El proceso de aprobación
del presupuesto que ejercerá en 2020 el gobierno de Héctor Astudillo Flores fue
totalmente diferente al de 2019, negociado en sus primeros meses de convivencia
democrática con una mayoría parlamentaria de Movimiento de Regeneración
Nacional.
En sendas reuniones con
las fracciones y representaciones de partidos el secretario de Finanzas Tulio
Samuel Pérez Calvo logró que antes de las 2 de la madrugada del sábado 15 de
diciembre le aprobaran por unanimidad y sin discusión ejercer 61 mil 800
millones de pesos para el próximo año.
El del presente año hay
que recordarlo fue aprobado hasta el 9 de enero y en una sede alterna en
Acapulco, luego de una serie de controversias generadas por los legisladores de
Morena que sobrepasaron el plazo establecido para el 31 de diciembre de 2018.
En el buen resultado de
las negociaciones para el gobierno estatal seguro también tuvieron que ver la
experiencia y el oficio político del coordinador de la bancada priísta y
también ex secretario de Finanzas Héctor Apreza Patrón y a lo mejor hasta los
llamados a la buena colaboración que ha realizado en varias ocasiones durante
el año el presidente Andrés Manuel López Obrador.
Pero también el hecho de
que Morena se ha debilitado al interior del Congreso víctima de su canibalismo
así como la ansiedad de continuar la danza de los 50 millones en su lucha por
el bastón de mando de su bancada, son factores que ayudaron.
En principio la fracción
de Morena no tiene ya la misma capacidad de oposición. En 2018 asumió con 22
diputados y en menos de un mes se sumaron Celeste Mora Eguiluz que había
llegado a diputada por el PRD y Servando de Jesús Salgado Guzmán del PT, con lo
que sumaron 24, o lo que es lo mismo mayoría absoluta, el 50 % más 1.
En esas condiciones se
negoció el presupuesto de 2019. Pero a lo largo de este año el poder de manejar
la aplanadora fue demasiado para los noveles diputados. Los consumió y
expulsaron a Servando Salgado, un diputado de la Sierra de Guerrero, en un acto
de intolerancia por haber marchado con los campesinos en contra de las
irregularidades cometidas en el reparto del programa federal del fertilizante.
Además de haber perdido la
mayoría absoluta llegaron a la negociación del presupuesto 2020 en medio de una
confrontación interna por su propia coordinación, el control del Congreso,
obviamente del millonario presupuesto de 524 millones de pesos anuales y en
particular les preocupan 50 millones que acordaron descontarse de sus sueldos y
le dijeron al pueblo que sería por “austeridad republicana” pero que en
realidad ven como una especie de “caja de ahorro” personal. Un engaño pues.
El caso es que ya no
solamente existen en la fracción los clanes de las familias Sandoval y Núñez,
sino también los que apoyan al actual coordinador Antonio Helguera.
Al menos uno de los dos
clanes familiares tenía prisa en salir de las comparecencias por la glosa del
informe de gobierno y de la discusión del presupuesto para ir a lo que en
verdad les interesa: la sustitución de su coordinador que no podía esperar
hasta enero como éste quiere o como el diputado Moisés Reyes Sandoval dijo que
no se puede. Su prioridad era otra.
Pero esto no es culpa ni
de los diputados, ya que su división no es más que el reflejo de la falla
estructural que presenta a nivel nacional y que como el sistema nervioso viene
bajando desde el cerebro hasta la punta de los pies.
Lo vemos también en el
estado donde hay incertidumbre sobre su dirigencia disputada en tribunales
entre una delegada con funciones de presidenta que no le son reconocidas y un
secretario general desconocido por algunos otros actores, sin que exista una
figura con la legitimidad necesaria para mediar en conflictos como el del
Congreso.
A quien asoma la cabeza le
llueven denuncias ante tribunales o mínimo ante la Comisión de Honor y
Justicia. De tal suerte que se comportan como oposición donde son gobierno y
como gobierno donde son oposición.
Lo positivo de esto es que
la aprobación a tiempo del presupuesto permite al gobierno estatal no detener
la marcha y que los programas y acciones que habrán de llevarse a cabo en 2020
inicien cuanto antes, ya sea por los buenos oficios o por las prisas de los
actores involucrados en continuar con sus pleitos. Después de todo ¿Qué culpa
tienen de éstos los guerrerenses?
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