Los capitalinos deben
de entender que la reconstrucción de la capital de Guerrero, después de los
meteros “Ingrid y Manuel” es trabajo de todos. Chilpancingo es una ciudad media
con graves problemas –desde siempre- de planeación urbana. Ha crecido “a
machete” como decía el filósofo de Cuahuchiles. Sin un ordenamiento territorial
adecuado a su crecimiento. Emplazar construcciones en pendientes, cauces de
barrancas, sobre arenas expansivas, son un peligro. Como lo ha declarado la
Unesco que las graves consecuencias del cambio climático serán devastadora, en
los próximos años, los meteoros impactarán gravemente a México y Centroamérica
y que los países, estados, comunidades y pueblos deben de prepararse, y uno de
los más afectados será la parte sur sureste de México que le toca a Guerrero y
a Chilpancingo. Por tanto, además de los esfuerzos de la autoridad municipal
para la reconstrucción, se debe de involucrar la sociedad civil.
Bien informado por
panistas del estado, el ex presidente Felipe Calderón, dijo durante su campaña
en la capital de Guerrero, que acabaría con
el problema del agua potable. Enrique Peña Nieto hizo lo propio, y
además se han anunciado cifras record que serán invertidas durante todo el
mandado del presidente EPN. Y aquí es donde entra el poder de la sociedad
civil. Hay que presionar al gobierno federal para que dentro de la
reconstrucción del Huacapa, y del sistema de drenaje, agua potable y
alcantarillo, se realice con la mayor eficacia. Con modernos materiales y
técnicas. Con las abundantes lluvias, estallaron los ductos del drenaje -de por
sí ya casi fuera de servicio- también el sistema de conducción de agua potable,
en fin todo se lo llevo la corriente, incluyendo a los sub sistemas a base de
tubos que alimentan a miles de familias en la periferia de la capital. Y para
empezar, que esos subsistemas administrados por las comunidades, pasen a CAPACH
y se modernice, construyendo receptores de los ameyales naturales, sedimentar y
potabilizar el agua para evitar la creación de sarros que ocasiona truenes en
los ductos y destruyen la economía familiar al descomponer y taponar baños,
tarjas.
El presidente Mario
Moreno Arcos, no es el culpable, ni de los meteoros ni de la reconstrucción,
ahí le tenemos que entrar todos, con sentido social y pensando que en la medida
de que los drenajes, alcantarillado y agua potable de la ciudad se ordenen, la
salud de los capitalinos será mejor. Y para empezar, habría que recordarles a
todos los que construyeron en la zona federal del Huacapa, que invadieron
impunemente su cauce, se recorran los metros que tiene establecido la legislación
federal y se delimite el área federal
para que el Huacapa tenga mayor amplitud en su cauce, empezando con los
militares, comerciantes y quienes, sin medir las consecuencias a futuro, le
confiscaron al Huacapa su lecho natural y lo convirtieron en una arteria
taponada.
Y vamos a exigirle al
gobierno federal que lo haga y no ver en Mario Moreno al culpable de la
lentitud y tardanza de las obras, que el presidente EPN, dijo claramente que
serán manejadas por el gobierno federal.
La bronca en las
alturas entre el protegido de Carlos Salinas; Carlos Slim Helú y el mimado de
Ernesto Peña Nieto, Emilio Azcárraga Jaén, estalló en medio de graves
consecuencias para terminar con los consorcios que fue sólo una simulación de
campaña. Slim no se va a dejar y Azcárraga tampoco. El referí de esta batalla
campal en la que están enfrascados es el gobierno de México, que o cumple con
lo pactado o sólo demostrará la predilección por una firma en especial, y el
pueblo sigue pagando las tarifas más altas del mundo en telefonía móvil y tv
por cable, será el pagano de estos dos consorcios que han crecido gracias al
respaldo presidencial y a la necedad de los mexicanos por no pararlos en seco,
y la neta, dejar de usar su telefonía y no ver sus asquerosos canales de televisión,
claro y hacer caso omiso de cómo se mueve televisa en las cloacas del poder y
manipula a personajes, los levanta o los hunde.
A cien años del
nacimiento de Octavio Paz, la poesía en México sigue siendo un páramo. Y no
sólo eso, también la crítica literaria y el silencio de publicaciones al
sistema político y sus audacias de cambio y movimiento hacia la reelección
presidencial. Algo se podrá sacar de todo esto en el magno homenaje que se le
dará al autor de Libertad bajo palabra,
Piedra de sol y a toda su enorme obra
ensayística, de traducción y el encargado de colocar a México en el vórtice de
las vanguardias del mundo.
Y mientras se
multiplican los homenajes a Paz en todo México, en la Cuernavaca de la
violencia imparable y de la marcha celebrada ayer 1 de abril, y ante la demanda
de seguridad de toda la población, el gobierno de Graco Ramírez, se tambalea en
serio.
En ese escenario nada
halagüeño para los morelenses, falleció la mañana del domingo 30 de marzo,
Helena Paz Garro; (1939-2014). “Los restos de la escritora fueron velados en
una de las capillas de la funeraria Gayosso, sin la presencia de escritores
nacionales o extranjeros, ni de ninguna autoridad cultural del municipio, del
estado o federal. Sólo estuvieron unos diez familiares de la familia de su
madre…”. (La Jornada/31/marzo/14). Me extraña de Cristina Faesler, Secretaría
de Cultura de Morelos, no dar el pésame a la familia materna de la Chata Paz, los
Hermanos Guerrero Garro; Ángel, Flora, Devaki, Pablo, Francisco; todos artistas,
hombres y mujeres de buena fe y ligados al quehacer ecológico, periodístico, cultural
y económico de Morelos desde hace décadas.
Helena Paz fue
sepultada en la misma cripta donde está su madre, en el panteón, al sur de la
ciudad de las eternas balaceras. Descanse en paz.
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