viernes, 28 de noviembre de 2014

ENTRESEMANA El decálogo y los virreyes Moisés Sánchez Limón

¿Qué opinan del decálogo presidencial? Miguel Alonso Raya, coordinador de los diputados federales del PRD, de plano se llamó desilusionado. “Esperaba algo contundente, que rodara por lo menos una cabeza; es un mensaje que se queda corto y desanima…” Y su contraparte del PAN, José Isabel Trejo Reyes, fue por similares linderos, en su opinión calificó insuficiente la propuesta de Enrique Peña Nieto.
Trejo Reyes igual que Alonso Raya lamentó que el Presidente haya desaprovechado esta oportunidad para hacer autocrítica. Podrían haberse puesto de acuerdo, pero cuando Miguel Alonso Raya iba rumbo al podio de entrevistas en el Palacio Legislativo de San Lázaro, estaba fresco el mensaje de Enrique Peña Nieto en Palacio Nacional. Trejo fijó postura dos horas después.
“Algo tenemos que hacer porque es un mensaje que se queda corto frente a lo que se esperaba”, me comentó Raya. Y Trejo adelantó que el PAN propone enriquecer las iniciativas y los programas anunciados por el Presidente. Vaya, a la crítica, ambos coordinadores la acompañan de la propuesta.
Eso, si se quiere ver desde un cristal de optimismo, es saludable para el país. Cierto, no se esperaba el aplauso fácil y oficioso de la oposición partidista, pero irse al extremo en este momento, como es el caso de Ricardo Monreal Ávila, es como echar gasolina al incendio que amaga con propagarse por todo el país.
En los corrillos políticos deambuló, incluso, la posibilidad de un ajuste en el gabinete presidencial. Hubo, quienes daban a Manlio Fabio Beltrones como jefe de un ente encargado de combatir a la impunidad, un órgano sin maquillajes y en el que su experiencia se explayara en apoyo al gobierno de Enrique Peña Nieto. Fue un borrego; lo más cierto fueron ganas de joder, porque el futuro de Manlio es otro. En fin.
Pero, vaya, más allá de la esperada reacción de la oposición, ruda y poco amable con la propuesta presidencial no sorprendió, no sorprende porque cada quien trae en el portafolios las carpetas de solución a los problemas del país. Propuestas, señoras y señores, no el maná y menos respuestas que satisfagan a cada sector, a cada ciudadano que está ofendido.
De esto que ocurrió en Iguala y que ayer jueves nos confirma que una treintena de escolapios adolescentes desaparecidos ente junio y julio del año pasado en ese mismo municipio, a la par del anuncio de una oncena de decapitados y semi calcinados en las goteras de Chilapa, la entrada a la región de la montaña en Guerrero, es muestra de la impunidad prohijada por los gobernadores, en este caso del hoy gobernador con licencia Ángel Heladio Aguirre Rivero.
¿A quién va dirigido el mensaje del presidente Enrique Peña Nieto? Mire usted, sin que esto suene oficioso, el decálogo carece de la estridencia que muchos esperaban, pero es contundente en un mensaje a los gobernadores, estos virreyes o señores feudales que, merced a la reforma que desaparece a las policías municipales, serán dueños y señores del control de la seguridad en sus entidades.
En su mensaje, Peña Nieto admitió que, aun cuando los esfuerzos realizados son importantes y han contribuido, en alguna medida, a generar condiciones de mayor seguridad en algunas regiones del país, “los hechos de Iguala nos han dejado claro a todos, a sociedad y Gobierno, que aún hay mucho por hacer”.
Y enfatizó: “Seamos claros: Sólo a través del Estado de Derecho podremos superar, juntos, los retos de la inseguridad, la corrupción y la impunidad. A raíz de la tragedia de Iguala, México está nuevamente a prueba. Frente a ello, los mexicanos no podemos caer en el pesimismo, ni abandonar nuestra esperanza de un mejor futuro”.
El mensaje es en plural. Los gobernadores, indudablemente, suelen ser omisos, cuando no cómplices de las pillerías y latrocinios que ocurren en sus territorios. Virreyes que en los municipios tienen a la estirpe gobernante del tercer nivel que rinde cuentas no al Presidente de la República, sí al jefe político que los llevó al poder: el gobernador.
Por eso, al desaparecer a las corporaciones policiacas y crear al mando único en la Policía Estatal, Peña Nieto no otorga mayor poder a los gobernadores. No, los responsabiliza de lo que ocurra en  sus territorios. Y que no salgan con la excusa de que el señor presidente municipal no quiere sumarse al mando único, como pretextó Ángel Heladio Aguirre Rivero cuando refirió que el presidente municipal de Iguala, José Luis Abarca, no quería aceptar el mando único.
Es, por tanto, buen momento en el que ésta disposición presidencial, acompañada de una reforma constitucional corresponsabiliza a los gobernadores de lo que ocurra en su estado en materia de seguridad pública y otros etcéteras que, quiérase o no, son importantes como la aplicación de la ley en asuntos nimios pero potencialmente conflictivos.
Sí, “Todos Somos Ayotzinapa”, como lo invocó el presidente Peña Nieto. Pero los virreyes habrán de sujetarse a ordenamientos legales que, por lo menos hasta el momento en que entren en vigor las disposiciones presidenciales, les importaban un comino porque en los municipios dejaban hacer y dejaban pasar.
El mensaje presidencial desde Palacio Nacional careció de estridencias y anuncios espectaculares, como ése del parto de los montes escanciado con la renuncia de dos o tres integrantes de la cúpula que acompaña al Presidente. Hay que leer los diez mandamientos; hay que esperar a las iniciativas de reforma –especialmente las de influencia constitucional—para entender que Enrique Peña Nieto decidió compartir responsabilidades y que los gobernadores asuman las propias. Ya no se vale hacerse pato, nadar de muertito y, en el mejor de los casos, hacerse los cínicos. Digo.
VIERNES. Fiel a su praxis, Ángel Heladio Aguirre Rivero lanzó una bola de humo mediante un amanuense. Según éste, Ángel está en Guerrero y sigue operando. ¡Ajá! Y Qué diablos hacían sus guarros, el domingo último en el DF cuando los detuvieron justo en el tránsito a recoger a “una amiga” de quien se asume gobernador, cuando la licencia es un eufemismo de despido. Serafín me preguntó si acaso detendrán al ex hijo pródigo de Ometepec. Fue pregunta. Conste.

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