La oposición de izquierda y de derecha decidió apoyar e impulsar, por separado, la reforma financiera y la de telecomunicaciones –con alcance del PAN a favor de la energética y el previsible voto en contra del PRD--; se imaginó en un principio como un avance en la discusión y los consensos legislativos de la mano del Poder Ejecutivo.
Sin embargo, el factor electoral llevó a ambas corrientes ideológicas a distraerse del ámbito legislativo selectivamente, para usar como moneda de cambio su apoyo a dichas reformas consecuencia del Pacto por México.
Por supuesto, panistas y perredistas rechazaron tal escenario de negociaciones en las que sus intereses de grupo estuvieron más allá del interés nacional, ése al que ofrecieron atender en campaña. Porque trabajar en aras de menores tarifas en servicios de telecomunicaciones, en más de un discurso de campaña se ha escuchado en las décadas más recientes.
Lo cierto es que, verdad de Perogrullo, todo tiene un principio y alguien debe iniciarlo. Los riesgos de un fracaso, el atorón o la congeladora legislativa, han estado en la mesa de negociaciones. Por lo menos en materia laboral, educativa, financiera, de telecomunicaciones y energética, las iniciativas presentadas en legislaturas del siglo pasado y lo que va del nuevo milenio, han llenado archivos muertos.
También ocurre, cuando una iniciativa prospera y llega al término del recorrido legislativo, todo el mundo invoca la paternidad y presume públicamente el logro con carácter propio.
Así ocurrió con la Reforma en Telecomunicaciones (Reforma Telecom), cuyas leyes secundarias o reglamentarias fueron aprobadas el martes de la semana por la mayoría en sesión extraordinaria de la Cámara de Diputados, que fue discutir y avalar la minuta aprobada y turnada por el Senado, sin modificación alguna.
Esto, que en otras latitudes merece el reconocimiento en términos de acuerdos políticos civilizados, en México se consideró por la izquierda perredista y la del PT y Movimiento Ciudadano, como una afrenta nacional en la que se benefició a dos actores en este sector: Carlos Slim y Emilio Azcárraga Jean. Indudable. Hay beneficios, sí, porque salvo que se quiera desmantelar a una industria del tamaño de Telmex o de Televisa, entonces no se entendería que vivimos en la globalización y el mercado libre de la oferta y la demanda que, en determinados ámbitos, requiere de medidas de control y regulación, como es el caso de la telefonía donde la preponderancia sujeta a millones de consumidores cautivos.
¿Es absoluta realidad el escenario catastrofista que pintan legisladores del PRD, del PT y Movimiento Ciudadano? Bueno, por lo menos se pilló a una de sus integrantes en el intento de emprender un negocio personal porque la Reforma Telecom se lo permitiría. Los claroscuros en esta Reforma legislativa como en otras, siempre serán parte elemental de su entorno y contenido. Pero, como se ha dicho reiteradamente, lugar común al final de cuentas, pero cierto por reincidente: toda ley es perfectible.
Y alguien tenía que correr los riesgos de llevarse la crítica y el desgaste político. Pero, bueno, éste lunes, antes del mediodía y en Palacio Nacional, el presidente Enrique Peña Nieto promulgará la Ley Federal de Telecomunicaciones y Radiodifusión.
¿En qué nos beneficia? De acuerdo con un resumen oficial, la Reforma Telecom beneficia a 117 millones de mexicanos al aumentar la competencia, ampliar la cobertura y mejorar la calidad y costo de los servicios.
Elimina el cobro por larga distancia, extensión de la vigencia del saldo en telefonía móvil hasta por un año y consultas del mismo gratuitas; amén de que habrá servicios especialespara personas con discapacidad.
Mayor acceso a Internet con 250 mil sitios públicos; conexión de telefonía móvil en todo el país sin ningún costo. Portabilidad voluntaria sin cargos ni bloqueos y, algo destacado, el derecho de exigir retribuciones por fallas en el servicio telefónico, algo que hasta el momento le importa un pito a las telefónicas.
Habrá garantía de respeto al uso de Internet; transición a la televisión digital, y selicitarán dos nuevas cadenas de televisión.
Se atenderán las propuestas de inversionistas extranjeros para la red compartida y el ciudadano podrá elegir la mejor opción en Internet, telefonía y televisión.
Los servicios de banda ancha son utilizados por sólo el 17% de la población; pero si la penetración creciera 10 puntos porcentuales, el impacto positivo en el PIB sería superior a un punto porcentual.
En materia de seguridad se podrá acceder a las bases de datos de los concesionarios, únicamente con la autorización de un Juez Federal; el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) se encargará de realizar las investigaciones respectivas para garantizar la competencia en el sector.
De acuerdo con el Programa Anual de Inversión en Infraestructura, se estima que de 2013 a 2018 se registrarán inversiones por 700 mil millones de pesos en el sector de telecomunicaciones y radiodifusión. Así, la Reforma en materia de Telecomunicaciones ofrece mayor competitividad, mayor inversión, más crecimiento económico, y más empleos.
Alguien tenía que comenzar en este terreno proclive a las medias tintas y los acuerdos con letras chiquitas, cuya lectura corresponde al ciudadano que el año próximo deberá votar por la renovación de 500 diputados federales y otros miles locales, alcaldes y nueve gobernadores.
¿Falta algo, o se excede en concesiones a lo que llaman poderes fácticos? Los ciudadanos, no los que se asumen dueños de la verdad, deben promover lo que convenga a la mayoría social en el ámbito de la telecomunicaciones. Para eso irán los candidatos a pedir su voto. Digo.
LUNES. Por cierto, el PRD adelanta que en el Senado y en la Cámara de Diputados sus bancadas votarán en bloque contra las enmiendas a leyes secundarias de la Reforma Energética. Entonces no se entiende por qué Silvano Aureoles Conejo, coordinador de la diputación federal perredista, pide llevar el tema hasta el periodo ordinario en septiembre próximo. Puro protagonismo y ganas de joder al vecino. Y luego se quejan porque dudamos de su “oposición responsable”. Conste.
@msanchezlimon
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Nota: sólo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.