Si el valor de nuestras vidas viene marcado por el deseo; en algunos personajes este anhelo, se ha convertido en obsesión. Esa obcecación ha llevado al ex delegado de Bienestar-Guerrero, Pablo Sandoval Ballesteros más allá de lo pensado y se enmarca en las teorías de Freud, de Lacan y cae en los brazos mórbidos y lujuriosos de Sade.
Más allá del bien por el
bien, pero más allá del mal por el mal, desde su llegada al estado de Guerrero,
solo ha fincado lotes de egoísmo, envidia y un ánimo de lograr concretar su
ambición de erigirse en el Padrino de los guerrerenses. Colocando a sus huestes
cercanas en sitios estratégicos no tan solo de esa dependencia, sino en puestos
de elección popular.
Tal es el caso de su íntimo
y empleado de Redes Sociales, fotografías y videos Héctor Pérez, quien está
propuesto como aspirante a una diputación local por el distrito uno, con sede
en Chilpancingo. El jovencito cercano al fallido aspirante a la candidatura a
la gubernatura de Guerrero, es una de sus cartas fuertes, según trasciende dentro
del círculo inseparable del mencionado derrotado de Morena.
El mismo caso que pretende impulsar
a su incondicional por el distrito 4 Federal a la malograda diputada Mariana
García Guillen, que solo se le ha visto en las fotos y videos del mismo Héctor
Pérez. Es decir, van en paquete. Y, lo mismo se sabe que a sus empleados
cercanos de esa oficina federal, les ha prometido puestos en el gobierno
estatal y más representaciones populares, para el siguiente proceso 2024. La
lista es compacta y lujuriosa.
Si el deseo
se debe al narcisismo primario busca proyectarse en sus lacayos y servidumbre;
porque si es bien es sabido que esos empleados que le siguen, son un nudo gordiano
de nulidad e ineficiencia; un enlace de favores, trueques y complacencias que
han hecho de Bienestar-Guerrero, una oficialía de partes y un brazo ejecutor
del partido de Movimiento Regeneración Nacional.
Aquí va a
ocurrir lo que ha sido su trayectoria. No persigue lo sano, por lo sano. Va
tras el poder como venganza, por ese insano deseo de satisfacer los daños
recibidos. Derrotado para conseguir el pase a la gubernatura; afanosamente busca
una representación federal por el distrito 9 de Acapulco o la alcaldía de ese
bello puerto. El deseo no es buscar el bien, sino por una posesión de bienes.
Enfermizo el personaje.
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