EFRAÍN FLORES IGLESIAS |
No cabe duda que el priista Héctor
Astudillo Flores recibirá un estado incendiado por tanta protesta social y
un gobierno endeudado. Ojalá tome buenas
decisiones para sacar adelante a Guerrero, empezando por armar un buen
equipo de trabajo que le ayude a diseñar estrategias para lograr la tan
anhelada paz social.
No le será fácil lograrlo, pero tampoco
imposible. Le tocará lidiar con
grupos radicales que quieren incendiar a la entidad y con organizaciones
sociales que siempre han lucrado con el dolor ajeno. Requiere colaboradores que sean capaces de dialogar con los inconformes
y que no les gane la soberbia.
Además, poner en el área
financiera a personas que no tengan antecedentes de corrupción, personas que
tengan un verdadero compromiso con la transparencia y rendición de cuentas.
En lo que respecta al PRI, Héctor
Astudillo tiene el gran compromiso de hacer un buen papel para que los
guerrerenses no se decepcionen con el regreso de su partido en el poder.
Acciones contundentes y no someterse a los grupos anárquicos, es lo que
requiere en este momento la entidad.
Conformar un gobierno con personajes de otras filiaciones políticas y de
la sociedad civil no estaría mal que lo hiciera el próximo gobernador de la
entidad. Guerrero requiere el esfuerzo
de todos. Claro, personajes que se sujeten al programa de gobierno y que no
actúen de manera desordenada como ocurrió en la administración de Ángel Heladio Aguirre Rivero.
Algo que le causará dolores de cabeza al próximo gobernador, por lo
complicado del asunto, es la situación de Tixtla, lugar en donde nació su
padre, don Héctor Astudillo Bello
(qepd), y donde viven muchos de sus familiares, que actualmente ha acaparado la
atención internacional, por ser ahí en donde se ubican las instalaciones de la
Normal Rural de Ayotzinapa.
Tixtla fue el único municipio de la entidad en donde estudiantes de
Ayotzinapa, profesores de la Coordinadora Estatal de Trabajadores de la
Educación (CETEG), el Movimiento Popular Guerrerense (MPG) y elementos de la
Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias (CRAC) impidieron que la gente
saliera a votar el pasado 7 de junio, a pesar de que se instalaron las casillas
en el 90 por ciento de las secciones electorales; sólo el 30 por ciento de los
ciudadanos pudo ejercer su derecho al voto.
Por cierto, esos grupos radicales que propiciaron a que el Tribunal
Electoral del Estado anulara la elección, salen ahora que deben ser ellos
quienes encabecen el Consejo Municipal. ¡Qué barbaridad!
Cómo pues, unos delincuentes, porque los son,
exijan al Congreso local que los designen como autoridades cuando solamente se
han dedicado a violentar la ley. No se vale. Su destino debe ser la cárcel.
Presumen representar al 80 por ciento de Tixtla, cosa que es mentira, ya
que solamente movilizan a trescientas personas –entre normalistas que no son
tixtlecos y extranjeros infiltrados en Ayotzinapa para causar desmanes– y que
lo único que los mueve es su ambición por el poder.
Luego entonces, Héctor Astudillo
no debe de doblegarse para hacer valer la ley en contra de esos violentos.
El ejercicio de gobierno requiere mucha
paciencia y carácter para tomar decisiones. Es cuanto, como dijera mi brother
“Pochunco”.
ENTRE OTRAS COSAS… El periódico El Universal publicó este
jueves que la Procuraduría General de la República (PGR) encontró una casa de
seguridad en el municipio de Cocula, en donde presuntamente fueron llevados y
torturados normalistas de Ayotzinapa la noche del 26 de septiembre del 2014.
Dicha casa de seguridad era utilizada por Gildardo López Astudillo, “El
Gil”, para torturar y ejecutar a los rivales del grupo delictivo “Guerreros
Unidos”. ¡Zas!
Comentarios: E-mail:
efrain_flores_iglesias@hotmail.com; Facebook: Efraín Flores Iglesias; Twitter:
@efiglesias
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Nota: sólo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.