martes, 8 de diciembre de 2015

MIRADA INTERIOR TIEMPO DE GUARDAR ANIVERSARIO DEL MUSEO “JOSÉ JUÁREZ”. Por: Isaías Alanís

Como muchos otros problemas, la violencia en México es sistémica, se ha ido acumulando en el territorio producto de muchas razones, entre ellas, la corrupción y las ligas de los malos con los que deberían ser los buenos.
Las cifras son escalofriantes, la nota roja de cada día es mayúscula, uno ya no sabe para donde tirar los ojos y no encontrar un muerto, un secuestrado, una balacera, robos a mano armada y extorsiones al por mayor. Es una pandemia nacional que no tiene para cuando amainar. Ojalá que en el mes de diciembre hagan un alto y la población pueda disfrutar el mes de la navidad y del año nuevo sin tanto estrés producto de la inseguridad.

ISAÍAS ALANÍS TRUJILLO
Y también como sociedad, exigir a las autoridades de gobierno con claridad y sin afanes revanchistas o políticos que se comprometan a hacer todos los esfuerzos para pararla. La violencia es competencia de todos porque a todos afecta, lo dubitable aquí es qué caminos seguir para frenar este flagelo que se ha reproducido como un virus y para el cual el gobierno federal no ha encontrado la vacuna.

No está por demás señalar que las autoridades forman parte de una cadena y que en el principio de su mandato apenas si están hallando los eslabones que mantienen enlazada a la violencia en la sociedad. Este es el caso de Héctor Astudillo Flores. A casi mes y medio de su gobierno, están emparejando la administración que fue un caos no sólo durante el tiempo del gobernador interino, Rogelio Ortega Martínez, sino desde el periodo de cuatro años de Aguirre Rivero, en la parte administrativa que también recibió un verdadero desmadre de la administración de Zeferino Torreblanca con faltantes groseros para el pobre estado de Guerrero, como lo fueron en salud y otros rubros, temas que no han sido tocados a fondo.

En el ámbito de la seguridad pública, es de todos sabido el mal estado de las policías locales y la falta de entrenamiento, equipo y un salario digno. Lo paradójico de esta situación es que en zonas donde esta desplegada la gendarmería y la policía federal, marina y ejercito, las cifras de muerte se disparan como lo es Acapulco, Tierra Caliente y de pronto la tranquila comunidad de Chilapa, Zitlala y Tixtla entran al océano de sangre y delitos de todo tipo. ¿Qué está pasando en el sistema de procuración de justicia y de la prevención del delito, para lo cual se destinaron recursos suficientes, ¿a dónde fue a parar ese plata?
Y también si la violencia es sistémica, ¿que están haciendo entidades como el CISEN, inteligencia militar, procuraduría, marina y gendarmería para paliar la violencia?
Y los programas sociales para cortarles la mano de obra, ¿han sido bien instrumentados al menos en las ocho regiones de Guerrero, un estado hundido en la violencia?

Astudillo Flores, no es el culpable de la violencia, como tampoco los actuales mandos de la policía estatal. Eso es una falacia, el verdadero rostro de la violencia esta expuesto, no solo en la desaparición de los 43 normalistas, sino es como el pan nuestro de cada día que se respira y se come a diario y está presente en todos los actos de la vida en comunidad. ¿De qué sirve que haya gendarmes y soldados en la costera de Acapulco, cuando a tres calles o en la misma costera se cometen delitos de todo tipo? De igual forma en la Tierra Caliente donde se echo a caminar un plan de atención para prevenir la violencia y los delitos ésta no para. Poblados enteros son abandonados, el caso de la balacera de Polixtepec es más que ejemplar.

La población de Guerrero tiene que confiar en las autoridades, Astudillo Flores apenas está prendiendo los motores, su mandato apenas arranca, la gente debe de confiar en que muy pronto habrá resultados positivos.
Y que mejor que el mes de diciembre para hacer una reflexión y con inteligencia, espíritu franco y decidido cruzar la barrera de lo sistémico a lo controlable.
El llamado hecho por el gobernador Astudillo al gobierno federal, debe de ser una petición de todos los mexicanos y en especial de las y los guerrerenses. Una demanda total de todas y todos.

A los gobernantes a veces se les olvida que el pueblo cuenta, un ejemplo reciente es el freno al corredor Chapultepec y un golpe mortal a la candidatura de Miguel Mancera y a los extraordinarios negocios que ya tenían planchados entre personalidades de la política, amigos y socios de los promotores que cosa curiosa, laboran en la administración mancerista.

Es tiempo de guardar, tiempo de reflexionar y tiempo de actuar. Y que el puente Guadalupe-Reyes no incremente las cifras de muertes violentas, no sólo por armas de fuego, sino por volcaduras y accidentes producto del alcohol, la velocidad y la ausencia de una cultura vial, sobre todo en la autopista del sol, que también, en este puente y por siempre debería cobrarse sólo a la mitad de su costo actual.

De reojo
El Museo “José Juárez” cumple años. Un espacio abierto a los estudiantes y chilpancinguenses donde durante los doce meses del año se llevan a cabo eventos de todo tipo. La Uagro tiene en ese museo una joya  por su ubicación y misión y porque a pesar de sus limitaciones presupuestales es un puente transcultural de la capital de Guerrero donde la diversidad cultural y las artes tienen una morada abierta al público de todo tipo. Felicidades a su directora Ma de los Ángeles Manzano Añorve y a todo el personal que labora en esa institución.

Esta semana habrá muchos eventos conmemorativos, si quiere pasarse una tarde con la cultura, vaya, está muy cerca del corazón de Chilpancingo, en el Andador Zapata 21, a unos pasos de la catedral de la Asunción y de la plaza Granados Maldonado.

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