Rafael Moreno Valle Rosas
puede presumir de su buena suerte política y del absoluto control de las
instituciones públicas del estado de Puebla. Por su praxis no es gobernador, es
un cacique educado en el extranjero, producto de las alianzas de fuerzas que se
imaginaban antagónicas. Pero el poder es el poder.
Cabalgar en lomos de la
impunidad y presumir cercanía con el presidente Enrique Peña Nieto, sumado a la
complicidad de la oposición ultra de derecha e izquierda, le confiere una
especial catadura de amo y señor de aquellos lares que hasta antes del 1 de
febrero de 2011 fue espacio de hegemonía priista.
Hace poco,
tangencialmente, pregunté al diputado federal priista Javier López Zavala:
--¿Quién va a detener a
Moreno Valle?
--¡Yo!--respondió sin
dudarlo.
López Zavala fue candidato
del PRI al gobierno del estado de Puebla, pero perdió ante Moreno Valle Rosas
en la contienda de 2010. Hoy está decidido a volver por esa ruta, por la
gubernatura. En política nunca es muy temprano ni muy tarde.
--¿Volverás a buscar la
gubernatura?-- inquirí.
--¡Volveré,
volveré!—asumió sonriente.
¿Por qué perdió López
Zavala en los comicios del 4 de julio de 2010?
Su cercanía con el
desgastado e impopular gobernador saliente, Mario Marín, y un exceso de
confianza, pero sobre todo enfrentarse a una sui generis alianza integrada por
cuatro partidos: el PAN, con raigambre conservadora de ultraderecha
identificada con el clero poblano, el PRD de bisoña presencia en la entidad
igual que Convergencia (hoy Movimiento Ciudadano) y el Partido Nueva Alianza,
éste como clave en la coalición por el apoyo financiero y bendición de la
entonces poderosa maestra Elba Esther Gordillo Morales, fueron sin duda
factores básicos que abonaron a su derrota.
No es descabellada la
previsión de López Zavala, pese a que su enemigo político se ha vuelto más
poderoso de lo que era y, en pos de una ambición personal, se ha vuelto
peligroso, tanto que ha hecho alianzas con personajes con pasados recientes de
suyo cuestionables, como es el caso de su secretario de Seguridad Pública,
Facundo Rosas, socio y colaborador de Genaro García Luna en los días del
calderonismo que los encumbró y luego dejó a su suerte, aunque sin problemas
salariales.
Y es que, desde los
tiempos en que era un priista distinguido, Moreno Valle Rosas se fijó como un
objetivo de vida llegar a la Presidencia de la República. Hoy es una obsesión.
Su estrella, hasta el 1 de febrero de 2011, cuando rindió protesta como
gobernador del estado de Puebla, brillaba merced al apoyo político que tuvo de
los enemigos jurados del PRI, el amadrinamiento de la maestra Gordillo, sobre
todo, junto con quien abandonó las filas del tricolor.
Pero en ese andar, en el ejercicio del poder,
Rafael Moreno Valle Rosas lejos de convertirse en un gobernador querido por los
poblanos, se ha dedicado a comprar conciencias y sumar voluntades mediante la
presión y la persecución, la fabricación de delitos y el control de los Poderes
Legislativo y Judicial.
Sus candidatos ganan
elecciones merced a los atropellos legislativos, porque los legisladores del
Congreso poblano, en su mayoría están sometidos a sus voluntades. No ha habido
una sola iniciativa enviada por él que haya sido rechazada. Así fue como el
lunes 19 de mayo último, por 32 votos a favor y cinco en contra, se aprobó la
llamada “Ley Bala”, que es la Ley para Proteger los Derechos Humanos y que
regula el Uso Legítimo de la Fuerza por Parte de los Elementos de las
Instituciones Policiales del Estado.
Así de larga es la
denominación de dicha Ley como profundo y grave es el fondo de lo que avala, es
decir, el uso de armas de fuego para disolver manifestaciones que se tornaran
violentas. Y está a punto de ser derogada por los mismos que, sin chistar
porque obedecen órdenes de Moreno Valle, la aprobaron hace dos meses.
Es públicamente sabido que
en acatamiento de lo previsto por dicha ley, el pasado 9 de este mes policías
estatales, usaron balas de goma en un enfrentamiento con habitantes de San
Bernardino Chalchihuapan. Pero esas balas también matan, como lo hicieron con el
niño José Luis Alberto Tehuatlie.
Facundo Rosas niega que
Sus cuicos hayan usado balas de goma. “Se siguieron los protocolos de seguridad
correspondiente”, aduce. ¡Ajá! ¿Entonces con qué carajos fueron heridos José
Luis y por lo menos otras dos personas?
Una tragedia ha mostrado a
todo el mundo el control que tiene Moreno Valle y el tamaño de las
consecuencias de su arbitraria forma de gobernar. ¿Quiere ser Presidente de
México? En tres años, otros asuntos pueden despertar a Rafa gobernador de ese
sueño de opio. López Zavala tiene los tiempos medidos. Puede ser, puede ser.
Digo.
MIÉRCOLES. ¡Ah! Jesús
Zambrano exige “se investigue a fondo conforme a Derecho y se castigue a los
implicados”. ¿Incluido el góber Moreno Valle? Conste.
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