ROBERTO SANTOS SALVADOR
Como bien dicen, no por
mucho madrugar amanece más temprano.
Eso se puede decir ante el
activismo que ya se mira en aquellos que buscan aparecer en la foto ante la
cercanía del proceso electoral.
O despliegan sus distintas
facetas en redes sociales y aparecen en una y otra encuesta.
Pero no todos siguen esa
pauta de activismo desenfrenado.
Hay quienes mantienen el
ritmo de trabajo sin sobre exposiciones ni madruguetes.
En el entendido de que no
porque alguien se esté sobre exponiendo en medios y en redes sociales va
adelante de la nominación, puesto que no es una carrera de caballos.
Es el caso del secretario
de Desarrollo Social del gobierno del estado, quien sigue siendo mencionado
como aspirante a candidato a gobernador por su partido: el PRI.
Mario sabe que el
prospecto será resultado de las negociaciones entre los grupos existentes en el
interior del tricolor, y de las capacidades que demuestren los mismos
aspirantes.
Por eso poco vale que se
exponga y haga malabares en redes sociales, porque de ahí no surgirá el
candidato priista.
Como nunca, el PRI debe
analizar con cuidado las ventajas que aporta cada aspirante, sin dejar de lado
las debilidades que acarrean, y si son factibles de superar o no.
Debe ser competitivo y con
amplias posibilidades de ganar, y Mario ha ganado las elecciones donde ha
participado.
Como lo maneja el vulgo,
debe ser alguien que tenga poca cola y lengua corta, porque el proceso que se
avecina será altamente competitivo y saldrán archivos que ya se creen cerrados,
pero al calor del proceso electoral serán exhibidos.
Más de uno en Guerrero
puede morder el polvo por esas debilidades que traen en su haber.
Además, el candidato del
PRI –y de todos los partidos- debe saber conectar con los ciudadanos. Debe ser
empático y tener esa sensibilidad emocional para conocer los deseos y demandas
de los votantes.
Una característica de un
buen líder es que el ciudadano lo sienta cerca, atento a sus necesidades.
Está claro que se debe
valorar la credibilidad y la confianza que estos tres aspirantes generan en la
ciudadanía.
Moreno Arcos como
presidente municipal de Chilpancingo y como funcionario estatal, ha sabido
mantenerse cercano a la población y sigue recorriendo las colonias y
comunidades para entregar obras y gestiones sociales.
Para esta elección, será
casi obligado descartar a quien traiga consigo negativos, como acusaciones por
corrupción en el manejo de recursos en los puestos que ha ocupado, porque está
claro que cada vez es más complicado convencer a un elector desconfiado, más
demandante y castigador en las urnas.
Por eso el candidato debe
ser aquel que ha desarrollado una personalidad política honesta y siempre
atenta a escuchar a los demás.
Mario es uno de esos políticos,
sensible y empático a las demandas de la población.
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