La
movilización callejera montada por la Coordinadora Estatal de Trabajadores de
la Educación en Guerrero, CETEG, y financiada por manos extrañas y movida por
tentáculos diversos, so pretexto de estar en contra de la Reforma Educativa, es
solo la punta del iceberg de esta “Babel
social” que se ha movido cual animal herido en contra de tiros y troyanos de la
ciudad capital del estado, Chilpancingo con consecuencias que se está lejos de
percibir en el horizonte dado que los daños a la infraestructura urbana son
incalculables, como a la propia superestructura política de la entidad, que no
ve lo duro sino lo tupida.
La
presión montada por la CETEG, brazo hoy armado de la Sección 14 del SNTE, ha
generado una verdadera turbulencia como resultado en las tinieblas del retiro
“involuntariamente a fuerzas” de la maestra Elba Esther Gordillo, liderazgo
mantenido a con su puno férreo, y derribado aterciopeladamente por designios de
los nuevos tiempos penanietistas. Así es historia.
Guerrero
sigue los pasos de la balcanización de la educación, iniciada por la Sección
XXII del SNTE de Oaxaca, cuyo movimiento en el 2010 puso en el banquillo al
gobernador Gabino Cue, como una especie de laboratorio político de la
balcanización nacional de la educación, donde lo más significativo es el pretender poner al gobierno de Guerrero, a Ángel Aguirre
Rivero, contra la pared, cuando lo único que han logrado es el repudio social.
Su estrategia, la magisterial ha sido errada, ha sido equivoca, dada su
cerrazón y la arbitrariedad con que han actuado, instalando a la ciudad
capital, Chilpancingo en la línea de fuego de sus pretensiones.
El
trasfondo de la crisis de la educación pública es la “escondida” balcanización
del sector educativo posterior a la firma del Acuerdo Nacional para la Modernización
de la Educación Básica, firmado por el presidente Carlos Salinas de Gortari el 18 de mayo de 1992,
(hace 21 añ-os), por los gobernadores de todos los estados y el SNTE. Luego
entonces… en ese entonces para evitar una ruptura nacional del sindicato
magisterial, la maestra Elba Esther Gordillo cedió el manejo de la Sección XXII a los disidentes y con ello
rompió el acuerdo federalista de ese acuerdo. De esta manera los líderes de la XXII, convirtieron a los
maestros oaxaqueños en sus peones de juegos palaciegos del poder, mientras los
lideres negociaban agendas personales y gremiales que reventaron el presupuesto
educativo y a punto estuvieron de
reventar al gobierno del estado.
Algo
semejante han querido hacer y desarrollar en Guerrero, cuya rectoría del estado
en la educación es más patente que nunca, de ahí que la propia recuperación de
la rectoría del estado en la educación básica, no se va a dar tan solo con el
primer paso dado por la iniciativa de Enrique Pena Nieto, para profesionalizar el magisterio sino que debe
de pasar por la decisión de la SEP de
terminar con la balcanización educativa sobre todo en los estados que como
Guerrero el CNTE pretende dominar el control magisterial, pero aquí están muy
lejos de lograrlo, cuando el gobierno del estado a decidido, mantener el
paradigma de la educación bajo su control. No podía ser de otra manera.
Pero en Guerrero se tiene que ir más a fondo y
poner orden en la relación laboral del sector educativo, pero se debe de pasar
por solucionar la federalización del sindicato en sistemas educativos estatales
y el monstruo de dos cabezas del SNTE y las secciones disidentes como la de
Oaxaca, cuando el titular del contrato colectivo es el sindicato y NO la
Coordinadora.
Email: gernestoriverva@gmail.com
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