Mientras el gobierno de
Guerrero se prepara para hacer frente a posibles recortes presupuestales de
parte de la federación, en algunos ayuntamientos de Guerrero parecen no
entender que el dinero público es un recurso escaso.
Aunque de los 137 mil
millones de recorte anunciados por el gobierno de la República para hacer
frente a la situación generada por la caída del precio del barril y el alza del
dólar, al menos 100 mil tendrán que salir de Petróleos Mexicanos (Pemex), los 37
mil restantes se deben obtener en algún otro lado, y es ahí donde estados y
municipios pueden salir afectados.
El gobernador Héctor
Astudillo ha previsto que pudiera verse disminuido el Ramo 28, mediante el cual
se asignan recursos de libre disposición a las entidades federativas. Esto es,
el gasto corriente del que se paga la nómina y sobre el cual el secretario de
Finanzas, Héctor Apreza Patrón, ha advertido que pudiera sufrir un recorte para
no agravar la situación económica del estado, lo cual dependerá de que se
sostenga la recaudación.
Esto afectaría la
capacidad de pago de la deuda que por el momento es muy buena, ya que en
relación con el dinero del Ramo 28 que recibe Guerrero es de apenas un 15 por
ciento, la tercera más baja del país de acuerdo con la consultoría de finanzas
públicas Aregional.
Habrá qué ver además el
impacto que en ese gasto corriente tendrán las irregularidades financieras
detectadas por el gobierno de Héctor Astudillo a las cuentas entregadas por la
anterior administración estatal, ya que se habla de casi 20 mil millones de
pesos.
Esta cantidad equivale a
casi nueve veces la deuda bancaria total de Guerrero que es 2 mil 244.9
millones y representa apenas el 0.9 por ciento del Producto Interno Bruto
Estatal (PIBE).
De tal suerte que entre
las irregularidades y las posibles reducciones presupuestales podrían venir
problemas económicos aún mayores de los que enfrenta Guerrero, lo cual de
manera responsable y seria se prevé desde el gobierno estatal que ya cuenta con
acciones concretas para aplicar en caso de contingencia.
No así los ayuntamientos
del estado que al parecer ni se dan por enterados de esta situación y podrían
llevarse la sorpresa al estirar la mano para recibir del estado la parte que
les corresponde y que de acuerdo con la Ley de Coordinación Fiscal, es al menos
de un 20 por ciento para todos ellos.
En Ayuntamientos como el
de Acapulco, donde lejos de las medidas de austeridad que corresponderían a un
supuesto adeudo heredado similar al de la de la deuda estatal, la nómina se ha
incrementado en 11 millones de pesos mensuales y se ha elevado el gasto en
renta de oficinas y vehículos; los recortes pueden agarrar al gobierno
municipal con los dedos en la puerta.
¡Aguas alcaldes de
Guerrero! Luego no se vayan a llamar a engaño o se digan atacados por su propia
irresponsabilidad o por ignorancia.
jalepezochoa@gmail.com
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