¿Qué no anda en campaña Su Alteza Serenísima?
Bueno, bueno, fiel a su
afición que data de la infancia, sin rubor ya hasta parafrasea al mítico
beisbolista estadunidense Babe Ruth, retirado en 1935: “No se puede vencer a
quien no sabe rendirse”, citó en la mañanera y sustanció: “Nosotros llegamos
aquí para transformar”. ¿Nosotros?
Sí, ellos. Le duele que
Morena, el corporativo que fundó y tiene como gerente al itamita Mario Delgado
Carrillo, vaya en picada y ni cómo defenderlo. Candidatos impresentables y
sedicentes probos y honestos militantes, distinguidos legisladores metidos en
asuntos delictivos. Los momios no cuchareados encendieron la alarma en el
equipazo y el gabinetazo.
Por eso…
El hígado y la vesícula
biliar del licenciado presidente estuvieron a prueba en la mañanera de media
semana; tal vez, por la noche del martes fueron atendidos por médicos de
Palacio; bueno, quizá todo se redujo a
un té de tila para calmar la ansiedad de Su Alteza Serenísima. ¡Canijos
magistrados electorales!
Porque, ¡caray!, como
preguntó y se respondió el licenciado: “¿O ustedes creen que los consejeros o
los magistrados del Tribunal Electoral, los consejeros del INE, los magistrados
del Tribunal Electoral son demócratas?
“Yo digo: no. Al contrario,
conspiran contra la democracia. Pero es también el momento de dar un ejemplo de
sensatez y de responsabilidad, nada de confrontación, no caer en la trampa de
la provocación”.
¡Sopas!, ahora magistrados y
consejeros son conspiradores porque esa es la conclusión a la que ha llegado el
licenciado, y todo porque concluyeron que Félix y Raúl violaron lo dispuesto en
la Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales.
No, no es asunto de pesos y
centavos, es un asunto de leyes, aunque el señor presidente y la línea
discursiva de la 4T sostienen la peregrina versión de que por unos pinches
pesos bajaron de las candidaturas a sus mejores gallos. Pregunte al licenciado
Ignacio Mier, experto en interpretar a las leyes o, en el mejor de los casos,
en la estrategia de torcerle el brazo al Estado de Derecho.
Pero, vaya, lo cierto es que
la bilis presidencial no se desbordó materialmente en el transcurso del acto de
bravuconería en que se convirtió la homilía mañanera del miércoles, aunque
quedó claro que en el Tribunal Electoral de Poder Judicial de la Federación,
como en el INE y el INAI que las amenazas de Su Alteza Serenísima no surten
efecto.
Por ello, si usted estuvo
atento a la transmisión en la tele pública, del Eleven Channel por ejemplo, no me dejará mentir porque
Andrés Manuel estaba soberanamente encabronado por el fallo de los magistrados
electorales que confirmaron el resolutivo del Consejo General del INE de dejar
sin efecto las candidaturas de Félix Salgado Macedonio y Raúl Morón a los
gobiernos de Guerrero y Michoacán.
Traje gris, corbata azul,
camisa blanca y un mal humor que pretendió transitar por la ironía y la sonrisa
sarcástica, se presentó el licenciado presidente en el púlpito del Salón de la
Tesorería.
Dejó la primera parte de la
homilía a su alumno consentido, el doctor Hugo López-Gatell a quien le
preguntaron por su salud, porque llevaba una tos de pronóstico que parecía
garrotillo, aunque dijo que era una gripita. Y sin cubreboca; total, el público
no importa: mercenarios y unos cuantos periodistas.
Y sí, una periodista
reconocida, Rocío Jardínez, reportera de W Radio, pidió al licenciado Andrés
Manuel su opinión respecto del revés que dio el TEPJF a las candidaturas del
ingeniero Salgado Macedonio y el profesor Morón Orozco.
--Bueno –docto, respondió el
señor presidente--, sabía que me iban a preguntar sobre este tema y yo tengo la
obligación de informar, porque se trata de la democracia (¿y la veda
electoral?).
Y –prosiguió en abierta
actividad electorera-- quiero enviar un mensaje a todos los mexicanos y en
particular a los ciudadanos de Guerrero y de Michoacán. Decirles que no se
desanimen y al mismo tiempo que no se exalten, hay que actuar con la cabeza
fría, aunque se tenga el corazón caliente. En la lucha por la democracia se
tienen que enfrentar muchos obstáculos y hay que aprender a evadir el acoso y
la provocación.
