domingo, 3 de noviembre de 2013

Gobernantes Fallidos Federación Controla Guerrero y Michoacán Por Rodrigo Huerta Pegueros*

RODRIGO HUERTA PEGUEROS
El estado vecino de Michoacán no es la única entidad del país que tiene severos problemas de gobernabilidad sino también existen otras entidades como son Guerrero, Oaxaca y Chiapas, en donde la situación social y política se han deteriorado al grado de que la federación (léase gobierno de la República) ha tenido que intervenir directamente para evitar que la delincuencia siga avanzando, la corrupción se multiplique, las instituciones dejen de funcionar y para que los gobernadores y alcaldes no dejen de asumir sus funciones para lo que fueron electos.
Lo que están padeciendo hoy día los michoacanos no es diferente a lo que en esta entidad guerrerense se ha y continúa padeciendo. Esto es, que la delincuencia común y organizada se encuentra posesionada de territorios completos, en donde los alcaldes son marioneta de los narcotraficantes, en donde la policía en lugar de combatirlos son partícipes de estas bandas, en donde la inseguridad pública es la constante, donde los secuestros están a la orden del día, las extorsiones siguen sin ser frenadas, donde el pago de piso es casi una normalidad y donde los ciudadanos han tenido que organizarse y armarse para defenderse y han constituido no solo policías comunitarias sino organizaciones de autodefensa.
Pero no solo en Michoacán los maestros hacen de las suyas ni son solo los normalistas los que también se rebelan contra el gobierno sino una amplia porción de los ciudadanos que solicitan que las instituciones de procurar e impartir justicia funcionen, pues es ya larga la lista de personas que han sido ejecutadas, líderes sociales asesinados y otros más amenazados y perseguidos y no se ha logrado ningún resultado satisfactorio.
La corrupción, la falta de transparencia y rendición de cuentas de las autoridades e instituciones que manejan amplios recursos públicos es una praxis intolerante que no ha logrado ser, no solo evitada, sino frenada, lo cual propicia que los gobernantes sean moralmente incapaces de exigir a los ciudadanos que cumplan con sus deberes cívicos, sociales, políticos y económicos.
Si en Michoacán la federación ha tenido que intervenir para que el crimen organizado no se apodere del gobierno, en Guerrero ha sucedido lo mismo y se ha evitado que se salgan con la suya por la participación directa, no solo de la secretaría de gobernación, de la defensa nacional, de la armada de México y de la policía federal sino del propio presidente de la República, Enrique Peña Nieto, tal y como lo ha dejado sentir en los últimos meses con motivo de la tragedia de las tormentas que han azotado la región.
Pero también no se nos debe olvidar que si también la federación ha tenido que intervenir en Michoacán para frenar la proliferación de las policías comunitarias o los grupos de autodefensa, lo mismo ha sucedido en Guerrero en donde los conflictos en esta materia se le salieron de las manos al gobierno estatal y fue necesario la intervención de la federación para que esto no se convirtiera en un problema maypusculo de inseguridad pública, social y política.
Lo mismo podríamos decir del conflicto magisterial, el cual rebasó la capacidad del gobernador del estado y tuvo que intervenir la secretaría de gobernación en donde se firmaron acuerdos para que los maestros de la CETEG volvieran a clases y el gobierno estatal tuvo que guardarse las amenazas que había proferido en contra de los disidentes del magisterio.
Si en Michoacán las cosas se salieron de control por algunos días, la intervención de la federación impidió que esto escalara aún más y que todo volviera a una virtual regularidad, lo cual prohijó que el gobernador Fausto Vallejo no fuese dimitido de su labor por parte de los senadores de la República, tal y como en alguna ocasión se llegó a proponer.
Esto también se propuso en Guerrero por parte de los maestros disidentes, quienes solicitaron la desaparición de poderes en la entidad ante la incapacidad del gobernador Ángel Aguirre para atender y dar solución a sus demandas, acompañadas de otras acusaciones que se le hicieron por cuestiones no solo de nepotismo sino también de malos manejos de amplios recursos públicos federales desviados.
Lo que estamos viendo hoy día es una nueva imagen de gobernantes fallidos, quienes han encausado a las entidades bajo su responsabilidad hacia un vacio de poder y que se ha evitado gracias al control que ha asumido en varios renglones institucionales por parte de la federación.
Luego entonces, debemos tener en mente de que si el gobierno de Michoacán fuese sujeto a un ejercicio de desaparición de poderes, esto podría abrir la puerta para que se replicara en otras entidades, como Guerrero, donde la situación es similar y en donde la escalada de la delincuencia organizada no ha llegado a controlar la entidad gracias a la intpresencia de la federación y no porque los gobernantes hayan asumido una actitud valiente y de confrontación contra los criminales.
Los reflectores están hoy dirigidos hacia el estado de Michoacán. Mucho tiempo los tuvimos en Guerrero donde las cosas no han mejorado, sino que han tenido, mas bien, un intermedio por causa de las tormentas que resultaron no solo una tragedia para los habitantes que perdieron no solo casas y otros bienes sino que sufrieron de pérdidas de vidas humanas y que destapó la cloaca de la corrupción gubernamental, particularmente en Acapulco, donde los afectados no son mas que víctimas de las corruptelas de autoridades con empresas constructoras, donde el dinero y el tráfico de influencias fueron suficientes para levantar construcciones en zonas prohibidas y que afectaron severamente nuestro medios ambiente y la ecología de la zona.
Si en Michoacán hay severos problemas de gobernabilidad, en Guerrero no podemos echar las campanas a vuelo pues estamos en similares o peores circunstancias, sin olvidar que también los vecinos de Oaxaca y los paisanos de Chiapas pasan por circunstancias similares y que si no fuese por la federación, quien sabe en que circunstancias operarían estos gobernantes fallidos.
Periodista/Analista Político*


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