MEXICO EN UNA CAVERNA.
POR J.M. GOMEZ
El sexto y
último informe de gobierno del presidente Felipe Calderón parece relacionarse
poderosa y terriblemente con el viejo mito de la caverna: Un grupo de hombres,
prisioneros desde su nacimiento por cadenas que les sujetan el cuello y las
piernas de forma que únicamente pueden mirar hacia la pared del fondo de la
caverna sin poder nunca girar la cabeza. Justo detrás de ellos, se encuentra un
muro con un pasillo y, seguidamente y por orden de cercanía respecto de los
hombres, una hoguera y la entrada de la cueva que da al exterior. Por el
pasillo del muro circulan hombres portando todo tipo de objetos cuyas sombras,
gracias a la iluminación de la hoguera, se proyectan en la pared que los
prisioneros pueden ver. Estos hombres encadenados consideran como verdad las
sombras de los objetos. Debido a las circunstancias de su prisión se hallan
condenados a tomar únicamente por ciertas todas y cada una de las sombras
proyectadas ya que no pueden conocer nada de lo que acontece a sus espaldas.
Seria Platón el
que crearía semejante alegoría para mostrar a sus alumnos lo engañoso que
resulta el aprendizaje basado en nuestros sentidos, ignorando nuestra razón. Y
sin embargo el filósofo griego se nos presenta casi como un teórico de la
comunicación de masas, más actual que nunca, pues mas de veinte siglos después
de haber elaborado esta alegoría, la sociedad sigue observando siluetas,
encadenados e incapaces de poder juzgar por medio del razonamiento, el mundo
que nuestros ojos contemplan. Hoy, las siluetas son transmitidas a través de
costosas pantallas de plasma en alta definición y las cadenas son la
alienación y el apatismo generado por
una decadente civilización del espectáculo, pero el objetivo no cambia, tratar
de vendernos una realidad que existe solamente dentro de nuestras cabezas.
El gobierno nos
habla de una democracia ejemplar mientras todas las elecciones terminan por ser
impugnadas por la falta de confianza de
los partidos en la validez de los resultados. Nos habla de sistemas de salud
universales y la gente se muere de dengue y demás enfermedades que solo se
observan en países de tercer mundo. Nos lanzan una avalancha de estadísticas
sobre generación de empleo, pero todavía observamos nuestras banquetas
transmutadas en verdaderas plazas comerciales, gente volcada a la economía
informal. Nos cuenta una épica historia acerca de una guerra que tenia pelearse
para salvaguardar el bienestar de los personajes, pero todo lo que observamos
con nuestros ojos y nuestra lógica es una nación poseída por el miedo.
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