martes, 18 de febrero de 2020

EPÍSTOLAS SURIANAS (Carta a Don Héctor) De Julio Ayala Carlos

EL LAMENTABLE, TRISTE Y CONDENABLE asesinato de Fátima, la niña que fue encontrada muerta tras varios días de su desaparición, después de salir de su escuela, por desgracia no es el único, pues se suceden a diario. Lo triste, y criticable además, es que haya autoridades, empezando por el Presidente de la República, que en vez de que su gobierno dé resultados de las investigaciones, minimice los hechos y culpe “al neoliberalismo”.

Es cierto, hay que decirlo, que la violencia existente, incluida la que se da contra los niños, y las mujeres, no inició en el actual gobierno, sino que viene de mucho tiempo atrás, pero es también justo decirlo que eso no lo exime de responsabilidades ni lo libra de la obligación de entregar resultados concretos sobre los hechos delictivos.

Ante la inseguridad y violencia, como en los grandes problemas del país que reclaman atención y resultados, el Presidente de la República no puede seguir echándole a la culpa al pasado, y en consecuencia, dejar de lado su responsabilidad. Los mexicanos, o mejor dicho, la mayoría de mexicanos que votaron por él en el 2018, votaron para que atendieran y resolvieran los problemas del país, no para que le echara la culpa a otros.

Hay que decirlo. López Obrador fue elegido por la mayoría de los mexicanos por el hartazgo de la población contra los gobiernos del PRI y del PAN, y porque durante 18 años siempre dijo que él sí sabía gobernar y resolver los grandes problemas del país. La gente no votó por él, hay que decirlo también, por sus ocurrencias, o para que fuera el presidente más popular de la historia, sino para que entregara resultados y las cosas cambiaran.

Reitero. Siendo justos, los problemas que enfrenta el país, incluido el de la inseguridad y violencia, no iniciaron con el actual Presidente de la República, pero también, siendo honestos, ha sido en su gobierno cuando más se han incrementado. No es que antes todo mundo se quedaba callado, sino que ahora ha llegado a niveles, digámoslo, alarmantes.

Así las cosas, si se le critica, y se le exige cuentas al Presidente, es por su calidad de Jefe de las Instituciones del país, y en consecuencia, responsable de lo que ocurre en él, como en su tiempo lo fue Fox, Calderón y Peña, por citar algunos ejemplos.

Por eso es que resulta preocupante que el Presidente en cuestión, le eche la culpa a otros de lo que es su responsabilidad; por eso es que es lamentable en casos como el asesinato de niños, como Fátima, y el de mujeres, culpe de ello al neoliberalismo en vez de que asuma la parte de culpa que tiene.

No. A los familiares de Fátima, como la de muchos niños que han sido robados y luego aparecen asesinados, no les consuela ni mucho menos los pone contentos el que el Presidente Andrés Manuel López Obrador culpe de sus muertes al neoliberalismo. Tampoco les dice mucho a los familiares de las mujeres asesinadas. Ellos quieren y exigen, mínimamente justicia, y les importa nada que en el banquillo de los acusados pongan al neoliberalismo.

Dicen los chairos, es decir, los que defienden al Presidente, e incluso él mismo lo señala, que los que hoy lo critican, antes no decían nada. Pues claro. Eso es obvio, pero el hoy mandatario federal se pasó 18 años recorriendo al país, y dándoles esperanzas a la población de que él sí sabía gobernar. Desde el primer día, decía, los narcos van a cambiar sus actividades por los tractores, o desde el primer día de mi gobierno va a bajar la gasolina, y lo que ha ocurrido es que nada de es cierto

Entonces, lo que se le exige al Presidente de la República es que cumpla lo que prometió en campaña, de lo contrario, cuando menos será un fraude lo que cometió contra los que votaron por él.

Por supuesto, la culpa de lo que ocurre en el país también es de la sociedad en su conjunto que dejó en manos del gobierno la responsabilidad de atender y resolver los problemas existentes, desentendiéndose de vigilarlo para que cumpliera con su obligación.

Sin embargo, nunca es tarde, y por eso es que hoy se le exige al gobernante en turno que cumpla y que dé resultados en razón de que es su responsabilidad. Y es que así como el Presidente recibe aplausos por entregar dinero en efectivo, que por cierto no es de él, también tiene que aceptar las críticas y no echarle la culpa a otros. El Presidente, así como tiene facultades, también tiene responsabilidades.

En fin. Fátima, la niña que como tantos otros han muerto por la inseguridad y violencia que hoy azota al país, debe movernos para exigir a las autoridades de gobierno que cumplan con su obligación de garantizar la seguridad, y para exigirnos como sociedad a hacer nuestra parte. De lo contrario, mañana será otra Fátima.

Comentarios: julio651220@hotmail.com

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