Se trata del Puente Taipéi,
en la ciudad de Taipéi (China), en la hora pico. La razón del congestionamiento
vial son centenares de scooters… y nada más. Es el tráfico que se ve todos los
días, no hay ninguna prohibición para automóviles y tampoco hay un “Día de
Pasear en Scooter”.
Reproduce el video a
continuación y dale un vistazo a la forma en que circula la gente en Taipéi.
Los scooters son un medio de
transporte popular en toda China debido a su altísima densidad demográfica, por
el precario sistema de transporte público que está muy lejos de servir al alto
volumen de pasajeros y por la facilidad de circulación en calles en mal estado
y de difícil acceso (no pavimentadas o con pasajes estrechos).
Según los registros
oficiales del gobierno chino, Taipéi tiene una proporción abrumadora de 415
scooters por cada mil habitantes. En decir, están en la disposición de colocar
a toda la ciudad sobre dos ruedas si cada uno lleva a un compañero en la
espalda.
Según el Taipéi Times, en
algunos lugares de China los scooters representan hasta el 83% den tránsito.
Otra cosa que llama la
atención de este gigantesco número de motonetas es el contraste entre ese
potencial caos absoluto y la educación de los motociclistas, que circulan de
forma organizada y respetuosa, sin atravesarse ni acelerar de forma
innecesaria. No sólo aprendieron a andar en motocicleta, sino también practican
lo primordial, una forma de tránsito colectiva que permite fluir a las
personas. Las mujeres y los niños se encuentran entre los motociclistas, todos
usan cascos protectores y hasta los famosos tapabocas para evitar la
degustación de un insecto indeseable o para protegerse en la medida de lo
posible de la contaminación.
La comparación con los
motociclistas nacionales es inevitable: a pesar de no ser todos, no resulta
poco común ver a muchos locos que hacen toda una religión el asunto de circular
a alta velocidad, y con esa actitud tan agresiva como cobarde de quien se sabe
puede esquivar con facilidad. Sí, también los conductores de automóviles, la
mayoría aún lejos de entender que las vías de circulación públicas son lugares
de convivencia no de competencia. La calle es de todo el mundo y no sólo de los
que llevan prisa. Es necesario entender y respetar. La civilidad y la educación
hacen la diferencia. “¿Tienes prisa?, pues levántate más temprano”.
¿Llegará el día en que el
D.F se parezca un poquito a Taipéi?
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