Cuando el padre primerizo,
Al Ferguson, visitó el estudio de Kirsty Grant para hacerse una sesión de
fotografías con su hijo, estaba ansioso por transferir al papel alguno de estas
emotivas imágenes para guardar como recuerdo y distribuir a sus familiares. Pero
la sesión de fotos tomó un giro un tanto inesperado.
Ferguson, de 26 años, tenía
en mente la pose exacta que quería hacer: el bebé sostenido de una forma
bastante desatendida sobre sus brazos, con sus miembros colgando como si fuera
un pequeño chimpancé. Pero el hombre se olvidó de un pequeño detalle que casi
termina por arruinar el ensayo fotográfico: Ted, el bebé, se había alimentado
hacía poco.
“Se acurrucó en la palma de
mi mano y así permaneció, feliz, tranquilo, dormido como un angelito, felizmente
inconsciente de su entorno y de lo que estaba sucediendo”, cuenta el padre.
“Kirsty apretó el obturador algunas veces cuando, de repente, sentí como su
barriga se empezaba a tensar… Supe inmediatamente lo que estaba por suceder… y
sucedió”.
La sonrisa de alivio en el
rostro del pequeño Ted contrastaba con la desesperación de su padre con el
brazo lleno de guacamole.
“Fue todo un chubasco. ¡De
verdad! Ensució toda la alfombra”, recuerda Ferguson. “Kirsty tomó un pañal, mi
esposa Jen un paño y yo me quedé en estado total de shock. Mi TOC por la
limpieza me dejó estático, principalmente a causa de la alfombra, pero también
debido a la caca que goteaba en mi brazo. Y las dos ahí, riéndose de mí”.
De alguna forma la fotógrafa
consiguió captar el evento a la perfección y, como es lógico, la inusitada
escena vino a parar a Internet.
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