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| EFRAIN FLORES IGLESIAS |
A sus adversarios les pide
gobernar con transparencia, garantizar seguridad pública y no caer en
confrontaciones estériles, pero a los que pertenecen a las filas de su partido,
no les dice absolutamente nada. Por el contrario, les permite cometer actos de corrupción
y tratar con la punta del pie a la ciudadanía.
Quiere
erigirse como el gran consejero, el iluminado de la política, el todólogo.
Me refiero a Luis Walton Aburto, el dueño de la
franquicia Movimiento Ciudadano (MC) en el estado de Guerrero, quien después de
quedar en un lejano tercer lugar en la pasada elección de gobernador, pretende
por todos los medios llamar la atención señalando “lo que está mal” en Guerrero
y lo que se debe de hacer en el municipio de Acapulco para que haya seguridad y
paz social.
Eso es lo que declara en
la prensa, pero en los hechos actúa de manera perversa. Desde la clandestinidad
opera con un pequeño ejército para denostar en las redes sociales a sus
adversarios políticos. Él es el general, el que señala hacia donde deben
lanzarse los dardos venenosos.
De repente sus soldados
atacan al alcalde de Acapulco, Evodio
Velázquez Aguirre. También lo hacen contra el rector de la Universidad
Autónoma de Guerrero (UAGro), Javier
Saldaña Almazán, y de vez en cuando lanzan misiles contra la secretaria
general del Comité Ejecutivo Nacional del PRD, Beatriz Mojica Morga.
Los soldados más fieles de
su tropa son Ricardo Mejía Berdeja,
coordinador de la fracción parlamentaria de MC en el Congreso local; Adrián Wences Carrasco, ex dirigente
estatal de MC; Arturo López Sugía,
regidor en el Ayuntamiento de Acapulco y ex dirigente municipal del partido
naranja, y Mario Ramos del Carmen,
secretario de Contralaría y Transparencia Gubernamental del Gobierno del
estado.
Hay
más soldados que le sirven y que quieren quedar bien con él para que en 2018
los convierta en regidores y diputados plurinominales, pero son de categoría
baja. Ni huelen ni hieden.
El general Walton sigue
dolido porque un joven perredista le arrebató a MC la Presidencia Municipal de
Acapulco hace un año y porque el PRD eligió a Beatriz Mojica como su abanderada
a la gubernatura y no a él. Sigue respirando por la herida. No lo supera
todavía.
El también dueño de
gasolinerías sabe perfectamente que en 2018 puede volverse a encontrar en el
terreno electoral a Evodio Velázquez y a Beatriz Mojica. Por eso ataca desde
ahora para desacreditar a los que ya considera sus adversarios en 2021.
Pero eso no es todo.
Walton también está preocupado porque un personaje que no milita en el PRI ni
en el PRD está fortaleciéndose cada día más. Y ese ese personaje es Javier Saldaña Almazán, rector de la
UAGro, quien en 2014 rechazó ser gobernador interino de la entidad luego de que
Ángel Aguirre Rivero dejara el
cargo.
Javier
Saldaña ha fortalecido su imagen dentro y fuera de la máxima casa de estudios
de la entidad. Y lo ven como una seria amenaza para ciertos intereses
políticos.
Se entiende el enojo y
desesperación del mandamás de MC y de sus soldaditos.
Pregona que su partido es
una excelente alternativa para el estado, pero es una vil mentira. En MC se
refugian corruptos y personas con un historial controvertido. Felícitas Muñiz Gómez, alcaldesa del
municipio de Mártir de Cuilapan (Apango), es un claro símbolo de corrupción e
impunidad en Guerrero; y la alcaldesa de General Canuto A. Neri
(Acapetlahuaya), Elvira Aranda Salgado,
es hermana del ex alcalde Eleuterio
Aranda Salgado, “El Solitario del Sur”, señalado en narcomantas por sus
nexos con “La Familia” y que hace un par de años dedicó piezas musicales a los
jefes de dicha agrupación criminal.
Apango
y Acapetlahuaya se pintaron de naranja en 2015, pero la corrupción, el
nepotismo y la inseguridad es lo que impera en dichas demarcaciones.
No
cabe duda que Walton escupe para arriba. Cuestiona la corrupción,
la inseguridad y la infiltración del crimen organizado en las policías
municipales, pero de las alcaldesas de su partido no dice ni pío.
Antes
de sugerir a los gobiernos priistas y perredistas de lo que deben hacer, mejor que
ponga orden en su casa y no siga actuando con total hipocresía. Es cuanto.
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