Luego, con la bilis
encendida, ojos convertidos en chispas de ira –me cuestionarán los
francotiradores si acaso estaba yo en la cabeza del licenciado, pero bueno…--
demostró el grado de alteración, para no decir encabronamiento, que le provocó
el fallo de los magistrados; bueno, de la mayoría. Lea usted, porfis --la
chaviza dixit--:
“Yo quiero expresar que
considero un exceso lo que aprobaron el día de ayer los magistrados del
Tribunal Electoral. Es un golpe a la democracia, a la incipiente democracia
mexicana.
“No es posible, no tiene
justificación alguna el que por no comprobar supuestamente un gasto de
precampaña -en un caso, de 14 mil pesos, en lo que corresponde al candidato de
Michoacán, y de 19 mil pesos que se le atribuye no comprobó el precandidato de
Guerrero- se les cancele su registro para participar. Eso no tiene ninguna
justificación, repito, se me hace excesivo y además antidemocrático.
“Por eso hablo de que fue un
golpe a la democracia, porque la democracia es el respetar la voluntad del pueblo”.
Y hasta, sabelotodo al fin,
dio una lección de etimología: “En la democracia es el pueblo el que decide, es
el pueblo el que manda. Demos es pueblo, kratos es poder, es poder del pueblo”.
O sea, en el simplismo de
las lecciones de Su Alteza Serenísima, ¿magistrados y consejeros electorales
valen para lo que se le unta a queso? Por favor, Andrés Manuel, por favor, más
cordura y respeto al sentido común.
Y es que, se fue hasta el
patio del tendido de ropa cuando acusó que “en este, como en otros casos, no se
tomó en cuenta la voluntad del pueblo, se descalificó y se le afectó a los
ciudadanos, se les quitó un derecho a elegir, un derecho fundamental, un
derecho democrático. Tanto los consejeros del INE como los magistrados del
tribunal actuaron de manera antidemocrática. Y esto se explica porque estos
organismos, como otros, vienen del antiguo régimen, del antiguo régimen
antidemocrático”.
Sin duda pareciera pérdida
de tiempo escuchar la perorata matutina, el remedo de clases de historia
patria, las disertaciones chuscas y con el modito de barriada --¡ya
chole!—pero, lo reitero, dejar hacer y dejar pasar implica complicidad por
omisión.
¿No anda en campaña Su
Alteza Serenísima? Lea usted ésta perla de convocatoria del coordinador en jefe
de la campaña política morenista:
“A pesar de este agravio, yo
invito a todos los ciudadanos de Guerrero y de Michoacán a seguir adelante, a
seguir participando, a no desmoralizarse, porque estos golpes llevan también
ese propósito de desmoralizarnos, desanimarnos. No, hay que echarse para
adelante.
“La libertad no se implora,
se conquista y se tiene que hacer valer la voluntad y los sentimientos del
pueblo, en Guerrero y en Michoacán.
“Debe también, lo subrayo,
respetarse el veredicto, la sentencia, porque tenemos nosotros que apostar a la
democracia y un acto como el de ayer, arbitrario, lleva un componente
adicional: es un acto de provocación y lo que quieren es subvertir el orden
legal, la paz, la tranquilidad.
“Entonces, no engancharse,
no caer en la provocación, aceptar el resultado, sustituir candidatos y
adelante, pero no caer en la provocación de la confrontación y de la violencia,
seguir luchando de manera pacífica”.
O sea, sí pero no, “hay que
hacer valer la voluntad y los sentimientos del pueblo”. ¿Cómo? ¿Con besos y
abrazos? ¿Acto de provocación de la autoridad electoral? ¡Bah!
Morena con lo mejorcito de
los tiempos del partido hegemónico, ése de los neoliberales que dicen no
parecerse.
Morena en picada y el
dueño-presidente del Consejo de Administración en inocultable crisis emocional
y existencial. Es posible que cuando Mario Delgado le diga que se les acabó el
parque y los “federales” tienen tomada la plaza, paráfrasis de la Doña le
ordene: ¡Pues miéntenles la madre! Porque las mentadas también duelen. Digo.
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