EFRAIN FLORES IGLESIAS |
Ser presidente municipal
en estos tiempos, es complicado. Se necesita ser valiente para afrontar
amenazas del crimen organizado y tolerancia extrema para atender a
organizaciones sociales beligerantes.
Es complicado gobernar un
municipio. Nadie escapa de serios cuestionamientos ni de protestas ciudadanas.
Ser presidente municipal
en una entidad como Guerrero, es un gran reto; es jugarse el pellejo
diariamente; es estar en la mira de los grupos delincuenciales.
El pasado sábado fue
asesinado el alcalde perredista de Pungarabato (Ciudad Altamirano), Ambosio Soto Duarte. Según fuentes
oficiales, un comando armado utilizó alrededor de 600 cartuchos para acabar con
la vida del polémico edil calentano.
Con el homicidio de Bocho –así era conocido en Tierra Caliente–
la lista de alcaldes en funciones que han sido asesinados en los últimos 10
años llegó a 45, de acuerdo a Milenio
Diario.
Desde hace un buen tiempo,
la delincuencia organizada ha impuesto su ley en Pungarabato y en los demás
municipios pertenecientes a la región de Tierra Caliente. La mayoría de los
alcaldes han preferido guardar silencio para no meterse en problemas con los
jefes de Los Caballeros Templarios, La Familia y Los Tequileros.
Ambrosio Soto se armó de
valor para denunciar que Rodolfo Maldonado Bustos y/o José Pineda Pineda, Don José, líder de Los Caballeros Templarios, quiso extorsionarlo y exigió al
presidente Enrique Peña Nieto poner mayor atención en la región.
“Mataron
a mi primo, estoy amenazado por la delincuencia organizada. Ya es hora de
actuar señor presidente @EPN. #Tierra Caliente lo necesita”,
tuiteó el pasado 8 de julio en su cuenta @BOCHOSOTO1, luego de que su primo y
chofer Sebastián Soto Rodríguez apareciera ejecutado en el basurero municipal
de Cutzamala de Pinzón.
Cabe destacar que el gobierno
federal detectó a través de sus órganos de inteligencia que el edil
pungarabatense era compadre de Raybel Jacobo de Almonte, líder de Los Tequileros, y que su hermano Abraham
Soto Duarte, supuestamente comentó que Bocho
designó a María Concepción Negrete Maldonado tesorera del Ayuntamiento, “con la
intensión de llevar a cabo sus funciones de manera segura, mediante acuerdos de
no agresión con el jefe de Los Caballeros
Templarios”.
Gobernó presionado por el
crimen y lo denunció a tiempo, y sabía que corría el riesgo de ser asesinado,
lo cual ocurrió este 23 de julio en la carretera que va de San Lucas a Riva
Palacio, Michoacán, en el punto conocido como “La curva de cajón”, cuando se
dirigía a Ciudad Altamirano.
Bocho ya es un mártir más del PRD.
Estaremos atentos de los
resultados que arrojen las investigaciones.
También es claro que no es
el único que recibió amenazas de los criminales. Algunos alcaldes de la Costa
Grande, la Montaña, Centro, Norte y de Tierra Caliente también son intimidados
por los grupos que operan en sus municipios. Es el cuento de nunca acabar.
Lamentable.
ENTRE
OTRAS COSAS… Ojalá el Congreso local no omita las
pruebas que han presentado el síndico procurador y regidores del municipio de Mártir
de Cuilapan (Apango) en contra de la alcaldesa Felícitas Muñiz Gómez.
Desvío de recursos y
nepotismo, son las principales imputaciones que le hacen a la controvertida
militante de Movimiento Ciudadano. Sí, la protegida de Luis Walton Aburto.
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