lunes, 8 de octubre de 2012

Palabra de Antígona, Por Sara Lovera.

 
La acelerada y contradictoria discusión sobre la Ley Laboral y sus implicaciones nos ha dejado desamparadas. Tema fundamental es si en la nueva ley, que todavía será discutida en el Senado de la República, se pueden o no proteger los derechos fundamentales para las mujeres trabajadoras, que según la senadora Diva Gastélum, son cerca del 50 por ciento de la fuerza laboral mexicana.
Contradicciones que hay que analizar muy profundamente. El dictamen, que de aprobarse en el Senado, deja de un lado la democracia sindical y el trabajo del hogar, el de la limpieza y cuidado, del que hoy viven dos millones de personas, mayoría mujeres y que podrá rediscutirse, por la urgencia de hacer congruentes los acuerdos internacionales y lo saben bien las legisladoras, ha incluido no obstante algo esotérico por poco conocido y valorado que se llama: igualdad sustantiva
¿Por qué es tan importante? Porque una declaración de esa naturaleza, simplemente coincidente con la Constitución, ampara la igualdad real, de facto, de resultados para hombres y mujeres trabajadoras. Porque podrá utilizarse muy bien en las demandas, los juicios, la contratación, el tema a discutir si es por horas o no, el de la seguridad social y otras cuestiones que se dirimen sistemáticamente en la vida laboral.
La inclusión del párrafo de igualdad sustantiva es una iniciativa del Partido de la Revolución Democrática (PRD) -en lo poquito que pudo influirse en las comisiones-, fue redactada y promovida por la diputada Elena Tapia, quien hace mucho tiempo está en la búsqueda de los derechos de las trabajadoras.
Hoy la discusión del dictamen está en el Senado. Habrá que hilar fino. La unidad de las mujeres diputadas empieza a dar pequeños frutos. En la tribuna se pudo ver a Teresa Mújica defender el tema del hostigamiento sexual en el trabajo, que afecta a miles de trabajadoras; también se arrancó, como si fuera guerra a sangre y fuego, el derecho y obligación de los varones a tener cinco días pagados por cuidados paternos, un tramo pequeño, pero urgente. Felipe Calderón propuso 10 días, los señores del PAN y PRI lo redujeron a 3, pero luego en “negociaciones” los priistas lo fijaron en 5, la mitad. Pero esto de los cuidados paternos apenas era una cláusula en algunos contratos de trabajo, como en la UNAM o el diario La Jornada.
Lo de la igualdad sustantiva no es cosa menor. Mi amiga Paz López, asesora brillante de ONU Mujeres, lo explicaba muy bien días antes de la gran discusión durante un foro realizado en la Cámara de Diutados sobre la Ley Laboral y las Mujeres, precisamente en el que se analizó qué implicaciones afectarían a las mujeres con la nueva ley laboral propuesta por Felipe Calderón, adicionada y reorganizada por la Cámara de Diputados.
La igualdad sustantiva es la igualdad de hecho o material por oposición a la igualdad de derecho o formal. Supone la modificación de las circunstancias que impiden a las personas el ejercicio pleno de los derechos y el acceso a las oportunidades a través de medidas estructurales, legales o de política pública
El concepto de igualdad de oportunidades alcanzó gran popularidad a finales de los 80 y en los 90. Supone la equiparación de las condiciones de partida para que cada persona tenga la opción o posibilidad de acceder por sí misma a la garantía de los derechos que establece la ley. En la actualidad se considera este concepto insuficiente para garantizar la igualdad sustantiva, ya que la igualdad de oportunidades no garantiza la igualdad de resultados y son éstos los que importan.
Las desventajas existentes para el logro de la igualdad en el disfrute de los derechos, exige que las personas en desventaja reciban el trato que les pueda garantizar el ejercicio de derechos de igual forma que las personas que no están en desventaja. Así surge el concepto de igualdad de trato que incluye el requerimiento de dar a las personas el trato equivalente, considerando las diferencias y desigualdades que puedan presentar. Las medidas de acción positiva o medidas afirmativas son algunos de los instrumentos que permiten dar un trato diferencial, con el objetivo de eliminar las desventajas.
Como dije la introducción de la igualdad sustantiva o de resultados fue la aportación de la perredista Elena Tapia, fundadora del Sindicato de Costureras, de una organización a favor de las trabajadoras y profesora de la Universidad Pedagógica Nacional, quien sabe bien de qué se trata.
La sospecha con la que me conduzco, de cara al compromiso de las nuevas diputadas, por lo pronto me ha dado en la puerta. Me cuentan quienes saben que las diputadas están muy activas.
No están varadas las senadoras. Ya ahí se ha definido que la Comisión de Equidad y Género estará a cargo de Diva Gastélum, que la presidió en la cámara de diputados hace dos legislaturas y que fue capaz con perredistas y feministas de armar alianzas. En el senado Angélica de la Peña, del PRD, quedó responsable de la Comisión de los Derechos Humanos, con Diva fueron compañeras de legislatura, seguro defenderán la igualdad sustantiva y verán otras partes ciegas de esta injusta ley laboral. En la cámara de diputados aún no hay definición sobre las comisiones legislativas. Ojalá se haga inteligentemente, para obtener resultados.
Democracia Sindical
Me contaron que en ese párrafo del artículo 2 se acordó poner una palabra clave: democracia sindical, que luego fue borrada por algún fantasma, a pesar de grabaciones y versiones estenográficas para las comisiones camarales. Veremos qué sucede porque ya hay peticiones para que eso se incluya claramente.
Obvio que para el PRI este es el gran problema. Cómo exigir democracia a sus aliados históricos, los líderes del movimiento obrero, que ni es movimiento ni es obrero y, en cambio, ha convertido la administración de la fuerza de trabajo en un botín.
Todo lo demás, lo comenté abiertamente en el Foro de referencia, porque ya es una práctica consuetudinaria: trabajo por horas, que necesitan las mujeres mientras los hombres y el Estado no se hagan cargo en igualdad del cuidado del hogar, de las personas enfermas, de la infancia y de la personas con discapacidad. Temas del cuidado, que hoy los organismos internacionales han desmenuzado para mostrar cómo las mujeres que realizan el trabajo en casa, contribuyen hasta el 21 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), y hoy no pueden en justicia hacerse cargo solas. Mientras las mujeres no dejen de hacer solas el trabajo del cuidado no podrán acceder al trabajo formal y serán presas del trabajo “flexible” en la informalidad, por horas y sin derechos. Veremos cómo queda en la nueva ley.
Mientras tanto hay que echar porras a las diputadas que como en otros sectores, no sólo echan rollo sino que se plantan y no duermen en las discusiones para hacer, simplemente su trabajo: legislar lo mejor posible.
saraloveralopez@gmail.com

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