Síndrome de Capgras
También conocido como Mal de Capgras, este síndrome afecta el sentido de
la identificación del paciente. Se caracteriza por la constante creencia de que
un ser cercano y querido fue sustituido o reemplazado por un impostor idéntico.
El síndrome de Capgras, también conocido como ‘ilusión de los dobles’,
fue descrito por primera vez por Jean Marie Joseph Capgars. Es un trastorno,
parte de un proceso psicótico, por el cual el afectado tiene la creencia
delirante de que una persona cercana con la que existe un vínculo emocional,
por lo general un familiar con el que convive, ha sido reemplazada por otra
persona, un sustituto idéntico tanto en su físico como en su forma de actuar,
lo que le provoca fuertes sentimientos de miedo y rechazo hacia esa persona a
la considera un impostor.
Imagine por un momento la situación, vuelves del trabajo, y tras abrir la
puerta de casa te encuentras con un extraño, que se parece mucho al familiar
(tu marido, tu hijo…) con el que compartes hogar, pero algunas diferencias te
hacen pensar que no lo es. El miedo e incluso terror que puede provocar esta
situación va a generar un gran sufrimiento psicológico a quien la sufre.
El por qué ha sido reemplazado, por quién, o para qué son preguntas que
no es capaz de explicarse la persona que sufre el síndrome de Capgras, lo que
añade aún más incertidumbre y miedo a la situación. Esto va a derivar en
sentimientos de evitación o rechazo hacia el sustituto, siendo éste el primer
síntoma que puede apreciar un allegado sobre que algo no va bien. Una situación
que si no se resuelve va a generar una gran tensión familiar, que puede
terminar con la separación de la pareja, en caso de que sea ésta sea la
sustituida, o el alejamiento de tus seres queridos.
Ahora ponte en el caso contrario, que tu mujer, de buenas a primera,
afirma que no eres con quien se casó, que eres un extraño y que no quiere
compartir la casa contigo, insistiendo en que salgas de su vida, ya que eres un
completo desconocido, y no sabe de tus intenciones para con ella. ¿Cómo te
sentirías? Pues así es como se siente el sustituto: sorpresa, extrañeza,
incomprensión, sabes que existe un problema, y que es grave, pero no sabe cómo
solucionarlo, pues por muchas explicaciones que trates de dar, o intentes
aportar pruebas de que eres quién dices ser, el de siempre, la persona que
sufre este síndrome no parece querer comprender que nada ha cambiado.
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