AUN Y CUANDO “FALTA MUCHO”
para el 2018, en el que además de presidentes municipales, diputados locales,
diputados federales y senadores, también se elegirá al nuevo presidente de la
República, lo cierto es que en el PRD ya iniciaron la contienda. Y falta mucho
porque, por ejemplo, los alcaldes ni
siquiera cumplen un año al frente de los ayuntamientos, y ya se andan moviendo,
cuando ni siquiera llevan en el cargo el 33 por ciento del trienio que les toca
encabezar.
El más visible es el
alcalde de Acapulco, Evodio Velázquez, que si bien inició “a tambor
batiente”, con el paso de los meses se
ha venido desinflando, y es que no es lo mismo ser matancero que vendedor de
chicharrones, de tal forma que cuando no le salen bien las cuentas, grita,
patalea, o se hace la víctima para no asumir su responsabilidad de gobernar y
de entregar resultados.
Otro que tampoco puede con
el cargo, y que por tal motivo le echa la culpa a quien se mueva, es el alcalde
de Tixtla, Hosseín Nabor, quien un día sí, y el otro también, se queja que en
su gobierno no hay recursos, como una forma de descargar culpas porque hasta la
fecha, ya casi un año en la presidencia municipal, tampoco ha hecho nada. Y lo
último en lo que se ha montado es la intención del Ayuntamiento de Chilpancingo
de instalar un relleno sanitario en la comunidad de Metlalapa, manipulando al
Cabildo tixtleco para oponerse a ello.
Y no es que en verdad el
alcalde en cuestión sea un experto en rellenos sanitarios, pues hasta ahora, lo
que ha dicho lo evidencia como un ignorante en la materia, y lo mismo puede
decirse del presidente municipal de Eduardo Neri, Pablo Higuera, quien también
argumenta que el proyecto del mencionado relleno sanitario impactará en el medio ambiente. Claro, ambos
no son expertos, y por lo tanto, deberían asesorarse al respecto.
Sin embargo, lo de su
oposición al relleno sanitario, que de acuerdo a las autoridades sanitarias y
de protección al medio ambiente han señalado que el proyecto cumple con los más
altos estándares internacionales, es solo un pretexto para montarse en un
asunto que ha atraído la atención pública. Uno como el otro, así como el
alcalde de Acapulco, buscan estar en los medios con el fin de que sus nombres
no se pierdan en el 2018, y si para eso les sirve la muerte de uno de los
suyos, como lo fue el presidente municipal de Pungarabato, Ambrosio Soto,
bienvenido sea.
Es obvio que a los tres
alcaldes se les olvida que a los electores sólo se les puede engañar una vez, y
más cuando son oposición. En el caso de Evodio Velázquez, le funcionó prometer
un gobierno diferente al de Luis Walton, cuando, hay que decirlo, muchos lo
califican de peor. Y lo mismo puede decirse de Hosseín Nabor, quien más de una
vez buscó encabezar el Ayuntamiento de Tixtla argumentando que él sí iba a ser
mejor. De Pablo Higuera puede decirse lo mismo, aunque si llegó al cargo fue
por el mal gobierno que encabezó Ignacio Basilio en Eduardo Neri.
Es cierto. En el 2018 ya
es posible la reelección de alcaldes y de diputados locales, y muchos más
buscan treparse en otro cargo más en la elección de ese año. Sin embargo, ya lo
dije, es imposible que vuelvan a engañar a los guerrerenses si no entregan resultados
y un trabajo que respalde sus aspiraciones. Y es que, hasta ahora, poco o nada
han hecho en el cargo que ostentan.
A PROPÓSITO, LA HUELGA de
hambre, o mejor dicho, la supuesta huelga de hambre que lleva a cabo el
dirigente del sindicato de trabajadores extraordinarios del Ayuntamiento de
Chilpancingo, Domingo Salgado, por una falsa exigencia de incremento salarial a
sus agremiados, ciertamente se inscribe en el golpeteo del PRD a los gobiernos
priístas. Domingo Salgado es, todos lo saben, consejero estatal del perredismo
guerrerense, desde donde se armó la estrategia de “golpear” al alcalde Marco
Antonio Leyva Mena.
El objetivo es claro. Es
decir, desviar los señalamientos al alcalde de porteño, por el de Chilpancingo.
Es decir, trasladar el conflicto. Y qué mejor que contra el edil capitalino,
con el fin de desgastar, no a un gobierno, sino al partido político al cual
pertenece. Y es que en el PRD sueñan con ganar, como sea, la capital del
estado, en la lógica de que Chilpancingo representa el mayor triunfo político
después de Acapulco.
No obstante, al PRD se le
olvida que Chilpancingo no sólo es la tierra del gobernador del estado, Héctor
Astudillo Flores, sino también la de Marco Antonio Leyva Mena, Mario Moreno
Arcos y su hermano Ricardo, y en donde también están en primera línea, Víctor
Manuel Martínez Toledo, Beatriz Vélez, Beatriz Alarcón, María Luisa Vargas, e
Isabel Rodríguez.
Comentarios:
julio651220@hotmail.com
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Nota: sólo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.