Una mujer en Tailandia
llamada Duangjay Samaksamam, nacida y criada en la provincia de Surin, es
famosa por ostentar el record de la mujer con los brazos más grandes del mundo.
Y no es algo que haya
conseguido a base de ejercicios y esteroides, ni mucho menos una condición de
la que tenga que sentirse orgullosa, ya que un dolor agonizante le pasa factura
a sus masivas extremidades superiores todo el tiempo y eso es una cosa que, sin
lugar a dudas, a esta mujer no le gustaría tener.
A sus 59 años, Duangjay
sufre de una enfermedad extremadamente rara y dolorosa que provoca que sus
miembros se mantengan permanentemente hinchados. Este padecimiento desencadena
la acumulación excesiva de grasa en depósitos que se distribuyen entre sus brazos
y manos. Los médicos creen que ella es la única persona en el mundo que padece
este mal desde el hombro hasta la yema de los dedos de ambos brazos.
LA
VIDA DE UNA MUJER DE MANOS GIGANTES.
Duangjay vino al mundo
padeciendo la enfermedad, y por vivir en una aldea rural en Tailandia, ni
siquiera encontró especialistas que pudieran ofrecerle un tratamiento. La mujer
siempre supo que su problema no era común, por lo que decidió aislarse del
mundo exterior. Eso significa que nunca asistió a la escuela y que jamás fue
alfabetizada.
Mientras crecía, la mujer
luchaba para tener una vida normal en la medida de lo posible con sus manos, y
pasó la mayor parte de su infancia evitando a las otras personas, faltando a la
escuela y escondiéndose en casa. Así pasó sus días hasta los 20 años de edad,
cuando se vio obligada a darle rumbo a su vida y comenzar a trabajar.
Sus padres enfermaron y se
hicieron incapaces de trabajar. Entonces, Duangjay salió de casa y dio
seguimiento al establecimiento de la familia, cuidando los comestibles que
vendían. Y fue así que la mujer comenzó a tener contacto social con otras
personas que no eran de su familia y que nunca supieron de su problema.
El sólo hecho de moverse ya
era una tarea bastante incomoda, y las tareas más sencillas, como lavar y
peinarse el cabello, son extremadamente complicadas para Duangjay. “Mis manos
son tan pesadas que apenas y consigo levantarlas para pasar el shampoo por mi
cabello. Ponerme un vestido también es muy difícil y doloroso”, dice.
¿CUÁL
ES SU ENFERMEDAD?
La enfermedad que aqueja a
Duangjay recibe el nombre médico de macrodistrofia lipomatosa y, aunque el caso
de la tailandesa no sea único, el problema es muy poco común. Se desconoce la
causa y, por eso, es una enfermedad incurable. Actualmente, pese a los dolores,
la mujer conoce mucho mejor la patología y ha sido capaz de lidiar de una mejor
forma con ella.
Cuando Duangjay tenía 25
años y trabajaba en la mercería, la noticia de su mal se fue esparciendo por la
localidad donde aún vive. Algunos médicos se presentaron con el objetivo de
ofrecer un tratamiento y estudiar el caso. Incluso se sometió a una serie de
operaciones para intentar resolver su problema pero, en vez de que la situación
mejorara, las cirugías no hicieron más que empeorar su condición.
“Durante la primera cirugía
los médicos no retiraron el tejido completo. Solo abrieron mi brazo para
verificar. Dijeron que no era algo demasiado grave, a pesar del tejido grueso y
espeso en el lugar, entonces no removieron nada por miedo a dañar mis nervios”,
relata Duangjay. “Tras cinco meses, mis muñecas comenzaron a doler mucho. No
podía dormir”.
Entonces la mujer fue
sometida a dos operaciones más. “Removieron cerca de 700 gramos de grasa y sangre
de mis manos, pero después de un mes, todo volvió a crecer nuevamente. Algunos
médicos dijeron que la única solución era cortar mis manos si quería vivir
libremente. Pero no quiero hacer eso”, cuenta bastante conmovida.
Meses después entró en
contacto con un médico de la Universidad de Kitasato, en Japón, que le solicitó
que fuera al país a fin de practicarle resonancias magnéticas y otros exámenes,
ya que el problema aún era desconocido. Fue allí, finalmente, que descubrieron
que Duangjay sufría macrodistrofia lipomatosa.
El cirujano plástico, Dr.
Eiju Uchinuma, confirma lo que Duangjay ha dicho: “Se trata de un caso muy
raro. Ambos brazos están hinchados. Sus manos son enormes, inflamadas. Creo que
no podría ser peor.” Hoy, Duangjay vive con su hermana y una sobrina, y aun es
víctima de las miradas prejuiciosas y la ignorancia de algunas personas.
Vía:
Dailymail Online
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