Fue arrojado por un joven alemán al Mar Báltico el 17 de mayo de 1913 y
entregado hoy por unos investigadores a su nieta en Berlín.
Hace poco más de 100 años, un joven alemán de 20 años llamado Richard
Platz caminaba por las orillas del Mar Báltico cuando decidió utilizar una
botella de cerveza negra para enviar un mensaje al mundo.
En aquél entonces, Platz, hijo de un panadero, no tenía idea que su
mensaje fechado el 17 de mayo de 1913, sobreviviría los crudos inviernos y las
brutales tormentas de la zona, además de dos guerras mundiales.
La botella fue econtrada por un pescador el mes pasado, y enviado al
Museo Marítimo Internacional de Hamburgo, donde los investigadores de inmediato
reconocieron que se trataba de una pieza única, la más antigua del mundo en su
tipo, y con la botella intacta.
Fue así como los investigadores lograron localizar a su nieta, Angela
Erdmann, a través de un grupo genealógico en Berlín.
Erdmann, de 62 años, nunca conoció a su abuelo, que de acuerdo a las
pesquisas murió en 1946 a los 54 años. "Era casi increíble, fue un momento
muy conmovedor. Las lágrimas rodaban por mis mejillas", afirmó tras
recibir la botella de manos los investigadores.
En cuanto al mensaje de Platz, debido a la humedad se hace ilegible,
aunque los investigadores están intentando descifrarlo.
El anterior poseedor del récord para el mensaje más antiguo en una
botella era de 1914 y fue descubierto en la costa de Escocia en 2012, 98 años
más tarde.
El mensaje fue parte de miles que fueron lanzados a las aguas de
escocesas como parte de un proyecto de investigación científica para seguir las
corrientes de los mares circundantes.
Fuente: The
Guardian, The Local
vía/fuente/latercera.com
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