DE ENTRADA, PERMÍTASEME
enviar un saludo afectuoso, y con mucho respeto, a los alumnos del grupo 6º B
de la escuela primaria “Omar Vadillo Acosta”, de la colonia El Coloso, del
puerto de Acapulco. Me entero que son mis lectores, lo cual me llena de orgullo,
pero también me obliga a ser mejor en este noble y apasionante oficio, y por
supuesto, más responsable. Gracias por leerme, niños.
POR INTERESES
POLÍTICOS, principalmente, se puede o no estar de acuerdo con lo dicho por el
presidente del comité directivo estatal del PRI, Heriberto Huicochea Vázquez,
en el sentido de que si no fuera por la inseguridad y la violencia, el de
Héctor Astudillo Flores sería un gobierno “de diez”, es decir, excelente.
Y es que, hay que
decirlo, los partidos de oposición, es decir, los que no están en poder,
difícilmente aceptan y reconocen los avances y logros del gobierno en turno, en
razón de que tienen el mal concepto de que “como oposición”, su función es
criticar y señalar todo lo que a su juicio no está bien hecho o se debería
hacer. “Como oposición esa es nuestra función” he oído decir. Por supuesto, hay
excepciones.
En contrapartida, el
partido gobernante, o en el gobierno, resalta lo bueno que se hace, e incluso
magnifica los logros y avances, pero se olvida, esconde o calla, lo que está
mal hecho, por obvias razones.
Toca pues al pueblo, a
los habitantes del estado, a los gobernados, opinar al respecto, es decir,
sobre el gobierno en turno, más allá de la influencia de los partidos políticos
que sustentan sus posturas en torno a intereses partidistas, casi siempre de
cara a los procesos electorales.
Es evidente, hay que
decirlo, que si el problema de la inseguridad y la violencia, que dicho sea de
paso cada vez es más atroz, sanguinaria e inhumana, reitero, si la violencia y
la inseguridad no existieran, o mejor dicho, estuviera reducida o controlada,
en otras condiciones estaría Guerrero.
Ciertamente la
inseguridad y violencia no es privativa de Guerrero, aunque hay que decirlo,
aquí es donde más se ha acentuado, y no precisamente porque no se le atienda,
sino porque en su momento se le dejó de atender, o en su caso se le permitió su
existencia. En consecuencia, la inseguridad y la violencia creció y se
fortaleció al grado que hoy parece imposible de combatir.
Este fin de semana, por
ejemplo, fue sumamente violento, e incluso, atroz, criminal e inhumano. Y no
solo por el número de muertos, sino también, por quienes eran. Y es que en esta
guerra entre grupos del crimen organizado, y el enfrentamiento que traen
supuestos policías comunitarios, por el control de plazas y corredores de la
droga, se ha convertido excesivamente violenta.
Es cierto. Hay
violencia e inseguridad que afecta a todos los sectores sociales, lo cual es
muy triste, lamentable y condenable, por las atrocidades que se cometen incluso
en contra de niños menores de edad, e incluso bebés recién nacidos, eso nadie
lo puede ocultar, y más porque ocurre en prácticamente todo el país, pero
también es cierto que el gobierno del estado está haciendo su chamba, aunque
muchas veces los actos de barbarie opacan las acciones que se realizan en su contra,
pero es también un hecho innegable que hay avances en otros rubros.
Así es. El gobierno del
estado a través de sus diversas dependencias, junto con las del gobierno
federal, están ejecutando obra pública en Guerrero. Allí están, y a diario se
da cuenta del inicio de éstas o de sus inauguraciones. Allí están también las
acciones en materia de salud, de educación, de apoyo al campo. Allí están las
acciones de gobierno en materia de proyectos productivos, y allí están también
los programas de asistencia social que desde el inicio del actual gobierno no
se han paralizado. Allí están los apoyos a los migrantes deportados, y allí
están, hay que decirlo, acciones a favor
incluso de los periodistas.
Por supuesto falta
mucho por hacer. Y sin duda eso lo tienen bien claro las autoridades estatales
que a diario, un día sí y el otro también, recorren el estado en apoyo a los
presidentes municipales, que como nunca antes reciben el apoyo del gobierno del
estado. Y eso, hay que decirlo, ni siquiera se hizo en otros gobiernos
priístas.
Por eso es que tiene
razón el dirigente estatal del PRI, Heriberto Huicochea Vázquez: de no ser por
la inseguridad y la violencia que a diario es la nota principal de los medios
de comunicación, el gobierno de Guerrero, el que encabeza Héctor Astudillo,
sería de diez, es decir, excelente. Y es que, contrario a los dos últimos
gobiernos anteriores, en donde si bien es cierto tenían también el problema de
la violencia, llegó un momento en que desapareció la acción de gobierno en otros
rubros.
Por último. No es
quitando al gobernador del estado cómo se va a resolver el problema de la
inseguridad y la violencia. Eso no es cierto. Si estuviera gobernando Guerrero
otro partido político, el problema sería igual, o hasta peor.
Comentarios: julio651220hotmail.com
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