EFRAIN FLORES IGLESIAS |
A los cuatro vientos grita que es un político honesto, pero en los
hechos solapa la corrupción que ha cometido su amiga y compañera de partido, Felícitas Muñiz Gómez, presidenta
municipal de Mártir de Cuilapan (Apango), y en sus gasolineras venden litros
incompletos a los automovilistas, a tal grado que la Procuraduría Federal del
Consumidor (Profeco) ha tenido que clausurar y aplicar las multas correspondientes.
Por supuesto, me refiero a Luis
Walton Aburto, ex alcalde de Acapulco y dueño de la franquicia Movimiento
Ciudadano (MC) en el estado de Guerrero, instituto político que no tiene nada
de ciudadano, ya que está lleno de ex priistas resentidos y uno que otro ex
perredista que en su momento no fue favorecido con una candidatura en el Sol
Azteca.
En 2012 cuando llegó a ser presidente municipal –con la ayuda del PRD y
el PT– denunció que su antecesor, el priista Manuel Añorve Baños, le había heredado una deuda superior a los 2
mil millones de pesos y amagó con denunciarlo ante las instancias
correspondientes. Pero incumplió. Prefirió negociar políticamente con él.
Hoy por hoy, son grandes aliados.
Durante varios años fue militante del PRI, pero en el año 2002 renunció
porque René Juárez Cisneros
(entonces gobernador de la entidad) decidió que el abanderado del tricolor a la
Presidencia municipal de Acapulco fuera Ernesto
Rodríguez Escalona y no él. Fue entonces que buscó cobijo en otro partido
(Convergencia) para contender por primera vez en una elección constitucional. Pero
Escalona y Walton fueron derrotados por el perredista Alberto López Rosas.
Desde el año 2002 Walton se apoderó de Convergencia en Guerrero. Se hizo
amigo del ex gobernador de Veracruz y dueño de lo que ahora es Movimiento
Ciudadano a nivel nacional, Dante
Delgado Rannauro, quien estuvo preso entre 1996 y 1997 en el penal de Topo
Chico (Monterrey), por enriquecimiento inexplicable (450 millones de pesos),
tráfico de influencias, peculado y corrupción. Salió libre no por su inocencia,
sino porque el delito prescribió y logró obtener un amparo federal.
Reza una máxima popular: “Dime
con quién andas y te diré quién eres. Así es Walton, un político metido a empresario que está rodeado de podredumbre.
Cada vez que le tocan el tema de las anomalías que se cometen en sus
gasolineras y de las sanciones que recibe por parte de la Profeco, Luis Walton
se excusa manifestando que las tiene “rentadas”. La más conocida es la que se
encuentra en La Diana, en donde, por cierto, sigue atendiendo a militantes de
su partido.
Cuando le conviene se une con los partidos de izquierda, y cuando no
logra sus objetivos establece pactos con el PRI. Así es Walton, un político incongruente, calculador y
convenenciero.
Gracias a su amasiato momentáneo con el PRI, en el Congreso local no puede avanzar el juicio político que hay contra
la alcaldesa de Mártir de Cuilapan. Sus perros de rancho que le cuidan el
negocio (Ricardo Mejía Berdeja, Magdalena Camacho Díaz y Silvano Blanco Deaquino) pelean con
uñas y dientes en tribuna. No quieren que Felícitas Muñiz le sea revocado el
mandato, pese a que en su primera administración (2009-2012) no solventó 22
millones de pesos ni por las serias denuncias de corrupción que ha cometido en
su segundo periodo como alcaldesa.
Walton podrá decir misa, pero no es el
político transparente que presume. Si no lo ha hecho en sus gasolineras, mucho menos en la Alcaldía de
Acapulco. Los acapulqueños lo recuerdan como un gobernante inepto y que no
manejó con transparencia los recursos públicos.
Ahora da el grito al cielo de que su sucesor, el perredista Evodio Velázquez Aguirre, solicite un
préstamo de 158 millones de pesos a corto plazo a una institución bancaria,
cuando él en su periodo como alcalde solicitó un préstamo de 300 millones de
pesos. Así constan en actas de Cabildo. Incluso, un síndico y regidores del PRD
respaldaron la solicitud.
Fue el 20 de noviembre de 2012 en una sesión de Cabildo en el que se
aprobó solicitar 150 millones de pesos al gobierno del estado –en ese entonces
encabezado por Ángel Heladio Aguirre
Rivero– y otros 150 millones de pesos a una institución bancaria.
“Uno. Se Aprueba Solicitar al Gobierno del Estado un Préstamo por
150’000,00.00 (ciento cincuenta millones de pesos 00/100 m.n.) para Enfrentar
Erogaciones y Provisiones que deben Hacerse para el pago de Sueldos, Salarios y
Aguinaldo; gasto DTAR-06 (sic)”, se lee en uno de los acuerdos aprobados.
Y en otro de los acuerdos se lee: “Acuerdo Económico y acta Relativa,
Mediante el cual se Autoriza al Municipio de Acapulco de Juárez, Guerrero, para
que Contrate, a Través de sus Funcionarios Facultados y bajo los Lineamientos
de Línea de Crédito Global Municipal, un Financiamiento de hasta 150’000,000.00
(Ciento cincuenta millones de pesos 00/100 m.n). (sic)”.
¿A poco ya olvidó eso el señor Walton?
Es evidente que Walton y el PRI se oponen a la deuda que pretende
adquirir la actual administración municipal de Acapulco por cuestiones
políticas. Les aterra que el alcalde
Evodio Velázquez siga fortaleciendo políticamente. No hay otra explicación.
ENTRE OTRAS COSAS… La presidenta de la Comisión de Gobierno del
Congreso local, Flor Añorve Ocampo, se
entrevistó en la Ciudad de México con el historiador y escritor Enrique Krauze Kleinbort, a quien le
entregó el Acuerdo Parlamentario de la Plenaria del Congreso del Estado que lo
eligió como recipiendario de la Presea Sentimientos de la Nación, que le será
entregada el próximo 13 de septiembre en sesión solemne, en la catedral de
Santa María de la Asunción de Chilpancingo, lugar en donde hace 203 años el
general José María Morelos y Pavón instaló
la sede del Primer Congreso de Anáhuac, en el cual se autoproclamó Siervo de la
Nación y donde dio a conocer el Acta de Independencia y el célebre documento
conocido como los Sentimientos de la Nación.
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