EL PRESIDENTE ANDRÉS
MANUEL López Obrador estará, según fuentes oficiales, este fin de semana en
Guerrero. El viernes en Acapulco, donde clausurará la Convención Nacional
Bancaria; el sábado en Xochistlahuaca y Cuajinicuilapa, y el domingo 15 en
Marquelia y Ayutla, municipios donde no se sabe qué va a hacer el mandatario federal.
Y es que el delegado federal en el estado, si no trabaja, tampoco informa.
Hasta ahora, hay que
decirlo, de las giras de trabajo que ha realizado el Presidente de la República
por Guerrero, de poco o nada han servido, pues como todo mundo sabe, el año
pasado, que fue el primero de su gobierno, no hubo ninguna obra pública para el
estado, e incluso, desapareció la zona económica especial que se construía en
los límites con Michoacán, y que de acuerdo al proyecto, detonaría el
desarrollo de esa región.
Hay que decir también en
el 2019 el gobierno federal quitó en el estado los comedores comunitarios y las
estancias infantiles, y salvo el programa del fertilizante, que fue absorbido
por el gobierno federal, el cual por cierto resultó un fracaso y fue objeto de
corruptelas, no hay resultados tangibles para Guerrero. Y es que, en efecto, el
gobierno del Presidente López Obrador no tiene un programa específico para el
desarrollo del estado.
Es cierto que en Guerrero,
como en todo el país, el programa de becas escolares es un hecho concreto, lo
mismo que las becas a los jóvenes que no estudian, a los adultos mayores y a
los discapacitados, pero es también muy cierto que como en Tabasco, y
concretamente en Macuspana, la tierra del
Presidente López Obrador, dichos programas no llegan a todos, aunque
afirmen lo contrario los representantes del gobierno federal en el estado.
Hay pues un gran pendiente
del gobierno federal, el que encabeza Andrés Manuel López Obrador, con el
pueblo de Guerrero. Y es que si bien en sus discursos de campaña siempre dijo
que primero los pobres, y muchos miles de éstos están en este estado suriano,
no hay una correspondencia hasta ahora, a pesar de que en la elección del 2018,
los guerrerenses votaron mayoritariamente por él. Eso de que amor con amor se
paga, tampoco se ha reflejado en los hechos.
Vamos, ni siquiera ha
arrancado el programa de Sembrando vida, y eso que fue anunciado por el propio
mandatario federal.
Así que hay a quienes no
emociona que venga el Presidente de la República a Guerrero, pues argumentan
que qué caso tiene de que llegue al estado si no trae nada más que el discurso
de “Vamos” hacer esto o lo otro y de echarle la culpa a los gobiernos del pasado,
al neoliberalismo, a los fifís y a la conservadores de la situación en la que
se encuentra el país, y que en los hechos él no ha podido cambiar. “Parece que
no se da cuenta que hoy ya es el Presidente”, señalan.
Sin duda, tienen razón,
pues tan solo el año pasado al gobierno estatal le recortaron un promedio de
mil 200 millones de pesos, los cuales en un estado como Guerrero, que carece de
recursos y las necesidades y pendientes son muchos, son de vital importancia, y
por eso, muchos, muchísimos de los que votaron por él y hasta se pelearon con
la esposa, los hijos y los padres, hoy están desencantados.
Pero también, hay que
decirlo, hay muchos, muchísimos que aún confían en él, incluso de manera
irracional, con la esperanza de que va a cumplirles su promesa de que vivirán
en un paraíso; de que los narcos se van a volver buenos, de que la gasolina va
a bajar a 8 pesos, o de que ahora sí todos, ricos y pobres, corruptos y
honestos van a ser iguales ante la ley.
Claro, también está ese
amplio sector de la población que ni desconfía del gobierno federal, pero
tampoco le cree, sino que trabajan día a día para ganar el sustento diario,
precisamente porque ni les va ni les
viene lo que hagan unos y otros. Y son, ciertamente, los millones de mexicanos
que en la elección del 2018 no votaron por ninguno de los candidatos,
sencillamente porque ninguno, incluyendo el que hoy es Presidente, llegó a
convencerlos.
En fin que este fin de
semana el Presidente estará en Guerrero. El primer día, el viernes, se reunirá
con los banqueros, es decir, con los ricos, con los representantes del
neoliberalismo, esos a los que odia pero que requiere de ellos hasta para vender los cachitos de la Lotería
para vender el cuento del Avión Presidencial. Con ellos va a comer, pero en
Xochistlahuaca, Cuajinicuilapa,
Marquelia y Ayutla, aún no se sabe qué va a hacer.
Ojalá y arranque el
programa del fertilizante, y no vaya a ocurrir como el año pasado que hasta en
el mes de septiembre se estaba entregando, luego de que los campesinos
bloquearon carreteras, tomaron bodegas de almacenamiento del insumo, e incluso
llegaron a tomarlo de los camiones donde era transportado.
Y es que, quien sabe de
labores del campo, sabe que los campesinos requieren el fertilizante a tiempo,
a más tardar el mayo, pues después, ya no tiene caso. Ah, y ojalá el Presidente
informe de que ya metieron a la cárcel a los corruptos de su gobierno que
desaparecieron casi 600 millones de pesos del abono, y compraron a un
sobreprecio, semilla mejorada inservible.
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julio651220@hotmail.com
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