y eran memorables las tertulias con poetas, escritores y artistas, que irremediablemente, si coincidía en día jueves, terminábamos consumiendo pozole y mezcal en algún rincón gastronómico, siendo los preferidos en “ca doña Docha” o el Laurel de Carmelita Lahud.

Páginas de un grueso volumen formaría la narración de las vivencias con el ahora muy llorado maestro Castorena Noriega, si intentara mencionar todos sus escritos, poemas, ensayos y prosa como autorizado Cronista de la Ciudad y como el único intelectual chilpáncingueño, nacido en Veracrúz, (por personal y legítima devoción). que con loablea vocación integró la Biblioteca de más de veinte mil libros de autores y temas de Guerrero.

Termino por esta ocasión y con bastante brevedad, una fraterna remembranza, haciendo constar que mi hermano Hermilo, era y lo será en la eternidad, el más devoto cultivador y guardíán del parnaso estelar de la cultura en el inmortal Estado de Guerrero.
Poeta y Escritor Manuel S. Leyva Mtz.

CUANDO  MUERE  UN  AMIGO.
  (Dolencia para Hermilo Castorena Noriega) 

Cuando muere un amigo que mucho se ha querido
algo de nuestra vida se marcha al más allá…,
entonces llora el alma y un dolor escondido
nos confirma en silencio, que al morir nuestro amigo,
lo mejor de uno mismo, se va y no volverá.

El verdadero amigo que en todo es solidario
es el mejor hermano que el destino escogió,
porque da sin reservas su lealtad y cariño
y en la escala del tiempo es voz del corazón.

Cuando muere un amigo duele la adversidad
e invade al sentimiento cruel infelicidad,
porque van al ocaso postreras ilusiones
flotando en el silencio fraterna soledad.

Cuando muere un amigo que mucho se ha querido
parte de nuestra vida se va y no volverá…

Manuel S, Leyva Martínez.


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