Gobernar Chilpancingo fue
el objetivo de la izquierda electoral durante varias décadas, hasta que en 2018
lo consiguió luego de ganar la elección con su candidato Antonio Gaspar Beltrán, un ex priista que tuvo la capacidad de unificar
a varios sectores sociales a su causa y en aprovechar el desgaste del PRI en el
poder.
Tres años antes (2015),
Gaspar Beltrán perdió la elección ante el priista Marco Antonio Leyva Mena, un personaje de triste memoria que se
confrontó con el gobernador Héctor
Astudillo Flores y con su propio partido. Después de esa derrota, Toño –como es conocido popularmente– no
bajó la guardia y se dedicó a consolidar una amplia estructura en las colonias
y comunidades del municipio y en amarrar
importantes alianzas.
La
alternancia era una exigencia ciudadana, ya que durante 89 años el PRI gobernó
ininterrumpidamente la capital del estado.
Los dirigentes de Morena
rechazaron la invitación de Toño
Gaspar para formar una amplia alianza de las izquierdas en Chilpancingo. Y ante
esa situación, el PRD sumó a Movimiento Ciudadano (MC) y al PAN para conformar
la coalición “Por Chilpancingo al Frente” y enfrentar de esa manera a las
candidatas del PRI y de Morena, Beatriz
Vélez Núñez y Silvia Alemán Mundo,
respectivamente.
Desde un inicio, el
abanderado del PRD, PAN y MC encabezó las preferencias ciudadanas y a pesar de la
campaña de lodo en las redes sociales en su contra, se alzó con el triunfo en
la elección del 1 de julio de 2018.
Su triunfo ya no fue
sorpresa. Lo que sí fue sorpresivo fue que el PRI cayera a un lejano tercer
lugar y que Morena obtuviera una alta votación.
Los resultados del cómputo
final fueron los siguientes:
La coalición “Por
Chilpancingo al Frente”, 42 mil 541 votos; Morena, 37 mil 227 votos, y la coalición
“Transformando Guerrero” (PRI-PVEM), 23 mil 536 votos.
Los demás partidos, como
el Partido del Trabajo, Nueva Alianza, Partido Encuentro Social (PES), el
Partido del Pueblo de Guerrero, Partido Impulso Humanista, Partido Coincidencia
Guerrerense, Partido Socialista de México y el Partido Socialista de Guerrero
no figuraron.
El 30 de septiembre de ese
año y ante la presencia del gobernador Héctor Astudillo Flores, Antonio Gaspar
Beltrán rindió protesta como presidente municipal de Chilpancingo.
Durante su mensaje, el
mandatario estatal le manifestó todo su apoyo y coordinación, a quien le dijo
que espera trabajar con un presidente que resuelva “y no complique las cosas”,
para recuperar “el tiempo perdido en los últimos tres años en la capital del
estado”.
Gracias
al apoyo del gobernador Héctor Astudillo, Toño Gaspar ha resuelto varios
problemas.
Si bien es cierto, heredó
problemas financieros de su predecesor y que el gobierno federal hace oídos
sordos para apoyar decididamente al municipio de Chilpancingo, el primer alcalde de la alternancia no
eligió muy bien a su equipo de colaboradores, ya que la mayoría de ellos no reúnen el perfil para desempeñar los cargos que
ostentan y carecen de experiencia y humildad para atender a la ciudadanía.
Extraoficialmente ha
trascendido que algunos miembros de su
administración están con un pie en el PRD y otro en Morena, ya que ven el barco
hundirse antes de tiempo.
Toño Gaspar tiene la mejor
intención de resolver los problemas de Chilpancingo. El problema es que el
presupuesto no le es suficiente para lograr las metas que se trazó cuando
andaba en campaña, y sus asesores nomás
no le ayudan para buscar alternativas de solución.
La
elección de 2021 está a la vuelta de la esquina y es evidente que el PRD no retendrá
la alcaldía capitalina, ya que carece de cuadros para enfrentar al PRI y a
Morena.
La
caballada en el PRI no está flaca. Tiene varios prospectos.
Ahí están Jorge Salgado Parra, ex
diputado federal y actual diputado local; Jaime
Ramírez Solís, ex diputado local, miembro del grupo político del gobernador
Héctor Astudillo y actual subsecretario de Administración y Finanzas de la
Secretaría de Educación Guerrero (SEG); Heriberto
Huicochea Vázquez, ex secretario de Desarrollo Social (Sedesol) estatal; diputado
federal, ex dirigente estatal del PRI y actual diputado local, y Ricardo Moreno Arcos, diputado local en
dos ocasiones y ex funcionario estatal y federal.
Por el bando de Morena
aspiran los diputados Norma Otilia Hernández
Martínez y Ricardo Castillo Peña, quienes
en 2018 llegaron al Congreso local gracias al efecto AMLO. Y Silvia Alemán Mundo, quien va por la revancha.
Otro que aspira a la Alcaldía,
pero con nulas posibilidades de suceder a Antonio Gaspar, es el diputado Servando de Jesús Salgado Guzmán,
mejor conocido como “El Puma”, quien constantemente cambia de bando político,
ya que presume tener varias ideologías.
En 2018 negoció con la
dirigencia estatal del PT una diputación plurinominal, al asegurar que le daría
20 mil votos a ese instituto político en Chilpancingo, algo que no ocurrió.
Al inicio de la LXII
Legislatura renunció al grupo parlamentario del PT y brincó a Morena al
negociar la Comisión de Transporte. Y en menos de un año es expulsado
vergonzosamente de la bancada de Morena.
Antes de ser diputado
local, intentó ser candidato del PAN a la alcaldía capitalina, pero mucho más
antes –en 2015– apoyó a candidatos del PRI. Actualmente, se le ha visto muy
cerca del PRD, especialmente en el grupo que comanda el ex alcalde de Acapulco,
Evodio Velázquez Aguirre.
Insisto, el panorama político-electoral para el PRD
en la capital del estado, es adverso.
Tanto el PRI como Morena
se frotan las manos para inaugurar la segunda alternancia. Veremos qué proyecto
político logra convencer a los chilpancingueños en 2021.
La
moneda está en el aire. Hagan sus apuestas, señores.
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efrain_flores_iglesias@hotmail.com
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@efiglesias
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