Sin duda, esta coyuntura electoral es muy importante para todos los partidos políticos.
Y debería serlo para los
ciudadanos en general.
El momento histórico de
profunda polarización entre fuerzas políticas demanda líderes que contribuyan
al entendimiento y concordia social, no políticos que basen su fortaleza
electoral azuzando a sus seguidores en contra de los otros, sus contrarios.
Es el caso de quienes en
este momento dan estructura al PRD, quienes hace algunos días conformaron sus
órganos de dirección estatal, con una negociación exitosa.
Es decir, cuando todos
pensaban que este partido iría a un encuentro frontal entre sus dirigentes, pasaron
a una etapa de mayor civilidad política, dejando atrás esas negociaciones
ríspidas, cuyas acciones parecían más a pandillas que a un verdadero espíritu
del zoon politikón, como lo definía
Aristóteles.
Dentro de poco podremos
ver si esta negociación que les llevó a integrar pluralmente sus órganos de
dirección y los compromisos establecidos se cumplan, y no pasa como antaño
cuando al momento de ir a las urnas solo fingían que respaldaba a quien se
suponía debían apoyar.
Por lo pronto vemos cómo
los grupos internos se han estructurado en la dirigencia y queda pendiente
definir el candidato a la gubernatura.
Donde al parecer solo
quedan como finalistas Carlos Reyes Torres y Evodio Velázquez.
Habremos de recordar que
el exdiputado Carlos Reyes, fue impulsado por el líder de Democracia Social,
Raymundo García Gutiérrez y Celstino Cesáreo, quienes se dieron a la tarea de
escuchar a la población, con un proyecto llamado Guerrero Necesita un Plan.
Su propuesta decía que
buscaban escuchar a la población en las distintas regiones del estado acerca de
su problemática y cómo solucionarla.
El diputado federal,
Raymundo García Gutiérrez, y Celestino Cesáreo, diputado local, señalaban que
promovían con esto una manera distinta de hacer política porque se postularán
para la elección del 2021 a ciudadanos de bien, comprometidos con su entorno
social y con el compromiso de que el estado debe ser atendido con seriedad y
compromiso, para dejar atrás viejos esquemas de hacer política que hasta el
momento no ha dado resultados.
El otro movimiento lo
encabeza Evodio Velázquez Aguirre en el Frente Amplio Democrático.
Y a decir de sus voceros,
los grupos que están con él, son 7 y tienen representatividad en 68 municipios.
Su estrategia la fundó en
la búsqueda de las organizaciones sociales y civiles en el estado.
Algunas de las corrientes
que estuvieron presentes al momento de lanzar este frente son Movimiento
Alternativo Social (MAS), Bernardo Ortega Jiménez; Foro Nuevo Sol, Renovación
Guerrero, Vanguardia Progresista, Nueva Mayoría (NM), entre otros.
Esta alianza nació
llevando a Evodio Velázquez y a Bernardo Ortega como sus propuestas a la
gubernatura.
Una de los llamados de
este frente fue mantener la unidad para construir un PRD fuerte y con futuro,
para ser una verdadera alternancia.
Así como promover alianzas
con la sociedad civil y movimientos sociales, incluyendo agrupaciones políticas
democráticas para construir una fuerza superior en Guerrero.
A esto hay que agregar que
existe otra fuerza importante, la de IPG, la del exgobernador Ángel Aguirre
Rivero, quien es representado en la persona de Alberto Catalán Bastida, como
presidente del Comité Ejecutivo Estatal (CEE) del PRD.
Y tal parece que es la que
se ha dado a la tarea de aglutinar a las demás organizaciones internas del PRD
en la ruta de construir una gran alianza partidista para estructurar un
verdadero bloque competitivo para la elección venidera.
Nos acercamos al 2021, a una
verdadera batalla electoral.
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