El ala radical perredista
está inconforme por la constitución del Frente Amplio Democrático (FAD), que
encabezan el PRD y el PAN con miras a la elección de 2018.
Han expresado que es una
alianza anti natura, incongruente y alejado de las causas del pueblo. Detestan
al PAN. No quieren nada con los blanquiazules.
Para ellos, la alianza
factible es con Movimiento Regeneración Nacional (Morena), el partido que
encabeza Andrés Manuel López Obrador.
El problema no es la
dirigencia del PRD, sino López Obrador, ya que éste es el que no quiere una
alianza con el partido que una vez dirigió. A sus dirigentes los ha tachado de
paleros del poder.
Alejandra Barrales y otros
miembros del Sol Azteca le manifestaron su mejor disposición de ir juntos en
las elecciones de 2016 y 2017. El dueño
de Morena se negó. Fue soberbio, pues creyó que sus candidatos ganarían el
Estado de México, Coahuila, Nayarit y Veracruz.
Le fallaron sus cálculos
al tabasqueño. Y no es la primera vez que le fallan. Ya se acostumbró a perder.
Es entendible que algunos
perredistas no estén de acuerdo en una eventual alianza entre su partido y el
PAN. Pero llama la atención que algunas de esas voces críticas han apoyado a
candidatos sin identidad de izquierda en el estado de Guerrero. Y, peor aún, han sido funcionarios de gobiernos
represores.
No
está mal que simpaticen con López Obrador. Están en todo su derecho de hacerlo.
En Morena, seguramente los están esperando con los brazos abiertos. O sea, se
están tardando para irse.
Tal vez tienen la
esperanza de que sus dirigentes cambien de opinión. Continúan en el PRD para
hacer el papel de críticos dignos.
No entienden que el PRD
puede inclinar la balanza a favor de un gran proyecto de nación, en donde no
quepan actitudes mesiánicas ni ególatras.
A
López Obrador le rogaron varias veces una alianza. Fue grosero. Seguirle rogando
es no tener dignidad. Y la paciencia tiene límites.
El PRD se arriesga en
aliarse con el PAN, pero recordemos que el que no arriesga, no gana.
Llama la atención que los
críticos del FAD no cuestionen la alianza que ha establecido López Obrador con
algunos empresarios que antes tildó de alcahuetes del régimen y con personajes
del viejo PRI, como son los casos de Manuel
Bartlett Díaz (responsable de la caída del sistema en 1988) y Esteban Moctezuma Barragán (ex
secretario de Gobernación zedillista).
Tampoco
se indignaron de la adhesión de Lino Korrodi, recaudador financiero de la
campaña presidencial de Vicente Fox en el año 2000.
Así
de hipócritas son. Sólo protestan cuando les conviene.
Insisto, en Guerrero hay
varios indignados por el acercamiento entre el PRD y el PAN. Destacan algunos
ex colaboradores de Ángel Aguirre Rivero,
ex alcaldes, ex legisladores y ex dirigentes estatales que añoran el poder que
alguna vez tuvieron. Son busca chambas,
pues.
Que conste, no generalizo. Hay militantes del PRD
que toda la vida han luchado por causas justas y que no tienen como objetivo
andar en busca de cargos públicos; militantes que desde sus comunidades y
municipios han defendido la democracia.
Debe quedar claro, que
quien llegue a la Presidencia de la República en 2018 será a través de una gran
alianza de partidos y agrupaciones sociales, ya que ningún partido ganará por
sí solo.
Será
una gran batalla, en el que López Obrador contenderá por tercera ocasión.
Si se consuma una alianza
entre el PRD y el PAN, sería un fuerte dolor de cabeza para el PRI… y López
Obrador. Y ya quedó demostrado en Veracruz cuando ganaron la gubernatura con Miguel Ángel Yunes Linares, en 2016.
En
efecto, hay voces críticas al interior del PRD, pero son los mismos que
cuestionan la corrupción y que callaron cuando a René Bejarano lo captaron
recibiendo dinero del empresario Carlos Ahumada.
Si bien es cierto, el PAN no es un partido de blancas palomas.
También hay corruptos como en el PRI, Morena, PT, Movimiento Ciudadano, Nueva
Alianza y el Partido Verde.
Lo que no entiende el ala
radical del PRD es la forma en que el PRI disfruta la división de las
izquierdas. Claro, siempre han estado así. Les gusta estar bajo la sombra de
caudillos o mesías.
ENTRE
OTRAS COSAS… El rector de la Universidad Autónoma de
Guerrero (UAGro), Javier Saldaña Almazán,
aclaró que los exámenes médicos que los alumnos deben hacerse como requisito para
inscribirse o reinscribirse no es la prueba de VIH y tampoco se las hacen en
laboratorios universitarios.
Esto lo informó luego de
que algunos medios difundieron una nota en el que señalan que el 5% de
estudiantes de la UAGro resultaron positivos en la prueba de VIH.
Qué bueno que el rector de
la máxima casa de estudios de la entidad haya aclarado tal situación.
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E-mail: efrain_flores_iglesias@hotmail.com;
Facebook: Efraín Flores Iglesias;
Twitter: @efiglesias
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