Roberto Santos |
Veremos qué resulta del
plan-informe del presidente de México y las posturas que adopten los grupos
empresariales ante estos anuncios, así como los colectivos de trabajadores que
se mueven laboralmente en el mundo informal.
Mientras, ya se sabe que
aunque seguimos en la fase 2 de la pandemia, estamos en una transmisión más
acelerada del coronavirus en el país, de acuerdo a lo dicho por el
subsecretario de Salud, Hugo López Gatell.
Por ello pidió mayor
“disciplina”, porque “aún no viene la fase más intensa de la enfermedad”.
Está claro que el sistema
nacional de salud no está en capacidad para poder atender los posibles enfermos
que se están proyectando, aunque se diga lo contrario.
Las autoridades federales
calculan que dentro de 2 o 3 semanas se presenten lo mayores casos de contagios
y se entre a la fase 3, por ello hay que insistir todos en extremar cuidados
con el lavado de manos y, los que puedan, mantenerse en casa.
De la actuación de la
población depende el porcentaje de contagios en México.
Y a estos cuidados habrá que
agregar el portar cubrebocas, como sugieren los chinos, de acuerdo a su
experiencia, así como investigadores de la UNAM y médicos de EUA.
El pedido de extremar
cuidados debe hacerse directamente a todos los jóvenes, quienes son los más
afectados, ya que es el grupo de edad más activa laboralmente.
Pero también se ha
constatado que es el que menos consciencia tiene acerca de la necesidad de
mantenerse en casa, asistiendo a bares y lugares de diversión cuando deberían
estar resguardándose en su hogar.
El problema es que si bien
los jóvenes pueden ser más resistentes a esta enfermedad, también pueden
convertirse en la fuente de contagio de su familia, amigos de la tercera edad,
y enfermos.
Y las cifras no son muy
halagadoras, porque según la Organización Mundial de la Salud (OMS), en México
8.7 millones de personas sufren diabetes.
Además se estima que
alrededor de 12 millones de personas padecen la enfermedad sin saberlo, pues no
han sido diagnosticados.
Según los resultados de
INEGI en 2018 y el Instituto Nacional de Salud Pública, el 18.4 por ciento, es
decir 15. 2 millones de habitantes, padecen hipertensión diagnosticada.
El 5.2 por ciento de la
población, de 20 años y más, enfrenta un problema obesidad, lo que representa
un incremento de 3.9 por ciento respecto a lo reportado en la edición de 2012.
Es decir, 3 de cada 4
personas mayores de 20 años padecen obesidad, según INEGI.
Esos y otros grupos de
población, son los que deben ser protegidos por todos, y es el momento de
intensificar las medidas para que la
población se mantenga en casa, como la noche del sábado lo hicieron las
autoridades municipales de Chilpancingo al acudir a los antros de la ciudad,
donde grupos de jóvenes se divertían en lugar de mantenerse en aislamiento
social.
O como lo hacen en San
Marcos y Tixtla, donde la policía regresa a sus casas a quienes salen después
de las ocho de la noche, sin razón alguna.
Es el momento de cuidarse
todos, manteniendo la sana distancia, lavarse frecuentemente las manos con agua
y jabón, desinfectar las suelas de los zapatos en caso de salir a la calle,
evitar las aglomeraciones, y está permeando la sugerencia de usar cubrebocas y
lentes.
Se espera que pronto se
encuentre algún tratamiento médico o hagan caso a las sugerencias que hacen
médicos chinos, franceses, argentinos, acerca del uso de ciertos medicamentos
para tratar este virus.
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