jueves, 15 de mayo de 2014

TODO UN MISTERIO LOS GATOS. CAMPOS BIO ACÚSTICOS: LOS RONRONEOS DEL GATO.

Estos misteriosos animales marcaron profundamente las vidas de los antiguos, en Egipto se acostumbraba colocar a los gatos reales femeninos en a ataúdes de mármol, así como las leyes eran tan estrictas respecto de su cuidado, ya que si un hombre mataba a un gato, le correspondía la pena de muerte.
Otro dato curioso que representa la importancia del gato en la sociedad antigua era, que cuando un gato moría, su dueño en señal de duelo debía afeitarse las cejas.
En la tumba de Tutankamon, la imagen de un sereno “Bast” fue encontrado en un santuario dorado, donde se encontraba el ataúd real.
Uno de los descubridores de la tumba, Lord Carnarvon un filántropo inglés, que financiaba expediciones en Egipto, se dice que se convirtió en un fanático de la egiptología, después de descubrir un gato en un ataúd, lo cual según cuentan lo marcó de por vida, en cuanto a su interés por el misterioso mundo egipcio.
Los gatos egipcios se propagaron desde Egipto al mundo por el aumento en el comercio internacional con el Antiguo Egipto.
Hay una predicción que sostiene que la raza humana tenía sólo el 80% de probabilidad de supervivencia y que era tarea de los delfines, con su poder intelectual y sus formas avanzadas de comunicación, traer y facilitar a los seres humanos conocimiento de civilizaciones ancestrales, de modo de unificar el pasado, presente y futuro.
Los delfines habían sido reverenciados como dioses en el pasado y en Grecia se dictaba la pena de muerte a quien los matara.
Alrededor de 2000 años A.C., los griegos decoraban sus ánforas con representaciones de ballenas y especialmente de delfines. Al lado de su legendario lema "Conócete a ti mismo", grabado en la entrada del oráculo de Delfos, colocaron un delfín, equiparándolo a la protección otorgada a los dioses.
Los aborígenes de Australia conservan leyendas de tiempos remotos en las que se cuenta que los pueblos primitivos se dirigían a las playas para comunicarse con los delfines, con los que mantenían una estrecha relación espiritual, y que al finalizar aquellas reuniones de dos partes - delfines y aborígenes - regresaban a sus respectivas moradas llevándose consigo el contenido de sus comunicaciones telepáticas que, posteriormente, transmitían al resto de los sistemas de memoria externo a ellos mismos.
Realizan operaciones sónicas en el cuerpo, ya que pueden "ver" dentro del mismo como si su sonar les confiriera la visión de rayos X. Con este sonar desarrollado, pueden ver a través de la piel, percibiendo la forma y el movimiento de nuestros órganos internos, el movimiento de nuestros pulmones y el latir de nuestros corazones.
Los sonidos que los delfines emiten se encuentran entre los 1.000 y 80.000 Hz, mientras que nuestro espectro de comunicación es mucho más bajo, entre 300 y 3.000 Hz. Los sonidos audibles para el ser humano oscilan entre 20 y 20.000 Hz, lo que implica que nosotros podemos realmente escuchar los sonidos que emiten los delfines entre 10.000 y 20.000 Hz, esto no indica que no percibamos o respondamos a alguno de naturaleza ultrasónica.
Sus sistemas acústicos les proporcionan "radiografías acústicas", pudiendo dar información sobre la composición interna de los objetos. Tienen la capacidad para el reconocimiento del "ecosonar", este es análogo al movimiento que producen nuestras manos cuando aplauden en un cuarto oscuro e intentan hacernos dar una vaga idea de dónde están las paredes.
Debido a que los sonidos viajan más rápido y con mayor claridad bajo el agua, ellos son capaces de percibir una idea precisa de su mundo simplemente interpretando los ecos que oyen. Esto podría conducir a alguna forma de contacto telepático. 
Un estudio científico muestra que los gatos tienen relaciones más intensas con las mujeres, formando un vínculo que va más allá de la mera alimentación.
La relación entre las mujeres y los gatos tiene una mayor fuerza que entre los gatos y los hombres, según una reciente investigación (quizás esta simbiosis es lo que hace que en Argentina se les dijo a la mujeres “minas”, en Brasil “gatinhas” y en otras partes seguramente algunas analogías similares entre la feminidad y lo felino).
El estudio que será publicado en la revista especializada Behavioural Processes sugiere que el vínculo entre los gatos y sus dueños es mucho más intenso de lo que se había imaginado, donde los gatos muchas veces se convierten en el sucedáneo de los niños en un hogar.
“La comida es usualmente usada como moneda de cambio del afecto, y los gatos y los humanos se relacionan de forma similar a como se relacionan los humanos que cuidan a un infante preverbal. Tanto gato como niño, están, en parte, en control de cómo y dónde son alimentados”, dijo Jon Day del Waltham Centre de Nutrición Animal.
Para el estudio, realizado por científicos de la Universidad de Viena, se grabó la interacción de 41 gatos y sus dueños por largos periodos. Se tomó nota de cada comportamiento y por separado se evaluó la personalidad de cada dueño y de cada gato.
Los investigadores determinaron que los gatos y sus dueños se influyeron entre sí, al punto de que controlaron el comportamiento del otro. Las mujeres jóvenes extrovertidas con jóvenes y activos gatos disfrutaron de la relación más sincronizada; los gatos de estas relaciones solamente tienen que emitir señales sutiles para que las mujeres respondan a su deseo de iniciar contacto o de recibir comida.
El estudio reveló las mujeres interactúan más con sus gatos –sean machos o hembras- que los hombres y de igual forma los gatos se acercan más a las mujeres e inician contacto (tal como brincar sobre sus piernas) con mayor frecuencia que con sus dueños masculinos.
“Una relación entre un gato y un humano puede involucrar atracción mútua, compatibilidad entre personalidad, facilidad en la interacción, afecto y apoyo social”, dijo Dorothy Gracey, una de las autoras del estudio. “Un humano y un gato pueden desarrollar mutuamente interacciones rituales complejas que muestran el entendimiento mutuo de las preferencias e inclinaciones”.
La sofisticación y sensibilidad a estos matices, a estos cambiantes carices, es seguramente lo que hace que los gatos y las mujeres se atraigan. Mientras tanto, como dice una famosa cita “los hombres y los perros deben de acostumbrarse y relajarse” a la idea de que “la mujeres y los gatos harán lo que les plazca” (“Women and cats will do as they please, and men and dogs should relax and get used to the idea.”)
Tampoco debe de ser casualidad que los antiguos, con su sabiduría natural, consagraran los gatos a deidades femeninas, escribe Manly P. Hall:

“En Bubastis, Egipto, estaba el templo de la famosa diosa Bast, la deidad gatuna de los Ptolomeos. Los egipcios le rendían homenaje al gato, especialmente cuando su pelaje era de tres colores diferentes o tenía ojos de distinto color. Para los sacerdotes el gato era un símbolo de las fuerzas magnéticas de la naturaleza, y se rodeaban con estos animales debido al fuego astral que emanan de su cuerpo. El gato también simbolizaba la eternidad, porque cuando duerme se ovilla en una bola con su cabeza tocando su cola. Entre los griegos y los latinos, el gato estaba consagrado a Diana… (Discovery)

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