El alcalde de la ciudad de Chicago, Rahm Emanuel, y funcionarios de turismo, recientemente dieron a conocer un informe sobre un incremento de visitantes a la ciudad en el 2015, en comparación al 2014 con un 5%. Lo que no aparece en el informe es que para dar atención a esa cantidad de visitantes, se requiere de un ejército de empleados que cubra los servicios. Y en ese renglón, la representación latina, en particular la mexicana, también viene estableciendo récords de manera positiva.
Chicago se ha caracterizado por ser una de las ciudades
más turísticas de los Estados Unidos, y según el informe fueron más de 50
millones en el 2015.
Es difícil de calcular la fuerza laboral de
latinos en esta industria al no haber un registro. Lo cierto es que a ojos
vistos y a donde quiera que se vaya, sea un restaurant, museo, paseo en bote,
conciertos, lugares de arquitectura histórica o contemporánea, se encontrará
con un rostro latino que probablemente le pueda hablar en inglés y español.
Mientras que por otro lado, todos recordaremos
las declaraciones hirientes del candidato Republicano a la Presidencia de los
Estados Unidos, Donald Trump, cuando acusó a los inmigrantes de ser un problema
de seguridad para la nación, en particular a los mexicanos, diciendo: “traen
drogas, delincuencia y son violadores”, “asumo, que algunos son buenos” agregó.
Un cálculo que está fuera de la realidad y por
lo mismo ofende, cuanto y más viniendo de alguien que se ha beneficiado
precisamente de la industria del turismo. Él debería ser testigo voluntario y
reconocer públicamente quiénes son parte de ese rostro de esta industria. Basta
citar un ejemplo: los casinos en ciudades como Las Vegas, los latinos nos hemos
vuelto imprescindibles.
Y Chicago no es la excepción que atiende a más
de millón y medio de turistas internacionales al año según este informe. El
alcalde Emanuel confía en que para este 2016 se superen esos números, y para el
2020, la ciudad de los vientos alcance los 55 millones de turistas locales e
internacionales.
Si comparamos el turismo de otras ciudades con
Chicago, empezando por el medio oeste de los EU, el turista al visitar los
“downtown” (centro) de esas ciudades, digamos un domingo, se dará cuenta que
las calles prácticamente están desoladas porque solo depende de los días y
horarios del “business” local.
A excepción de eventos especiales como el
Mexican Fiesta que se está llevando cabo en Milwaukee, Wisconsin, del 26 al 28
de agosto. Que reúne a 80 mil personas, incluidos anglosajones, evento frente
al lago Michigan con música, comida, juegos mecánicos, artesanía, servicios
legales y hasta de seguridad laboral. En éste, destaca el ambiente familiar en
orden y respeto. Da gusto estar ahí.
Volviendo a la preocupación de Trump y para ser honestos, es válido
considerar el problema de inmigración indocumentada, pues es innegable que
ningún país o ciudad debe de tomarse a la ligera la inmigración pues es parte
de la responsabilidad de la administración pública. Tienen el derecho y la
obligación de saber quiénes habitan las ciudades hasta para proveer servicios
públicos básicos.
Pero una cosa es proponer soluciones y otra
agraviar sin fundamentos y sin soluciones viables a un problema
compartido. Se quiera o no, en ciudades como Chicago y Milwaukee, los latinos
somos parte del engranaje económico que muchas otras ciudades quisieran tener.
Basta recordar cuando Donald Trump después de
anunciar su campaña para la presidencia, en Chicago cuando fue invitado por el
City Club of Chicago a un almuerzo con líderes y empresarios, se topó con la
primera manifestación, obligándolo a entrar por el callejón trasero del
restaurant.
Dicha visita fue en el restaurant Maggiano’s.
Almuerzo atendido por una cuadrilla de meseros que sumaba un total de 17
personas. De los cuales 10 son de origen latino. El capitán de meseros, y el
mesero que atendió personalmente a Trump son originarios de México.
Si esto no le dice nada a Mr. Trump, es muestra
que está desfasado con la realidad y sobredimensiona la parte negativa de los
inmigrantes, que también es un problema al que deberíamos poner atención, pues
somos parte de las estadísticas del turismo criminal heredadas por hampones
como Al Capone. Por cierto, un atractivo más de la ciudad.
Entresemana.mx
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