Ambos eran veteranos de la
Primera Guerra Mundial y se habían salvado en las trincheras.
Los dos emplearon rasgos
similares para ganar el poder. "La tenacidad y la oratoria les sirvieron
para conseguir sus fines". Tenían una de esas cualidades; la otra, la
aprendieron: "No eran grandes oradores, pero se hicieron con ese arte. Churchill
pasaba 14 horas ante el espejo preparando discursos. Hitler se curtió en la
calle y los bajos fondos. "En las cervecerías donde iba a ver a los
cómicos para aprender, sobre todo los tiempos y ritmos de los discursos"
Cuadro pintado por Adolfo Hitler. |
Ambos eran autoritarios,
pero lo que hizo a uno dictador sangriento y al otro no, eran rasgos de su
temperamento. Churchill fue durísimo, pero no cruel. Y tenía un gran sentido
del humor y capacidad de reírse de sí mismo, algo que es difícil imaginar en
Hitler.
Todo un mundo les separaba,
no sólo por sus ideas políticas, sino también por sus orígenes sociales: Hitler
era hijo de un aduanero austriaco, en tanto que Churchill, descendiente del
Gran Duque de Marlborough, pertenecía a la gran aristocracia inglesa.
También había diferencias
cruciales. En el trato humano con sus colaboradores, por ejemplo. "Hitler
era más cercano, se acordaba de los cumpleaños o les visitaba si estaban
enfermos. Churchill, en cambio, se mostraba duro
Pero Hitler y Churchill
también tuvieron algunos elementos en común: los dos fueron políticos con un
gran instinto de supervivencia, ambos fueron los mejores oradores de su tiempo,
ambos lucharon en la Primera Guerra Mundial, los dos se convirtieron en los
últimos estadistas europeos que no tuvieron reparo ninguno en intervenir
directamente en la toma de decisiones estratégicas y tácticas de la guerra...,
y ambos fueron pintores.
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