Cuando
el presidente López Obrador declaró que su proyecto de la Guardia Nacional
seria como los Cascos Azules de la ONU, seguro buscaba generar entre la opinión
publica una confianza que el proyecto del mandatario no ha generado, “Para que
se tenga una idea clara, la Guardia Nacional va a ser como el Ejército de Paz
de la ONU, que va a tener como fundamento principal garantizar la seguridad
pública con el respeto a los derechos humanos y con el uso regulado de la
fuerza” afirmaba AMLO en su visita a Nuevo León.
En
política,muchas veces, para obtener credibilidad hay que tomarla prestada de
otro lado, pero debes cuidado de no tomar la credibilidad equivocada, esto
porque al parecer el presidente ignora la situación actual del llamado cuerpo
de paz de Naciones Unidas, luego de que en 2016 este fuera acusado de numerosos
escándalos de abusos sexuales
perpetrados por algunos de sus miembros durante sus misiones de paz, en total
se recibieron 99 denuncias en diez misiones diferentes, que corresponden a
efectivos de 21 países.
De
sobra esta decir que estos hechos, pusieron en entredicho estas operaciones al
grado de que Washington pidió a la ONU repatriar a los contingentes implicados,
si se demostraba un patrón de conducta generalizado o si los aparatos
judiciales nacionales no investigaban y sancionaban a los agresores.
Las
misiones más afectadas en aquel momento fueron la de la República
Centroafricana y la República Democrática del Congo e incluso en Haiti donde
estos soldados protagonizaron casos de
abuso y explotación sexual de al menos 225 mujeres locales, un tercio de ellas
menores de 18 años, a las que ‘compensaron’ con comida y fármacos según destaca
en el informe de la Oficina de Servicios de Supervisión Interna de la ONU. La
mayor parte de estas denuncias señalan a cascos azules encargados de mantener
la paz, pero también hay un creciente e inquietante número de funcionarios
implicados.
El
organismo internacional no oculto la situación, y condeno el hecho “Creo
firmemente que es abominable trabajar bajo la bandera de la ONU y al mismo
tiempo abusar de los más vulnerables”, lamentaba el jefe del Departamento de
Apoyo a las Actividades sobre el Terreno, AtulKhare.
Todo
esto debería ser un llamado al presidente para no repetir los errores, la
militarización es militarización, no
importa cuánto quieras matizarla y si un llamado cuerpo de paz, constituido por
oficiales capacitados son capaces de violar los derechos humanos de forma tan
abominable, ¿qué podemos esperar para nuestro propio país? Donde el uso de las
fuerzas armadas para combatir la delincuencia triplico la tasa de homicidios
desde 2006.
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